CAPITULO 73

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Lauren POV

Estaba tan feliz de haber visto a Camila, que no quería irme de allí para volver a una solitaria casa. Pero debía hacerlo, ya era tarde y la morena debía descansar; teniendo en cuenta que debía ir al Colegio a la mañana, teníamos cita con el Doctor y que luego tenía una tarde de diversión que yo ya había planeado. Había ido solamente con la intención de hablar y contenerla sabiendo que debía de sentirse mal; y había terminado obteniendo mucho mas de lo que esperaba. Camila era siempre capaz de sorprenderme y llevarme mas allá de lo esperado. 

Entendía totalmente si la morena estaba enfadada o peor aun, dolida. En su lugar también me hubiera dolido si supiera que besó otros labios mientras no estuve a su lado. Pero las cosas no habían sucedido de aquella forma porque yo lo quisiera. Si, esta bien... no detuve a Annie cuando debería haberlo hecho, pero sabía bien dentro de mi que lo que estaba sucediendo no se sentía correcto; y por eso no llegó a mas. No me arrepentía de haberla detenido luego de eso, no quería a Annie como algo mas que una amiga; Camila era hasta ahora la única mujer que me había despertado sentimientos que pensaba ya no existían ni existirían para mí. Y planeaba que así siguieran las cosas. 

Estaba encantada con cómo se estaba dando la relación en estos momentos. Estábamos mas comunicativas y esforzándonos para que esto de verdad funcionara. Asi lo queríamos. Podíamos sentirnos cómodas estando una al lado de la otra, teníamos momentos en los que simplemente compartir un lugar y un momento era todo lo que necesitábamos y habían momentos en los que nos dejábamos llevar por nuestros cuerpos. Pero el amor estaba siempre presente. 

Sin duda alguna, estaba completa e irrevocablemente enamorada de Camila Cabello. 

Conduje hasta casa y cuando finalmente llegué, dejé las llaves sobre la mesa al lado de la puerta y me dirigí a oscuras hasta la habitación donde me dejé caer en el centro de la cama. Miraba el techo blanco y no podía dejar de pensar en lo dichosa que me sentía de haber encontrado el amor de una forma tan única como lo había sido. 

Camila sería siempre, mi casualidad mas bonita. 

Ahora tenía la posibilidad de llamar a esa chica mi novia, y esperaba con ansias poder llamarla esposa en algún momento. Una parte de mi pensaba que era aun muy pronto para contraer matrimonio, pero por otro lado sentía que el tiempo era simplemente lo que nos permitía medir la vida; y si bien sabía que habíamos tenido algunos momentos que desearíamos poder olvidar... la mayoría de nuestros recuerdos eran claramente hermosos.

Tener la posibilidad de despertar a su lado cada día, ver su sonrisa y escuchar su risa. Acariciar su piel, observar su pelo desordenado sobre la almohada contigua a la mía. Oírle cantar y contarme historias. Verle bailar y hacer payasadas. Eran simplemente algunas cosas que pedía a gritos no perder jamas. 

El tiempo pasaba y no podía dormir. Lo único que podía hacer era mirar el techo y sonreir como una tonta enamorada. Así que enérgicamente me volví a poner de pie y me dirigí a oscuras hacia la habitación que estaba a continuación. Giré el picaporte y apenas la puerta se abrió encendí la luz. Había dejado un montón de cuadros sin terminar porque había perdido la inspiración los días anteriores, pero ahora mas que nunca tenía ese sentimiento que ocupaba mi pecho y pedía a gritos salir; así que lo mejor era tomar unas brochas, algunos colores, y comenzar a pintar. 

Las horas pasaban y continuaba pintando líneas y manchas que terminaban siendo parte de algún paisaje o simplemente algo mas abstracto, aunque no solían ser mis favoritos. Tuve la suerte de poder terminar todos para cuando dieron las 8AM, sin darme cuenta que me había pasado toda la noche en vela. Cuando vi la hora en el pequeño reloj de pared, me puse de pie de un salto y dejando todo a un lado corrí al baño de mi habitación para tomar una ducha antes de irme a uno de mis lugares favoritos, mi estudio.

Sabor a almendras -Camren-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora