CAPITULO 72

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Lauren POV

Salí de la cama como un rayo no queriendo demorar mas de lo prometido, volví a vestirme y salí de casa a gran velocidad; habiendo tomado solamente mi teléfono y las llaves de la camioneta. Bajé por las escaleras a un paso acelerado hasta llegar al primer piso del edificio donde Jeremías estaba recogiendo sus pertenencias para finalmente marcharse a casa. 

- Hola Jeremías... - le saludé mientras me dirigía a la puerta principal.

- Buenas noches, señorita Lauren - respondió sonriendo.

- Vete a descansar que ya es un poco tarde para tí - exclamé.

- Si, eso haré; se me ha hecho un poco tarde hoy.

- ¿Quieres que te lleve? - le ofrecí -. Voy a salir y no es problema llevarte hasta tu casa.

- No se preocupe, han venido a por mi esta vez.

- De acuerdo - respondí -. Pasa por mi casa uno de estos días en la tarde, tengo algo para tí - dije.

- Oh, está bien - contestó -. Pasaré mañana si le parece bien - y me limité a asentir. 

- Adiós, que tengas buenas noches - y luego de despedirme tomé el picaporte de la puerta, jale de él y finalmente salí a la calle.

Le había dicho a Camila que en diez minutos estaría a su lado, y planeaba cumplir eso; pero era consciente de que el trayecto hasta su casa llevaba un poco mas de tiempo del que había dicho. Aun asi, subí a la camioneta y luego de poner en marcha el motor, presioné el acelerador con gran fuerza, hasta que las ruedas chillaron contra el asfalto.

Quería llegar rápido a ella y abrazarle hasta que se le esfumaran todas las dudas y temores que la inundaban de vez en cuando; así que ciega por el deseo de verla, tal vez ignoré algunos semáforos en luz roja y continué con mi viaje a toda velocidad. 

Llegué a la puerta de su casa y frené de golpe, aparcando la camioneta en un rápido movimiento, para luego bajar de ella y encaminarme hacia la acera.

La morena estaba sentada en el último escalón de su entrada, cubierta por una manta de colores; y dirigió su mirada a mi una vez me acerqué a ella. 

- Camzi... ¿que haces afuera? - dije mirando como abrazaba sus piernas con ambos brazos -. Te enfermarás - y cuando estuve a su lado la envolví fuertemente en mis brazos, brindándole un hombro en el cual recostarse.

- Lo siento - susurró -. Lamento haberme puesto de esa forma. Confío en ti, de verdad lo hago. Simplemente me dejé controlar por la idea de que alguien mas te había besado.

- Camila - comencé a decir mientras acunaba su hermoso rostro entre mis manos - De verdad que no tienes que preocuparte por nadie mas - y seque algunas de las lágrimas que comenzaban a caer por sus mejillas. 

- Lo se... soy una tonta.

- No eres una tonta, solo estas sensible... Este frijolito no ha nacido y ya está haciendo muchas travesuras - dije riendo, logrando que la morena riera conmigo.

- Si... - dijo dándome la razón, mientras acariciaba su vientre con una de sus manos.

- Amor... - comencé a decir, y me maldije por no haber preparado algo inteligente y romántico a la vez, que pudiera decir ahora mismo, y fuera lo suficientemente bueno como para que creyera en mis palabras; pero supongo que lo mas real sería hablar desde lo que estaba sintiendo, y asi lo hice -. Fuiste y serás siempre la casualidad mas bonita de todas. Verte aquella noche, fue como eliminar el resto del mundo, fue como callar todas las voces en mi mente que repetían una y otra vez lo insuficiente que era - hice una pausa, mientras volvía a recoger las lágrimas que corrían desde sus ojos café -. Verte fue como descubrir una farola que me indicaba por donde ir, para darme cuenta que eras la luz, el camino y el destino... todo a la misma vez. 

Sabor a almendras -Camren-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora