Alfonso Herrera
Llegué a casa, me duché, me cambié de ropa y me fui a la oficina. No me
apetecía conducir, así que llamé a Demian, el chófer, y le dije que pasara a
recogerme.
En el despacho, lo primero que hice fue encender el ordenador y consultar
qué tenía en la agenda para ese día, aparte de la reunión de las nueve con el
gerente de AWS Enterprise. Activé las alarmas a través del sistema que había
implantado la señorita Puente para que me recordara cada evento en su
momento y busqué la carpeta en la que tenía toda la información sobre el
proyecto que íbamos a llevar a cabo con AWS Enterprise para preparármelo
de cara a la reunión.
Estaba en ello cuando Jerry llamó a la puerta.
—¿Se puede? —preguntó, asomando la cabeza.
—Sí, entra —dije.
—¿Estás preparando la reunión con AWS Enterprise? —dijo, sentándose
en una de las sillas que había enfrente de mi mesa.
—Sí, no quiero que ese proyecto se nos escape de las manos. No es de
gran envergadura, pero en un futuro podría reportarnos muchos beneficios —
contesté.
Me froté el ojo con la mano. Jerry se me quedó mirando.
—¿Has dormido algo esta noche? —curioseó.
—No he dormido nada.
—¿Has estado con Sally en The Purple Line? —dijo con voz pícara.
Moví la cabeza, negando.
—No —respondí—. He estado haciendo de enfermero.
El rostro de Jerry se contrajo sin entender nada, supongo que
preguntándose a quién coño había estado cuidando si no tenía familia y
tampoco pareja o hijos. Evidentemente estaba fuera de toda estadística que
hubiera estado cuidando a mi queridísimo hermano.
—¿De enfermero? ¿A quién has estado cuidando?
—No te lo vas a creer... —le dije. El gesto de Jerry se llenó de confusión
—. A la señorita Puente —respondí finalmente.
Observé como la ceja derecha de Jerry se arqueaba lentamente.
—He debido de entenderte mal. ¿A quién dices que has estado cuidando?
—No has entendido mal, Jerry. He estado cuidando a la señorita Puente.
Jerry echó el torso hacia adelante.
—Alfonso, ¿lo estás diciendo en serio? ¿O me estás tomando el pelo, aunque
no sea el día de los inocentes? —Jerry no salía de su asombro, y la verdad es
que no me extrañaba. Yo mismo estaba sorprendido.
—Estoy hablando muy en serio. Fui a casa a verla y estaba fatal. Tenía
más de treinta y nueve de fiebre. Joder, ¿cómo iba a dejarla sola en ese
estado?
—No me lo puedo creer... —dijo perplejo.
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Cicatrices
Fanfiction(Aclaración: esta historia es una adaptación de una novela original. Todos los derechos quedan reservados a su autor original, así como la portada) Sinopsis: Anahí es una becaria que entra a trabajar en una prestigiosa empresa americana. Alfonso es...