De Atlantis

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Prólogo: Le confiesas a los chicos que eres de Atlantis.

Connito__
Advertencia: La rayis aquí viene de Atlantis (solo para dejar claro, esto no es un crossover con Aquaman, es una idea totalmente a parte).

¿Cómo así que es de Atlantis, mi dama?–Te preguntó confundido mientras sus manos seguían en las tuyas.

Ambos estaban en una playa bastante escondida en el atardecer sentados sobre una toalla en la arena.

Acababas de confesarte a los chicos tu mayor secreto, y es que provenías de Atlantis, una de las muchas ciudades escondidas en las profundidades del mar.

–P-pues si... ahí soy yo quien dirige el ejército, entrena a los nuevos miembros de él, y-y pues la mano derecha de la reina.–Le dijiste con una pequeña risita nerviosa mientras él te observaba confundido.

Mi amor perdona pero, no estarás hablando enserio, ¿o si?–Dijo soltando una pequeña risita sin poder tomarse enserio lo que estabas diciendo.–Esa es la ciudad que desapareció hace mucho, ¿no? No puede ser real...

–¿Así cómo los dioses no tienen contacto con humanos? ¡Vamos Marc! ¡Pensé que ustedes más que nadie podrían entenderlo! ¡Fueron avatares de un dios!–Le dijiste algo nerviosa soltando sus manos.

Osea si dama, no se enoje, pero es que si está bien rar— ¡¿ENSERIO ERES DE ATLANTIS?! ¡¿ENTONCES ES REAL?! ¡¿DE VERDAD EXISTE?!–Steven tomó el control y volvió a tomar tus manos dejándolas cerca de su corazón acercándose aún más a ti viéndote emocionado.

Te le quedaste viendo unos segundos algo sorprendida ya que no esperabas ese cambio tan repentino, sin embargo soltaste una pequeña risita.

–P-pues si... si, es verdad. Y la verdad es que he sido yo quien ha hecho hasta lo imposible para que no lo descubran en casi el último siglo... pero creí que como ya llevamos bastante tiempo juntos debían saber de donde realmente vengo.–Le dijiste con una sonrisa.

¡WOOOOOW! ¡Esto es muy... ES MUY WOW! ¡¿Cómo es allá?! ¡¿Cuantos años realmente tienes?! ¡He leído que ellos pueden vivir más que nosotros los humanos! ¡¿Cómo es la gente ahí?! ¡¿Son sirenas?! ¡¿Las sirenas existen?! ¡¿Acaso tú eres una sirena?!–Te preguntó totalmente emocionado sin poder realmente medir el tono de su voz.–¡Por todos los dioses! ¡Tengo tantas preguntas!

–Y prometo que voy a responderlas todas, solo me preocupa que Marc y Jake no me crean así que vengan conmigo.–Le dijiste sin dejar de sonreír poniéndote de pie con tu mano tomada de la suya.

Steven te siguió hasta el mar  ambos descalzos y sin soltar tu mano hasta que tu la dejaste ir mientras te veía maravillado.

Te adentraste en el agua hasta quedar más o menos a la cintura mientras él quedaba más a la orilla, y con tus manos hiciste que el agua se elevara creando una forma de luna pequeña.

No mames wey... cabrón si era real...–Dijo con un tono de voz de no poder creerse lo que estaba viendo.

Nunca más vuelvo a cuestionar nada de lo que nuestra mujer nos diga.

¡WOOOOOW! ¡¿Puedes hacer la Esfinge Egipcia?!–Preguntó emocionado entrando más en el agua quedándole hasta a las rodillas.

Soltaste una pequeña risita e hiciste una esfinge con el agua provocando que aplaudiera emocionado, y luego formaste su nombre antes de dejar el agua caer al mar.

Steven se abalanzó sobre ti provocando que ambos cayeran al mar dándote un beso, pero pronto le ayudaste a salir mientras tosía y tu le sujetabas flotando más adentro.

–¿Estás bien?–Le preguntaste quitando sus rizos mojados de su rostro.

¡QUERIDA ESO FUE— FUE LO MEJOR QUE HE VISTO EN MI VIDA!–Exclamó tosiendo ligeramente teniendo sus piernas alrededor de tu cintura y sus brazos sujetándose abrazado a ti mientras tu flotabas.

–Me alegra que te haya gustado, quizás algún día pueda llevarte a Atlantis.–Le dijiste con una sonrisa mientras lo sujetabas.

¿Enserio se puede...?–Preguntó antes de que asintieras con la cabeza y te besara con fuerza.

Pronto sus piernas dejaron tus caderas y comenzó a flotar por sí mismo con sus brazos aún alrededor tuyo.

Perdón por no creerte, es que era algo muy... no lo sé, solo... perdóname.–Te dijo con una sonrisa dejando su mano en tú mejilla.

–Tranquilo, estoy feliz de que al fin sepan la verdad, lamento no habérselos dicho antes.–Le dijiste con una sonrisa.

Ay dama no se disculpe, yo también me habría quedado callado con un secreto así de tremendo metido en el culo.–Te dijo haciéndote reír provocando que él sonriera y besara tu mejilla abrazando sus brazos a tu cintura y los tuyos a su cuello mientras flotaban en el mar.

Moon Knight VDonde viven las historias. Descúbrelo ahora