CAPITULO 12

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Camila POV

Cuando le dije a Lauren que probara su técnica de seducción en mi, no esperaba que ocurriera esto. Pero... ¡Dios Mio! Esta mujer gritaba sexo por donde la vieras.

Hacía ya mucho tiempo que no me ocurría esto; a decir verdad, los dos años que estuve junto a Shawn, fueron magníficos si, pero faltaba la chispa que lograba encenderme en cuanto al sexo.

Pero no con Lauren.

Luego de empujarla hacia la cama y dejar un beso suave en sus labios, me incorporé y mirándola a los ojos comencé a quitarme la remera que ella me había prestado al llegar.

Debía recordar agradecerle a Dinah por haberme obligado a vestir un conjunto sexy de ropa interior en caso de que surgiera algo como lo que estaba sucediendo ahora; que en el momento riéndome, le dije que estaba loca si creía que iba a acostarme con alguien que apenas conocía.

Tal vez, la loca era yo. Pero estaba disfrutando no estar cuerda, una vez en la vida.

Lauren estaba inmóvil, aun sentada al borde de la cama. Con sus piernas abiertas y sus brazos hacia atrás, brindándole soporte.

Luego de quitarme mi remera, me acerque a ella, y tomé el borde de la suya, haciendo que elevara sus brazos. Lauren vestía un sostén deportivo color negro. Fui bajando mi mirada de sus ojos y me detuve en sus senos. Pasé la lengua por mis labios y Lauren notó eso.

Coloqué ambas manos en el borde de mi pantalón y tiré de él hacia abajo, dejándolo caer.

Lauren posó sus ojos sobre mis bragas. Y su mandíbula cayó. 

Eran negras y translucidas. Estaba segura que Lauren podía notar que ya me encontraba húmeda allí abajo, y que fue por eso que movió rápidamente sus manos, colocándolas en mi cadera y me atrajo hacia ella.

Cerré mis ojos y dejé escapar un suspiro cuando sentí la boca de Lauren posarse sobre mi abdomen. Mi piel comenzó a erizarse, y al instante la tomé del cabello para evitar que dejara de hacer lo que estaba haciendo.

Volví a separar a Lauren de mi. Pero ella no despegaba la vista de mis bragas. Así que la tomé del mentón y la besé. La besé con intensidad, con pasión; y ella supo responder de la misma forma, mientras apretaba con ambas manos mi trasero. 

Estaba segura que Lauren había comenzado a amar esa parte de mi.

Al terminar el beso, aún sosteniéndola del mentón, la alejé de mi.

Con mis ojos en los suyos, fui bajando hasta quedar de rodillas. Pude sentir como Lauren comenzaba a temblar cuando sintió mis manos sobre sus pantalones. Cuando comencé a tirar de ellos, bajó su mirada y tomó mis manos. 

 Su erección estaba tan latente que podía jurar que estaba ya pronta para mi. Volví a mirarla, y aún con sus manos en las mías, me ayudó a desvestirla elevando suavemente su cadera. Cuando terminé de retirar sus pantalones y tirarlos a un costado, volví mi mirada a la situación entre sus piernas. Ahora Lauren había puesto sus manos sobre su pene queriendo cubrirlo.

Estaba segura que Lauren se avergonzaba de ello. Pero yo no.

Aún de rodillas, me acerqué más a ella y comencé dejando un rastro de besos en sus muslos, besé su erección por sobre su bóxer y seguí por su abdomen.

Lauren no podía dejar de suspirar conforme iba recorriendo su cuerpo. Y podía notar que le estaba gustando porque su pene de vez en cuando hacía algún que otro movimiento, pareciendo pedir que lo liberen de allí y le prestaran algo de atención. 

Luego de recorrer su abdomen, me impulsé con mis manos que estaban sobre sus muslos y llegué a sus pechos, donde nuevamente dejé besos y una mordida suave en uno de ellos. Lauren gimió. Seguí hasta su cuello y lo recorrí con mi lengua hasta llegar al lóbulo de su oreja y nuevamente dejar otra mordida.

Cuando me acerqué finalmente a sus labios, me incliné a besarla; y cuando ella estuvo ya de ojos cerrados y boca abierta esperando por mi, me volví a incorporar. Lentamente moví mis manos hacia mi espalda y desprendí mi sostén, tomándolo y dejándolo sobre el regazo de Lauren.

Cuando la ojiverde abrió los ojos, dándose cuenta que no había obtenido mis labios pero si la libertad de mis pechos, dirigió una mano a su pene apretándolo intentando liberar un poco de la excitación que tenía, y la otra la dirigió hacia donde yo estaba, intentando llegar a mi. 

De forma coqueta le hice seña que "no" con mi dedo índice, y cuando esta posó sus ojos sobre mi dedo supe que era mi oportunidad.

Así que con esa misma mano, recorrí mi pecho, mi abdomen y mirándola firmemente a los ojos, metí mi mano en mis bragas. 

Cuando Lauren me miró no pudiendo creer lo que había hecho, retiré mi mano y la extendí hacia ella; y aún sosteniendo la mirada volví a hablar luego de largo rato.

-Lo... ¿Puedes decirme si también aquí sabe a almendras? 

Sabor a almendras -Camren-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora