CAPITULO 50

2K 139 12
                                    


Camila POV

Haber hablado con Lauren me había hecho entender muchas cosas, y sin dudas ahora la admiraba mucho mas; y como si fuera posible, cada momento que pasaba a su lado terminaba por darme cuenta de la facilidad que tenía la ojiverde para enamorarme.

Lauren me había abierto su corazón, y me había contado hasta de los momentos que mas la avergonzaban. Estaba un poco asustada, no podía negarlo. La ojiverde pensaba adoptar un niño y su declaración me había tomado por sorpresa; sus deseos de ser madre habían estado presentes desde antes de enterarse de que estaba embarazada; así que ahora podía entender por qué explotó de felicidad al enterarse que sería mamá. Si bien no habíamos discutido aún si yo estaría incluida en la adopción de Antonio y tal vez era muy pronto para hacerlo, no podía evitar pensar en que moría de ganas de estar presente en sus vidas.


Ser madre era lo que Lauren siempre había querido.

Y yo estaba ayudándola a cumplir su mayor deseo.

Ella, era el mío.


- Te quiero Camila... - dijo en un susurro.

- Y yo te quiero a ti, Lo – respondí inmediatamente.

- Y a ti también Frijolito – exclamó acercándose a mi abdomen – pero a ti mas, solo no le digas a mami – susurró.

Lauren me tenía sentada en sus piernas mientras recorría mi espalda con sus manos dejando un montón de caricias. Poco a poco fui recostando mi cuerpo mas al de ella para finalmente dejar caer mi cabeza sobre su hombro. Estaba agotada y su tacto era como una canción de cuna para mi. Un gran bostezo salió de mi boca.

- ¿La bebé tiene sueño? - preguntó y me limité a asentir – Te llevaré a la cama – fue lo último que dijo para luego ponerse de pie llevándome con ella en sus brazos.

- ¿Sabes que aún puedo caminar? - pregunté mirándola a los ojos.

- ¿Ah si? - preguntó – Entonces no estoy haciendo bien mi trabajo – terminó por decir mientras reía y se dirigía a la habitación.

- Eres una pervertida Lauren... - exclamé y su única respuesta fue dejar un tierno beso en mis labios.

Abrió la puerta de la habitación empujándola con uno de sus pies, y la cerró de la misma manera, para luego dejarme sobre la cama.

- Espero poder seguir cargándote incluso cuando el frijolin este mas grande – comentó mientras se acostaba a mi lado en la cama.

- No tienes que hacer eso... - comencé a decir pero fui interrumpida por la mano de una ojiverde que rápidamente se posó sobre mis labios.

- Se que no tengo que, pero quiero hacerlo. Me gusta malcriarte menina.

- ¿Si? - pregunté y la vi asentir – Esta bien, entonces malcríame ahora... quiero chocolate – pedí haciendo un puchero con mis labios, y la vi hacerme una guiñada.

- Si mi amor – dijo para luego estirarse hacia la mesa de noche y tomar del cajón una barra de chocolate, dejándola en mis manos.

- ¿Tienes chocolate en tu cajón? - pregunté sorprendida.

- Si, supuse que como no necesitaríamos preservativos – comenzó a decir y deje un golpe en su hombro suavemente – podía usar el lugar para guardar cosas que quisieras comer en la madrugada.

- Oh... Eso es muy dulce de tu parte, Lo – exclamé.

- Ahora no tienes que levantarte en busca de algo, puedes simplemente llamarme. Además evitamos que muera del corazón por despertarme y no encontrarte a mi lado – comentó y solo pude acercarme mas a ella y abrazarla fuertemente.

Sabor a almendras -Camren-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora