Promesas rotas

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Prólogo: Les prometiste a los chicos que dejarías de fumar, sin embargo Steven descubre que solo les has estado mintiendo.

Alexaaajcs
Advertencia: Aquí la rayis fuma.




Los chicos sabían que tu fumabas, sobre todo porque en más de alguna ocasión lo hiciste con Jake, sin embargo ellos pensaban que era de vez en cuando y no todos los días, hasta que empezaron a sospechar que quizás habías empezado a fumar otro tipo de cosas.

Si bien no pasaban todo el día contigo, el olor a cigarro en tu ropa ya estaba prácticamente impregnado, al igual que en tu cuerpo, y el hecho de que ya no fuera uno o dos cigarros por semana, si no que quizás dos paquetes de cigarro les preocupaba bastante.

Los tres habían hablado contigo, Jake incluso había había de fumar para apoyarte, y sin embargo seguías haciéndolo a escondidas. Marc te confrontó sobre ello lo cual llevó a una gran discusión entre los dos. Jake también trató de hablar contigo pero no sirvió de mucho, y ya no sabían que hacer. Hasta que finalmente les prometiste que dejarías de hacerlo.

Aquella mañana tenías que irte al trabajo, y como Steven tenía el día libre se levantó temprano para prepararte tu comida y empacarla en tu mochila.

Sin embargo mientras guardaba el recipiente con comida y un termo pequeño con té, encontró un paquete de cigarros en tu mochila cuando hace una o dos semanas les habías dicho que dejarías de fumar.

–Okey... ya me tengo qur ir o si no voy a llegar tarde.–Dijiste llegando donde estaba él colgando tu toalla en el tendedero en la sala de estar, y luego fuiste a la cocina.

¿Querida qué significa esto?–Te preguntó volteándose hacia ti con expresión molesta y el paquete en mano.–Dijiste que dejarías de fumar, ¿entonces por qué tienes esto en tu mochila?

–¿Enserio ahora están revisando mis cosas? ¿Tan bajo tenían que llegar?–Preguntaste de vuelta molesta acercándote para quitarle el paquete de la mano, sin embargo lo alejó de tu alcance.–¡Steven ya dámelo!

¡No! Ya estamos cansados, T/N. Nos has prometido una infinidad de veces que vas a dejar de fumar, y aún así lo sigues haciendo. ¡Nos mientes en nuestra cara!

–¡Bueno ese no es su problema! ¡¿Y si tanto les molesta que siga fumando por qué no simplemente me dejan y ya?!–Le gritaste molesta quitándole el paquete y tomando tú mochila para guardarlo.

Steven se te quedó viendo con el ceño fruncido tratando de mantenerse lo más serio posible.

¿Sabes qué? ¡Haz lo que quieras, ya no me importa! ¡Si quieres seguir fumando, bien, hazlo! ¡Si te quieres ir porque te molesta tanto que nos preocupemos por ti, entonces vete! ¡Pero ya estoy cansado de que nos mientas en la cara cuando lo único que hacemos por ti es preocuparnos y cuidarte, a pesar de que tu no pones ni un poquito de tu parte!–Dijo alzando la voz viéndote molesto como nunca antes le habías visto.

Steven respira, ¿quieres? Trata de calmarte o te va a dar un ataque de pánico.

¿Por qué no nos dejas tomar el control desde aquí?–Le dijeron ambos desde el espacio mental algo más tranquilos, mientras tú le veías con expresión dolida.

¿Tomar el control? ¿Y para qué? ¿Para decirle que deje de fumar? ¿Para pedirle por favor que no nos mienta más? ¿Que no nos haga pasar por tontos?–Dijo con voz cansada y de forma sarcástica viendo en el reflejo de la pecera cerca de ustedes.

–S-steven...–Traste de decirle acercándote a él, pero Steven se alejó.

Steven nada, T/N. Ya te tienes que ir a trabajar, no vaya a ser que llegues tarde.–Te dijo molesto pasando por tu lado para ir a su habitación.

