Un mal día (Steven Mafia AU)

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Prólogo: Steven tiene un mal día en el museo así que decides tomar cartas en el asunto.

Hace unos días hice una encuesta de instagram sobre si querían ver cómo era Steven siendo jefe de la Mafia, o si querían que su novia lo fuera, y pues ganó la opción de que sea su novia la jefa, así que aquí está el capitulo el cual espero les guste y lo disfruten ✨️

Advertencia: Steven un poco triste.




Estabas en medio de una reunión en la sala de reuniones que tenía tu gran mansión.

Te encontrabas sentada en la cabecera de la mesa de espaldas al gran ventanal detrás tuyo, la perdona que era tu mano derecha sentada junto a ti, con otros dos hombres vigilando las puertas que estaban cerradas, mientras los integrantes de esta reunión se encontraban sentados a lo largo de la mesa.

Mientras ellos hablaban, llamaron muy suavemente a la puerta provocando que se quedaran todos en silencio, a la vez que una de las personas junto a esta la abría y Steven asomaba la cabeza por ella.

–O-oh perdón... estás en una reunión, no quería molestar, lo siento.–Se disculpó avergonzado al ver a toda esa gente ahí.

Sin embargo notaste sus ojos ligeramente hinchados y algo rojos con su voz temblorosa, lo cual te hizo fruncir el ceño.

–Pero no es tan importante, por favor pasa. Los demás ya pueden retirarse.–Le dijiste a Steven con una sonrisa poniéndote de pie.

–¡¿Ya?! ¡Estamos en medio de un asunto importante!–Se quejó uno de los integrantes poniéndose de pie de forma brusca, provocando que Steven que iba acercándose se detuviera a mitad de camino y diera un pequeño salto afirmando aún más fuerte el tirante de su bolso que llevaba al trabajo con sus manos que colgaba de su hombro.

–Y estoy segura de que puede esperar, así que ahora le pido por favor que se retire EN SILENCIO si no quiere que hablemos en otros términos cuando nos veamos nuevamente.–Le dijiste de forma seria sin apartar la mirada de sus ojos.

La persona tragó saliva nerviosa y aclaró su garganta acomodando su traje antes de que quien era tu mano derecha le guiara hacia la salida dejándolos a ustedes dos solos en la gran habitación.

–¿Steven qué pasó? ¿Por qué tienes esa cara? ¿Estuviste llorando?–Le preguntaste preocupada tomándolo de la mano para que se sentara contigo en un de sillón que había en la habitación.

–P-puede ser que un poquito, si...–Dijo soltando una pequeña risita avergonzado jugando con sus manos.–E-es que fue un día pesado, y-y puede ser que Donna me haya levantado la voz frente a los clientes... ¡p-pero solo un poquito! No fue para tanto, solo estaba cansado y puede que tal vez me haya pasado la cuenta y por eso es que tal vez haya exagerad—

–Steven.–Dijiste de forma seria captando su atención, sin embargo no quería verte a la cara porque sabía que ya lo tuyo con Donna era personal.

Realmente ella no lo sabía, pero gracias a Steven es que muchas veces le había salvado la vida de que fueras a darle una visita "amistosa" para hablar sobre su trato hacia sus trabajadores, especialmente hacia Steven. Aunque por cómo te veías en esos momentos, no iba a poder salvarla por mucho tiempo más.

–¿S-si querida?–Preguntó levantando la vista poco a poco hacia ti.

–Donna te levantó un poco la voz... ¿o te gritó? Porque hay una gran diferencia entre ambas cosas.

Steven se quedó unos momentos en silencio viendo hacia sus manos jugando con ellas mientras trataba de buscar una forma de seguir salvándola, pero realmente ya no había nada más que pudiera hacer.

–Steven.

–Tienes razón... me gritó...–Dijo dándose por vencido acurrucándose en el sillón apoyando la espalda hacia atrás y volteando su cuerpo hacia ti, mientras tú te girabas en dirección a él.

–¿Entonces por qué la sigues defendiendo?–Le preguntaste confundida mientras él jugaba con tu mano.

–No lo sé... es que no quería que tu... q-que fueras a... p-pues que fueras a visitarla.–Murmuró levantando la vista hacia ti donde finalmente pudiste ver lo rojo y un poco hinchados que tenías sus ojos por llorar de camino a casa.

–Steven... esa bruja se lo merece. Siempre te grita y te trata como quiere, y créeme que me he resistido varias veces de hacerle una visita solo porque tú me lo pides, pero ya no más, ¿Entendido? No voy a aguantar que te siga tratando así.–Le dijiste dándole un suave apretón a sus manos.–¿Hay algo más que haya pasado hoy?

Steven bajó la vista y se quedó en silencio unos momentos provocando que soltaras un suspiro, hasta que finalmente se decidió a hablar.

–Hay... hay unos guías turísticos que son amigos de Dylan que saben de nuestra cita fallida, y-y pues suelen reírse de mi.–Dijo soltando una pequeña risita secando una lágrima de su mejilla.–Y-y también algunos de marketing que hace unos días traté de corregirlos por algo que pusieron mal en los carteles de promoción de la Enéada, y-y ahora suelen pasarse por la tienda a desordenar las cosas y reírse un rato...

Inhalaste profundamente tratando de calmarte al pensar en lo infantiles que eran, y luego le ofreciste una sonrisa tomando ambas de sus manos.

–No te preocupes por eso mon cher, yo me haré cargo de esto. Ahora mejor vamos a cenar algo que te guste a ti para que te olvides un poco de tu día, y si quieres puedo preparar un baño de burbujas caliente para más tarde. Hoy relájate y mañana no vayas al trabajo, solo quédate aquí y organiza tu biblioteca que aún te faltan algunas cajas.–Le dijiste con una sonrisa haciéndole ponerse de pie para ir hacia la puerta y abrirla, donde fuera te estaba esperando la persona que era tu mano derecha.
(Mi querido)

–Pero no puedo faltar, Donna—

–No te preocupes por Donna. Mañana quédate aquí en casa organizando tu biblioteca y ya, te mereces un descanso. Ahora ve mientras a la habitación que ya llevo yo la comida.–Le dijiste con una sonrisa dejandole un beso en los labios con ternura.

–O-okey...–Murmuró embobado antes de volver a besarte y luego irse tarareando una canción y siguiendo el ritmo con sus dedos golpeando suavemente su pierna.

Una vez Steven desapareció por el pasillo, tu sonrisa desapareció y te volteaste hacia tu asistente.

–Quiero que te contactes con el dueño del museo donde trabaja Steven y que mañana lo deje cerrado, que no le avise a sus trabajadores y que cuando lleguen por la mañana los tenga a todos en una sala, necesito hablar con algunos de ellos.–Le dijiste en voz baja viéndole completamente seria.–Y que Donna me espere en una habitación ella sola, tenemos una conversación pendiente.

–A la orden, aunque me sorprende que no lo quieras comprar.–Dijo soltando una pequeña risita.

–Aún estoy evaluando esa posibilidad.–Le dijiste antes de alejarte para ir a la cocina a buscar su cena.

Moon Knight VDonde viven las historias. Descúbrelo ahora