CAPITULO 70

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Lauren POV

La ducha que habíamos tomado junto a Camila, había demorado mucho mas de lo que habíamos planeado en un principio. A veces era imposible saber cuando detenernos, y la cosa podía seguir durante horas y horas, simplemente era necesario que alguna de las dos dijera basta.  La tarde se había pasado a una velocidad inigualable, y se nos empezaba a hacer tarde para ir a por un hermoso vestido para una morena que merecía lucir como la princesa que era. 

- Camz... ¿Estas lista? - pregunté elevando un poco la voz, para que pudiera escucharme, mientras permanecía recostada contra una de las paredes de la sala.

- ¡Un segundo! - gritó en respuesta desde lo lejos; seguramente aun desde el baño, donde estaba terminando de maquillarse.

- ¡Estoy esperando por ti hace horas! - exageré.

- Oh no seas exagerada - respondió acercándose a mi por el pasillo - has salido de la ducha solo cinco minutos antes que yo, así que no puedes decir que he demorado.

- ¡Si, porque ibas a matarme! - exclamé colocando ambas manos en mi cintura -. Tuve que huír de ti.

- ¡Mentirosa! 

- ¡Insaciable! - contesté - ¡Se me hace imposible seguirte el ritmo a veces, mujer! Eres una cosa de no creer.

- Y a mi se me hace imposible tolerarte... y aquí estoy - respondió mirándome directamente a los ojos; así que me acerqué a ella y la tomé de la cadera. 

- ¿Ah, si? - pregunté elevando una de mis cejas -. Entonces no vengas a mi luego, pidiendo mas. Porque no habrás mas. A partir de ahora, está usted en penitencia señorita Cabello - dije.

- ¿Penitencia? - preguntó y asentí con mi rostro -. Pero, ¿que he hecho yo? - preguntó fingiendo inocencia. 

- No mas sexo para ti, hasta que aprendas a comportarte - terminé por decir.

- Entonces veremos quien ruega primero... - exclamó.

- ¿Es una apuesta? - quise confirmar, extendiendo mi mano para cerrar el trato.

- Es una apuesta, bebé - respondió tomando mi mano. 

- Si gano... - comencé a decir - te vienes a vivir conmigo - exclamé seriamente sin vacilaciones - ¿Tu que quieras? - pregunté - digo, en caso de que ganes...

- Oh, no te preocupes por eso, mi amor - respondió inmediatamente -. Si gano, no quiero nada - y me tomó por sorpresa - me conformaré con oírte rogar... y rogar... una y otra vez - exclamó acercándose a mi oído - pidiéndome que me siente sobre ti completamente desnuda y te cabalgue hasta que nos falte la respiración, pero no te preocupes... no me detendré hasta oírte acabar y que grites finalmente mi nombre - terminó por decir.

La odiaba por decir aquello, sabiendo el poder que tenían sus palabras sobre mi; sumandole que todo había sido dicho en mi oído. Pero tenía que mantenerme fuerte y hacerle creer que estaba decidida a vencerla en esta pequeña apuesta. Moría de ganas por que la morena viniera a vivir conmigo. Anhelaba tenerla a mi lado e ir preparando la casa juntas para la llegada de nuestro frijolito. Quería tener todo lo que va de la mano con ser una familia. Pero para eso, tenía que vencer a una Camila que tenía un cuerpo tallado por los mismísimos dioses y que sabía claramente cuales eran mis debilidades.

- Es un trato entonces, señorita Cabello - dije acercándome a ella y dejando un suave beso en sus labios, mientras nuestros ojos se negaban a dejarse ir. 

Necesitaría suerte, mucha suerte. 

Conduje rápidamente hasta llegar al centro de la ciudad. Allí teníamos mayor variedad de tiendas, y estaba segura que allí podríamos encontrar algo perfecto para Camila. Detuve la camioneta y aparqué frente a uno de los locales que parecía ser el indicado.

Sabor a almendras -Camren-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora