Se acercó a mí de una zancada y, cogiéndome la cara con sus enormes
manos, me miró.
—Sé que no quieres que te deje marchar, y no lo voy a hacer —dijo.
Inclinó la cabeza y me besó. Dios, adoraba sus labios como se adora a un
Santo.
Y en un rincón de aquel balconcito vintage, ajenos a la fiesta y al mundo
entero, entre las sombras clandestinas de la noche, nos estuvimos besando
como dos adolescentes en plena edad del pavo. Alfonso apoyado de espaldas en
la ventana y yo abrazándole por la cintura.
En un momento dado, metió la mano entre el pelo y la posó en el lado del
cuello donde estaba la cicatriz.
El estómago me dio un vuelco. Me tensé.
—Alfonso... —dije alarmada.
Levanté mi brazo enseguida para apartar su mano.
—Tranquila, chiquitina, no pasa nada... —susurró con voz dulce. Me
acarició suavemente la piel dañada con el pulgar—. No pasa nada... ¿ves? —
repitió, sin dejar de mirarme.
Después agachó la cabeza y apartándome un poco la melena, me besó la
cicatriz.
—No tienes que hacerlo...
—Shhh... —me silenció—. ¿Todavía no te has dado cuenta de que me
encanta besarte?
Oh, joder...
Su voz era lo más sugestivo que había escuchado en mi vida.
Dejé escapar una sonrisa.
—¿Cómo ha empezado esto, Alfonso? —le pregunté.
Se encogió de hombros.
—No sé qué es, Anahí, pero algo me empuja a cuidarte. Quizá porque eres
un desastre.
Hice un mohín.
—Vaya... ¿No crees que eres un poco presuntuoso? —le dije—. Me las he
apañado muy bien sin ti hasta ahora.
Esbozó una sonrisa preciosa que hizo que sus ojos se achinaran.
—Y no te creas que no me sorprende. No me explico cómo has podido
sobrevivir todos estos años.
—¡Oye! —le di un puñetazo en el hombro.
—Ha habido momentos en que he temido que prendieras fuego al edificio
—bromeó.
—¡Ya! —me quejé.
No le confesé que a veces me habían dado ganas de hacerlo. Sobre todo
cuando se ponía insoportable y en plan capullo.
Me rodeó con los brazos y me achuchó contra él.
—Ay, Anahí... —murmuró.
—¿Qué? —dije, alzando la cara para mirarlo.
—Has irrumpido en mi vida como una ristra de petardos —dijo.
Fruncí el ceño.
—¿Haciendo ruido? —le pregunté.
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Cicatrices
Fanfic(Aclaración: esta historia es una adaptación de una novela original. Todos los derechos quedan reservados a su autor original, así como la portada) Sinopsis: Anahí es una becaria que entra a trabajar en una prestigiosa empresa americana. Alfonso es...