Moon Knight V

Los reclamos de Donna (STEVEN)

Prólogo: Donna lo único que quiere es que despidan a Steven, por lo que hace un reclamo contra él.

Advertencia: Donna.

Steven sabía y tenía muy claro que Donna lo detestaba, sin embargo últimamente su odio solo había crecido, y el pobre británico no tenía idea de por qué.

Se la pasaba diciéndole que hacía mal las cosas cada cinco minutos incluso cuando estaba todo perfecto, le criticaba a cada momento del día, reclamaba que llegaba tarde incluso cuando había logrado empezar a llegar cinco minutos antes, cuando estaba en su horario de almuerzo le enviaba a hacer cosas, y así un sin fin de otras situaciones más.

Steven en ese momento estaba en la caja registradora detrás del mesón de la tienda sentado en un taburete leyendo un libro mientras bebía una taza de té. Era un día lento por lo que no había mucha gente, y tampoco había nadie en la tienda así que aprovechó para terminar uno de los cinco libros que le habías obsequiado para su aniversario unas semanas atrás.

–¡STEVIE!–Exclamó Donna haciéndole dar un pequeño salto volteándose hacia ella.–¡¿Qué crees que estás haciendo?!

–Ah... ¿t-tomando té?–Respondió algo inseguro bajando la vista a la taza en su mano, para luego volver a verla a ella.

–¿Mientras lees? ¡¿Es enserio?! ¡Estás en tu horario de trabajo y lo único que espero de ti es que hagas TU MALDITO TRABAJO!–Le gritó ella golpeando el mesón con su mano haciéndole dar un salto y fruncir el ceño ante su voz chillona y fuerte, captando la atención de algunas personas que intentaban ignorar la situación.

–P-pero es que no hay nadie... no ha venido ninguna en persona a la tienda en toda la mañ—

–¡¿Y crees que ese es mi problema?! ¡Aquí se te paga porque trabajes! ¡No para que hagas lo que se te da la regalada gana!–Le dijo cerrando su libro con fuerza atrapando sus dedo en él donde Steven los sacó soltando un pequeño quejido.–Si no hay gente en la tienda entonces debes ponerte a limpiar, reponer las repisas o ir a la bodega y ver qué más traer.

–Es que ya hice todo eso, no hay nada más que hacer—

–¿Sabes qué? Estoy cansada de tener que verte la cara todos los días. Mueve tu trasero y ven conmigo, vamos a hablar con la directora del museo y veremos qué le parece tu comportamiento.–Le dijo ella antes de darse media vuelta para caminar a la oficina.

–¿Mi comportamiento? ¿Pero qué mal comportamiento tengo?–Murmuró confundido poniendo el letrero de que la tienda estaba cerrada, antes de seguir a la mujer.

Caminaron por un pasillo hasta subir unas escaleras donde se encontraron con el escritorio de la secretaria, quien al verlos les ofreció una sonrisa.

–Buen día Steven.–Le saludó ella con una sonrisa.

–Hola...

–Buen día Donna, ¿qué puedo hacer por ustedes?–Les preguntó dejando unos papeles a un lado.

–Necesitamos ver a la directora, es algo muy urgente.–Le dijo ella cruzándose de brazos y el ceño fruncido.

La chica frunció el ceño confundida y dirigió la vista hacia Steven, quien solo se encogió de hombros jugando con un anillo en su dedo en la mano izquierda.

–Claro... la directora está algo ocupada pero estoy segura de que puede hacer un espacio por ustedes. Denme un minuto.–Dijo la chica levantándose de su asiento con los papeles en mano, antes de golpear la puerta y entrar en la oficina.

–Ahora vamos a ver si te vas a poder seguir salvando, Stevie. Cuando la directora sepa de lo mal que haces tu trabajo no te va a querer ver más aquí.–Le dijo ella viéndole mal y en voz baja.