Moon Knight V

Una situación difícil (parte 2)

brisajones
Advertencia: Marc es algo distante en este o.s.

–Escúchenme bien par de pendejos, más les vale andarse con cuidado porque la mujer a la que van a conocer hoy es la que va a ser mi futura esposa así que cuidadito con adarle haciendo ojitos.–Les dijo Jake mientras conducía su taxi, y vio a Marc rodar los ojos por el reflejo del espejo retrovisor.–¡A mi no me vengas a rodar los ojos, Marc Spector!

–¿Quieres calmarte un poco? Tampoco es la gran cosa, además no entiendo por qué nos obligas a conocer a esta tal T/N. Ella es parte de TÚ vida, la vida que tienes apartada de nosotros desde hace ya un buen tiempl. Yo no te obligué a conocer a Layla así que no sé por qué nos obligas a esto.

–Yo no los obligué pinche pendejo, Steven quiere conocerla, yo no sé qué haces tú aquí si tanto te molesta. Además, no es culpa mía que las cosas con Layla no te estén funcionando así que no descargues tu pinche enojo y tus mamadas contra mi.

Habían pasado un par de meses desde que supiste que Steven y Marc estaban intentando algo con Layla, y durante ese tiempo fue que Jake se presentó ante ellos y también les confesó acerca de tu existencia.

Honestamente las cosas entre los otros dos y Layla no estaban saliendo tan bien ya que era difícil acostumbrarse a una relación así, mientras que por otro lado las cosas entre Jake y tu iban de maravilla, solo que hacía falta conocer a las otras dos identidades que también vivían en su mente y cuerpo, por decirlo de alguna manera.

–Okey, yo creo que todos deberíamos calmarnos un poco y respirar antes de bajarnos e ir a conocer a T/N, ¿si?–Dijo Steven mientras que Jake había aparcado en su lugar de siempre en tu edificio, y se quedó sentado en el taxi.–Marc, si tu no quieres conocerla aún está bien, puedes quedarte en el espacio mental y cuando lleguemos por la noche a casa podemos cederte el—

–¿Llegar en la noche? Nah, nah mi carnal, yo hoy día me quedo aquí con mi mujer, ya veremos si mañana tengo ganas de volver pero de momento nos quedamos aquí. Ahora, el que no quiera conocerla se me va escondiendo y quien si quiera se me va preparando porque ya vamos atrasados y mi señora debe estar en medio de un colapso nervioso.–Les dijo acomodando su boina viéndose en el espejo retrovisor antes de tomar un ramo de tus flores favoritas del asiento del copiloto y bajarse.

–Yo no voy a ser parte de esta ridiculez.–Murmuró Marc en el espacio mental antes de desaparecer.

Jake rodó los ojos y fue hacia el elevador para subirse y apretar el botón de tu piso.

–Oye Jake... ¿cómo es ella? ¿Qué le gusta? Ahora me siento mal por no haber traído nada... ¿y si piensa que soy un sin vergüenza? ¿O-o si le caigo mal y no le agrado? ¡O aún peor! ¡¿Qué pasa si empiezo a hablar de Egipto y piensa que soy un rarito?!–Preguntó asustado y alarmado desde el reflejo del espejo del elevador caminando en círculos.

–Tú tranquilo compadre, mi dama ya sabe bastante sobre ti así que no va a pensar que eres un rarito.

–¡¿Le hablaste de mi?!–Exclamó alarmado volteándose para verlo.

En ese momento las puertas se abrieron y Jake bajó sacando las llaves de tu departamento de su bolsillo y se acercó a la puerta para abrir.

Cuando entró, pudo verte en la cocina y una sonrisa se formó en su rostro mientras cerraba y colgaba las llaves.

–¡Mi dama! ¡He llegado!–Exclamó acercándose a ti con una sonrisa.

–¡Jake! ¡Al fin! ¡¿Dónde estabas?! ¡Ya me tenías preocupada!–Le dijiste acercándote a él donde el latino te abrazó y dejó un beso en tu cabeza.

–Tranquilita dama, andaba arreglando un par de cosas con el par de pendejos pero ya está todo bien, solo que hoy no va a conocer a Marc.–Te dijo con una sonrisa a modo de disculpa apartando un poco de tu cabello de tu rostro.

–Oh... está bien, no pasa nada, de todas formas preparé cosas veganas para Steven y a ti te tengo algo guardado por si te da hambre más tarde.–Le dijiste con una sonrisa recibiendo sus flores.

–¿Preparó algo especial para mi...?–Dijo en el espacio mental llevando sus manos a su corazón desde donde te veía en el reflejo de una ventana ahí cerca.

–¿Está lista para conocer a Steven?–Te preguntó viéndote con una sonrisa.

–Si... ¡aunque espera!–Dijiste alejándote para quitarte tu delantal y arreglar un poco tu ropa y cabello.–Ahora si.

Jake rio ligeramente y te besó con ternura antes de alejarse y quitarse la boina antes de ceder el cuerpo.

Tu te quedaste observándolo algo sorprendida ya que esta era la primera vez que veías hacer un cambio de "control" entre ellos.

Viste que tomó una postura más encorvada y como si se hubiese hecho más pequeño, su expresión cambió a una más tímida y torpe y pronto parecía como si sus propias ropas le quedaran más grandes.

Steven parpadeó un par de veces y comenzó a ver a su alrededor maravillado jugando con sus manos, mientras tú le observabas con una sonrisa.

–¿S-steven?–Preguntaste algo nerviosa tratando de no demostrarlo.

Steven se volteó para verte, y quedó ligeramente boquiabierto antes de recuperar la compostura.

–¡Ho-hola! Es un gusto al fin conocerte, s-soy Steven Grant... con V... trabajo en la tienda de regalos del museo Nacional de Londres... a-aunque eso es información innecesaria y que quizás probablemente ya sabías...–Murmuró apenado la última parte ofreciéndote una sonrisa boba y extendiendo su mano hacia ti.

–Es un gusto conocerte también Steven, Jake me ha hablado mucho de ti. Soy T/N T/A, aunque probablemente tu también sabías eso.–Le dijiste con una sonrisita.

–T/N T/A... me gusta ese nombre...–Dijo viéndote embobado con una sonrisa acorde a su voz.

–¡Eh! ¿Qué dije en el auto? Cuidadito con mi señora mocoso británico.

Steven aclaró su garganta soltando tu mano y se quedó viendo a su alrededor como todo era tan tú, y eso que ni siquiera te conocía bien.

–Jake dijo que eras vegano así que hice mi mejor esfuerzo preparando algunas cosas para cenar.–Le dijiste señalando a la mesa detrás suyo.

–Oh no tenías por qué hacerlo, no tenías que molestarte...–Dijo apenado caminando detrás de ti para sentarse contigo en la mesa.

–No fue ninguna molestia, además, no creo que hayas querido comer el medio kilo de carne que Jake usualmente come cuando viene.–Le dijiste sirviendo un poco de vino en su copa y haciéndole reír.

–No, supongo que no...–Soltó una pequeña risita viendo como servías tu copa de vino, y no pudo evitar observarte mientras sonreía.

–Y... ¿por qué no me cuentas un poco de ti? Jake me comentó que te gusta mucho Egipto y su historia. Yo realmente no soy una experta pero sé algunas cosas, de hecho Jake y yo fuimos de vacaciones una vez.–Le dijiste con una sonrisa comenzando a servir comida en tu plato.

–¡¿Enserio?! ¡No tenía idea! ¡Egipto es increíble! ¿Vieron las pirámides de Giza? ¿O el río Nilo? ¿O fueron a algún templo?–Te preguntó emocionado comenzando a servirse.

–Si, fuimos a algunos lugares... quizás puedo decirte a donde fuimos y tu me cuentas la historia, ¿qué te parece?

–Me encantaría— ¡digo! Si, claro, no hay problema...–Dijo viéndote sin poder dejar de sonreír.

Soltaste una risita que le hizo sonreír y ambos comenzaron a comer mientras charlaban.