Tragaste el doloroso nudo en tu garganta conteniendo el sollozo que amenazaba con salir, y dejaste tu mochila en tu espalda para tomar tus llaves y salir del departamento.

Durante todo el día lo único en lo que pudiste pensar fue en la expresión de dolor y rabia que Steven tenía, y en la forma que te había hablado en la mañana.

Steven nunca antes te había hablado de esa manera, nunca te había gritado, ni mucho menos se había enojado contigo. Obvio tenían discusiones pequeñas, pero nunca hasta tal punto. Con Marc y Jake si, pero con Steven nunca.

Lo único que habían estado tratando de hacer durante todo ese tiempo era cuidarte, y tú solo les habías estado mintiendo en la cara. Habías traicionado su confianza.

Nunca habías visto a Steven tan molesto como esa mañana, y el hecho de que hubiese sido dirigido hacia ti toda esa rabia y ese enojo te partía el corazón.

De camino a casa por la tarde tiraste tu encendedor y el paquete de cigarros en un tarro de basura, y luego entraste en el edificio para subir hasta su departamento.

Cuando llegaste viste a Steven limpiando la cocina, por lo que cerraste la puerta y dejaste tu mochila a un lado.

–Hola...–Le saludaste jugando con las llaves en tus manos, sin embargo Steven no dijo nada y solo se dio la media vuelta para ir a su habitación.

Bajaste la vista con tristeza volviendo a sentir ese nudo en la garganta, y dejaste tus llaves a un lado para ir a la cocina donde Steven te había dejado un plato con comida.

Te sentaste a comer sola en la mesa de espaldas a su habitación tratando de poner tus ideas en orden, y cuando terminaste y lavaste tu plato, fuiste a su cuarto donde Steven recostado estaba de espaldas hacia tu lado de la cama.

Fuiste al baño para ponerte el pijama y arreglarte para dormir, y una vez lista te metiste en la cama en dirección hacia él.

–Steven... háblame por favor... dime algo...–Le dijiste con un cierto toque de desesperación en tu voz y algo temblorosa.

A pesar de querer voltearse hacia ti con todas sus ganas, Steven tragó el nudo en su garganta y cerró los ojos forzándose a dormir e ignorarte, a pesar de querer abrazarte y no dejarte ir más.

Es verdad que en la mañana quizás se había pasado un poco con todas las cosas que te dijo por ese momento de rabia y dolor, pero tal vez eso era lo que necesitabas para darte cuenta de que el daño no te lo hacías solo a ti, si no que a ellos también por mentirles y ocultarles cosas.

Tragaste el nudo en tu garganta y te acercaste para abrazarlo por la espalda provocando que Steven abriera los ojos, pero que se quedara quieto y en silencio en su misma posición.

–Perdóname por... p-por mentirles, yo no... no quería que pasara todo esto, perdónenme...–Hablaste con voz temblorosa escondiendo tu rostro en su espalda y aferrándote a él como si tu vida dependiera de ello.–Les prometo que lo voy a dejar, lo voy a intentar... y-ya tiré el paquete que tenía y-y el encendedor también, te lo prometo, puedes revisar mis cosas si quieres pero por favor no me dejen...

Soltaste un fuerte sollozo, y Steven ya no pudo contenerse más y se volteó para abrazarte con fuerza dejándote llorar en su pecho, acariciando tu espalda y jugando con tu cabello.

–Perdóname por favor... no me dejes...–Sollozaste apretando su playera de pijama en tus puños tratando de mantenerte lo más cerca posible de él.

Está bien querida, te perdono... está bien, y también perdóname por cómo te hablé en la mañana...–Te dijo con voz suave y un par de lágrimas corriendo por sus mejillas, abrazándote con más fuerza.

–No me pidas perdón por enojarte por algo que yo hice...–Dijiste abrazándolo y escondiendo tu rostro en su cuello.

Steven dejó un beso en tu cabeza y solo se quedó abrazándote y acariciando tu espalda dejándote llorar en su pecho hasta quedarte dormida, al igual que él.

Moon Knight VDonde viven las historias. Descúbrelo ahora