CAPITULO 34

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Camila POV

Lauren no se había rendido y había seguido provocándome hasta llevarme al límite. Pero a decir verdad, no estaba molesta en lo más mínimo.

Este juego de lucha por el poder, había sido algo que sin dudas me gustaba de ella desde la noche que compartimos.

No podía negar que Lauren me encantaba.

Pero tampoco quería dejar de ser un reto para ella; así que como ella probó hasta donde podía llegar, yo había hecho lo mismo.

Pero ya no podía resistirme.

- ¡Eres una mentirosa, Cabello! - dijo igualando mi tono de voz - ¿De verdad quieres que me vaya? ¿O prefieres que te bese? - preguntó acercándose aun mas a mi posando sus ojos en míos y luego en mis labios.

En ese momento dejé de luchar, y entendí que no ganaría esta batalla.

No tenía sentido obligarme a no tomar lo que quería, cuando lo que quería estaba frente a mi.

Lauren prácticamente estaba pidiendo a gritos que la besara, y quería que fuera yo la que diera ese paso.

No era momento para ser una cobarde.

Inmediatamente la tomé del cuello de su chaqueta y la acerqué aún más a mi de una manera brusca. Quería demostrarle lo decidida que podía ser cuando quería algo. Quería demostrarle que la quería a ella junto a mi, pero no me consideraba lo suficientemente valiente para ponerlo en palabras.

Dejaría que mi cuerpo hablara por mi.

- ¡Esto no cambia nada Jauregui! - exclamé mirando fijamente sus labios para luego morder mi labio inferior - ¡Sigues siendo una idiota mentirosa!

Y la besé.

Nuestras bocas parecían tener memoria, al igual que nuestros cuerpos. Sus labios encajaban de una forma perfecta en los míos.

Lauren siempre había sabido cómo hacerme suspirar. Era como si hubiera sido perfectamente creada para mi. Habíamos coincidido, habíamos conectado y eso no podía ser algo que le pasara a todo el mundo ¿O si?

Nuestras bocas se besaban con suma intensidad. Mis manos habían ido a parar detrás de su nuca donde fijé mi agarre; mientras que sus manos fueron directamente a mis caderas.

No queríamos soltarnos. Tampoco podíamos. De a ratos necesitábamos respirar y nos separabamos lo justo y necesario para tomar una bocanada de aire y seguir besándonos.

Lauren nunca había sido apresurada en cuanto a los besos respectaba. Siempre se había tomado el tiempo necesario para que fuera algo especial. Cuando estuvo lista, comenzó a pasar su lengua suavemente por mis labios como pidiendo permiso para invadir mi boca con ella. Al principio le negué la entrada, pero luego la abrí lo suficiente para poder tomar su lengua entre mis labios, y luego de acercarla más a mi dejé una fuerte mordida.

- ¡Ouch! - exclamó mirándome con sus cejas fruncidas.

- Lo siento - dije con una sonrisa picara en mi rostro. Obviamente no lo sentía.

Volví a besarla, ahora con mayor intensidad.

No me había dado cuenta de cuánto quería a la ojiverde, y peor aún, cuánto la necesitaba. Así que afirme mi agarre en su nuca y me impulsé saltando hacia su cuerpo, dejando que mis piernas se cerraran en su espalda. Lauren inmediatamente me tomó por las piernas para sostenerme mejor, y atrapó mi labio inferior con sus dientes; para luego dejar un beso en el.

No podía olvidar como me encantaba la intensidad con la que Lauren me hacía suya, y a la vez me daba todo el amor del mundo.

Esta mujer era capaz de volverme loca. Y yo no temía perder la cordura.

Sabor a almendras -Camren-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora