CAPÍTULO 81

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El teléfono de la oficina sonó.

—¿Sí?

—Anahí, ¿puedes venir un momento a mi despacho? —me preguntó Alfonso.

—Si, ahora mismo.

Colgué. Cogí una libreta y un bolígrafo y entré en el despacho de Alfonso.

—Dime para qué soy buena —dije, sentándome en una de las sillas.

—Para tantas y tantas cosas —contestó con voz sexy. Sonreí—. Quiero

que me organices y que agendes estas reuniones para la semana que viene.

—Dime.

Durante un rato estuvo dictándome nombres y empresas y a qué hora

quería más o menos que tuviera lugar cada reunión.

—Con Rod Ranstrom que sea por la mañana. Ese hombre es muy pesado y

prefiero quitármelo cuanto antes de encima. Si lo dejo para última hora puedo

cometer un asesinato —dijo.

Me reí.

—Lo pondré a primera hora. —Escribí una nota de advertencia en la

libreta.

—Esta semana por fin firmamos el contrato con AWS Enterprise.

Prepáralo y mándaselo por email a su gerente para que lo eche un vistazo

antes de venir.

—Vale.

—Y también envíanoslo a Jerry y a mí, por si hay algún cambio en el

último momento.

—Vale. —Lo apunté en la libreta y levanté la vista hacia él—. ¿Alguna

cosa más?

Se me quedó mirando con una sonrisilla en la boca.

—¿Estoy muy mandón? —me preguntó.

Sonreí.

—Es mi trabajo —contesté.

—Últimamente estamos trabajando mucho; sobre todo con la oferta para

la licitación pública de las Torres Keio. ¿Qué te parece si nos vamos un fin de semana fuera para desconectar?

Se me iluminó el rostro.

—Me encantaría —dije como una niña pequeña.

Alfonso esbozó una sonrisa al ver mi reacción.

—¿Qué te parece ir a la montaña?

Hice una mueca con la boca.

—No sé esquiar.

—¿Quién dice que vamos a esquiar? —Alzó las cejas un par de veces en

un gesto elocuente—. Beberemos vino, dormiremos acurrucados para paliar

el frío y nos manosearemos en cualquier rincón que nos apetezca.

Dibujé una sonrisa de oreja a oreja con los ojos brillantes de ilusión.

—Eres un bicho —bromeé.

Alfonso se carcajeó.

—Reservaré un apartamento en Hunter Mountain Resort. Está a dos horas

y media de aquí en coche —repuso.

CicatricesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora