Moon Knight V

Conquistando a su esposa (Marc x hermana)

Prólogo: Después de lo sucedido en el Cairo, Marc tiene problemas para recuperar la confianza de Layla por lo que tu le ayudas dándole consejos.

llxckley
Jazamidala

Los acontecimientos sucedidos en el Cairo habían sido hace un par de semanas ya, y Marc aún no se había reconciliado con Layla. Steven si había hecho avances, pero Marc no.

–¡Es que no sé cómo acercarme!–Exclamó frustrado caminando de lado a lado frente a ti en su departamento donde tu estabas sentada a lo largo del sillón comiendo su helado favorito el cual te dio solo para que le escucharas.–¡Ya no sé qué más hacer!

–¿Y qué es eso tan grande que hiciste para acercarte?–Le preguntaste llevando una cucharada a tu boca viéndole desde tu posición sentada.

–Le llevé flores, le expliqué mis razones, le llevé regalos, ¡y nada sirve! Sigue sin querer verme y en lugar de eso, se la pasa todo el tiempo con Steven.–Se quejó pasando una mano desde su frente a su cabello para peinarlo y la otra la dejó en su cadera quedándose quieto.

–¡Wooow! Tú SÍ que sabes cómo conquistar a una mujer.–Rodaste los ojos volviendo a comer helado.

–Qué se supone que significa eso.–Dijo sonando más como una orden que pregunta, una mala costumbre que adoptó en su tiempo en el ejército.–Iluminame, porque creí que eso es lo que todas esperan.

–Pues si... pero no lo que Layla espera.–Le dijiste como si fuera lo más obvio mientras él te veía confundido.–Agh Marc, tú no entiendes nada.

Te sentaste de piernas cruzadas y Marc se sentó frente a ti en el sillón viéndote confundido.

–Marc, Layla ya te ama, ya la conquistaste, ya es tu esposa. Cada parte de ti la conquistó. Ella no necesita que la seduzcas ni que la conquistes, ella necesita ver que enserio lo sientes y que confías en ella.–Le dijiste viéndole a la cara mientras él no apartaba su mirada de ti.–Marc, seamos honestos, la lastimaste, la heriste como ella nunca pensó que lo harías al ocultarle lo de su papá.

–Si, pero ya le pedí perdón.

–Pero cuando se lo dijiste no parecía que de verdad lo sintieras.–Le dijiste viéndole con algo más de comprensión en tu rostro, y Marc bajó la vista hacia sus manos apoyando la espalda atrás en el sillón.–Marc, lo que Layla necesita es saber que puede confiar en ti, necesitas abrirte con ella, contarle todo lo que viviste, todo lo que sufriste, todo lo que hiciste, todo lo que eres y lo que te pasa. Estoy segura de que ella no está molesta, si no dolida.

Le duele ver como su propio esposo no confía en ella y prefiere ocultarle sus cosas.–Le dijiste sin apartar tu mirada de él.

–Solo lo hago para... para protegerla. No quiero que... que me vea como el monstruo que soy.–Murmuró de forma triste sin atreverse a levantar la vista hacia ti.

–Marc, Layla tiene muy claro lo que has hecho, y créeme que ella no piensa que eres un monstruo. Ninguno de nosotros piensa eso. Lo único que Layla siempre te ha pedido, es que confíes en ella.–Le dijiste dejando la caja pequeña con helado a un lado y te acercaste para posar tu mano sobre la suya provocando que levantara la vista hacia ti.–Ella es tu esposa, se supone que es la persona en la que más deberías confiar en el mundo. Ustedes son un equipo, ella te apoya a ti y tu a ella.

Lo único qur Layla quiere es poder estar ahí para ti así como tú estás para ella. Lo único que ella te pide es que le des aunque sea un poco de confianza. ¿O acaso no crees lo triste que debe ser para Layla saber que su propio esposo no confía en ella?–Le dijiste viéndole con una mirada suave.

Marc se te quedó viendo y bajó la vista hacia sus manos soltando un fuerte suspiro.

–¿Y cómo hago eso? ¿Cómo se supone que debo demostrarle todo lo que dices?

–Empieza de a poco, parte por contarle cómo fue que Steven llegó a tu vida.–Le dijiste con una pequeña sonrisa amigable provocando que se te quedara viendo algo asustado.–Sé que es algo muy difícil, créeme que si porque yo también estaba ahí cuando te sucedió, pero en mi opinión, ese es el inicio de todo esto. Trata Marc, ¿si? Trata de confiar en tu esposa, ábrete a ella de a poco, cuéntale pequeñas cosas, pero enserio tienes que intentarlo si quieres que su matrimonio se salve.

Marc soltó un suspiro y levantó la vista hacia ti con una sonrisa antes de acercarte y abrazarte dejando un beso en tu cabeza.

–¿Desde cuando te volviste tan sabia e inteligente?–Te preguntó con una sonrisa provocando que rieras.

–Siempre lo he sido, solo que nunca hemos pasado tanto tiempo juntos como para que lo descubrieras.–Le dijiste alejándote un poco para verle a la cara.

–Lamento haberme ido y haberte dejado... no debí... debí haberme quedado por ti y después habernos ido juntos.–Te dijo con algo de tristeza en su voz.

–Eso ya no importa, de todas formas te encontré, y no pienses que te vas a deshacer de mi tan fácil.–Le dijiste con una sonrisa haciéndole reír mientras te volvía a abrazar.

–Tampoco quería hacerlo.–Respondió sin dejar de sonreír.