Alfonso Herrera
Por fin.
Hacía muchísimo tiempo que no me corría con tantas ganas, que no había
tenido un orgasmo tan intenso como aquella noche con Anahí. La erección
había sido descomunal, por eso hubo un instante en que pensé que con mi
polla tan dura y grande no podría albergarme dentro. Se había juntado un
compendio de cosas. Las ganas que le tenía, saber que era el primero, esa
vulnerabilidad que tanto me atraía, el deseo que veía traslucir en sus vivos
ojos azules... Anahí era sorprendente.
Salí de su cuerpo muy despacio y me fui al cuarto de baño. Dentro, me
quité el preservativo. Tenía una ligera mancha rosada en el extremo, pero
nada alarmante. Era mejor así. Lo anudé y lo tiré en la papelera.
—¿Cómo te encuentras? —le pregunté, haciéndome un sitio en su lado en
la cama cuando regresé al dormitorio.
—En la puta gloria —soltó de pronto, aún con la respiración algo
entrecortada.
Su entusiasmo me hizo abrir los ojos, pero así era Anahí. Espontánea,
natural... No creo que hubiera en el mundo otra persona igual que ella. Era
imposible.
—Esa boca, señorita Puente —le dije, fingiendo regañarla.
Se echó a reír con cierto sonrojo.
—No estamos en horario laboral, señor Herrera —respondió.
Me volví un poco hacia ella y tras colocarle un mechón de pelo detrás de
la oreja, fundí mi boca con la suya en un beso sensual.
—Ha sido perfecto —susurró, vagando la mirada por el techo.
—Todavía puede ser más perfecto —dije.
Metí el brazo entre su espalda y el colchón y la obligué a girarse hacia mí.
Tiró de la esquina de la colcha para arroparse.
—Ahora sí que es perfecto —suspiró, con la cabeza apoyada en mi pecho
y la mano sobre mi vientre.
Se quedó dormida con mi brazo alrededor de su espalda, mientras le
acariciaba el pelo, dibujando círculos con la yema de los dedos.
Yo permanecí despierto mucho tiempo, pensando en el extraño modo
(porque no dejaba de ser extraño) en que aquella chica, que no tenía nada que
ver conmigo, con la que tenía poco en común, y que en un principio me
irritaba sobremanera, se había abierto paso dentro de mí, rescatando un
pedazo que no había dado a nadie desde Katrin y que ahora solo le pertenecía
a ella. Devolviéndome un corazón del que me había desecho mucho tiempo
atrás. Yo había bloqueado concienzudamente mis emociones y había
adoptado una actitud despiadada para mantener la distancia con cualquiera
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Cicatrices
Fanfic(Aclaración: esta historia es una adaptación de una novela original. Todos los derechos quedan reservados a su autor original, así como la portada) Sinopsis: Anahí es una becaria que entra a trabajar en una prestigiosa empresa americana. Alfonso es...