CAPITULO 91

901 88 7
                                    

Camila POV

Decirle que le amaba había sido tan aliviante. Se había sentido como finalmente descansar luego de una larga caminata o como deshacerte del peso que cargas sobre tus hombros. 

Decirle que le amaba, era como recibir una bocanada de aire fresco y puro, luego de haber intentado respirar por tanto tiempo y haber fallado en cada inspiración. 

La mujer frente a mi se había abierto de par en par, para brindarme un lugar seguro en su corazón una vez mas; y no tenía intenciones de defraudarle. No de nuevo. No lo merecía.

- ¿Lo dices de verdad? - preguntó recostando su cabeza contra mi vientre, como si de alguna forma pudiera abrazarnos a ambos -. Porque si no es así... - comenzó a decir, y le interrumí.

- Claro que si, no mentiría con eso - respondí -. ¿Crees que había dejado de hacerlo? 

- Ajá - respondió inmediatamente, a la vez que asentía también con su cabeza.

- Lauren... se que nada a salido acorde a nuestros planes, y se que he sido inmadura y que la gran mayoría, por no decir todas, de nuestras peleas las he iniciado yo... - hice una pausa -, pero eso no significa que te haya dejado de amar. Te lo he dicho ya. 

- Lo se... - comenzó a decir -, solo pensé que el hecho de que te alejaras significaba que ya no me querías de la misma forma. 

- Lamento haber hecho eso... de verdad lo siento - me disculpé -. Pero alejarme de ti nunca significó que mis sentimientos cambiaran, simplemente estaba dolida. Y no sabía que hacer para que todo volviera a como estaba antes.

- De acuerdo - y dejó salir un gran suspiro, como si de esa forma pudiera comenzar de nuevo, y respirar una vez mas.

- Ven... - le pedí, tomando su mano -, preparemos el desayuno.

- Dejame estar asi unos minutos mas - pidió mientras cruzaba sus manos por detrás de mis piernas, como si de esa forma pudiera mantenerme a su lado -, les he extrañado. 

- Nosotros también a tí - respondí dejando suaves caricias en su cuero cabelludo con una mano, y con la otra recorría su espalda, acercándola aun mas contra mi. 

Luego de algunos minutos en los que la ojiverde se limitó a quedarse allí estática, mientras recorría mi vientre con una de sus manos y mantenía su cabeza pegada a él; finalmente se puso de pie y me acompañó a la cocina. 

- Siéntate, te prepararé algo - exclamé abriendo la puerta del refrigerador para ver que podía utilizar.

- No me mal interpretes; muero de hambre y me encanta la idea de que prepares el desayuno, pero Camila... tengo miedo que quemes la cocina - y apenas terminó de hablar me giré hacia ella. 

- Solo prepararé unos huevos y algunas tostadas - respondí -. No quemaré la cocina haciendo simplemente eso, ¿o si? - pregunté finalmente un poco dudosa.

- No lo se... - respondió encogiéndose de hombros, para luego comenzar a buscar algo en sus bolsillos. 

- ¿Que buscas? - le pregunté mientras batía un par de huevos en un pequeño tazón gris.

- ¿No he traido abrigo? 

- Si... lo he dejado en el baño - contesté -. He tenido que limpiar tu vómito de él...

- Lo siento... - respondió apenada -, iré a buscarlo.

Le vi alejarse, mientras agregaba algunos condimentos a los huevos, y colocaba unas rebanadas de pan a tostar.

- Hay dos cosas que quiero contarte - exclamó apenas se adentró en la cocina una vez mas, mientras sostenía dos sobres blancos, uno en cada mano. 

- Déjame terminar esto - le pedí mientras revolvía los huevos, asegurandome que estuvieran listos; para luego ponerlos en otro tazón y llevarlos a la mesa. 

Sabor a almendras -Camren-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora