Un cierre para el dolor

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Prólogo: Tienes la habilidad de comunicarte y ver a los muertos, y un día mientras estás con Steven en el museo te visita alguien inesperado.

_NPC666_
Advertencia: La rayis tiene poderes de comunicarse e invocar a los muertos.

Era de noche y tu estabas en el museo con Steven en la bodega ayudándole a hacer inventario, a pesar de que no trabajaras ahí.

Los dos estaban riéndose de algo que él te había contado, cuando de repente te quedaste en completo silencio viendo hacia la puerta de la bodega.

Los chicos sabían acerca de tus poderes, muchas veces les había pasado que iban por la calle o estaban en lugares y te ponías a hablar de la nada con gente que veías pero ellos no, pero simplemente te dejaban tranquila hacer tus cosas.

¿Querida estás bien?–Te preguntó algo dudoso.

Oye no le preguntes, no vaya a ser que vio a la Llorona...–Le dijo Jake desde el espacio mental.

Jake, la Llorona no existe.

Eso tu no lo sabes, nunca la has visto como para asegurar que la muy perra no existe.

¿Y tu si?

No estaría aquí si la hubiese visto, cabrón.

Mientras ignoraba a los otros dos, Steven simplemente te observaba. Él sabía que cuando sucedía este tipo de cosas lo mejor era no hablarte y dejarte tranquila, sin embargo por alguna razón le dio curiosidad a quien podrías estar viendo en ese momento. Podía ser quizás un faraón ya que habían muchas momias y sarcófagos, o quizás—

–Necesito hablar con Marc.–Le dijiste volteándote hacia él con una expresión entre afligida, triste, emocionada y mil cosas más.

Steven frunció el ceño confundido, sin embargo dejó que Marc tomara el control.

¿Ya me extrañabas?–Te preguntó con una sonrisa pasando su brazo por tu cintura.

–Randall está aquí.–Le dijiste volteándote hacia él tomando su mano que estaba en tu cintura con la tuya.

¿Qué?–Preguntó soltando tu mano y cambiando a una expresión totalmente seria.–T/N de qué hablas, no juegues con eso.

–No estoy jugando Marc, jamás lo haría con una cosa así, jamás jugaría contigo de esa forma.–Le dijiste tratando de tomar su mano nuevamente, pero él dio un paso hacia atrás por lo que te quedaste en tu lugar sabiendo lo difícil que era.

¿De qué carajos estás hablando? T/N no hagas esto, no juegues así. No... no hagas esto... por favor...–Te dijo al principio molesto, sin embargo en la última frase su voz se quebró.

Te volteaste hacia la puerta como si te hubiesen hablado, y Marc se volteó de forma instintiva sintiendo su corazón latir con fuerza en su pecho.

¿Q-qué? ¿Ahora me vas a decir que te está hablando?–Dijo tratando de mantener la compostura, sin embargo se sentía como ese niño pequeño al cual su mamá culpaba por la muerte de su hermano, y lo único que quería hacer era ir a esconderse a su habitación y no salir de ahí nunca más.

–De hecho si... dice que no fue tu culpa lo que pasó.–Le dijiste con la voz más suave que podías formar.

No hagas esto T/N, por favor no... no juegues conmigo.–Te dijo con la voz temblorosa y mordiendo el interior de su boca para evitar llorar.

–¿Confías es mi?–Le preguntaste dando un paso hacia él.

Marc solo asintió con la cabeza, y te acercaste por completo lentamente tomando su mano con la tuya, y Marc frunció el ceño al ver un destello algo celeste muy claro entre sus manos.

En un momento levantó la vista hacia atrás tuyo, y dio un salto alejándose de ti pegándose a la pared con una expresión de literalmente haber visto el fantasma de su hermano.

–Tienes que relajarte Marc, ¿si? Respira conmigo...–Le dijiste posando una mano en su hombro, y la otra en su pecho dándole la espalda al niño pequeño tras de ti.

Está... e-él... R-roro...–Dijo mientras su respiración estaba acelerada.

No fue tu culpa Marc, nunca lo fue.–Le dijo el niño pequeño dando unos pasos hacia él.

Marc tragó saliva con los ojos llenos de lágrimas y ya sin poder resistir su propio peso cayó al suelo donde trataste de sujetarlo para dejarlo sentado, y te agachaste a su lado cuidando de que estuviera bien y Randall no fuera a desaparecer aún.

Roro perdóname... yo no... no quería...–Trató de hablar pero simplemente las palabras no salían.

El niño pequeño se acercó y le abrazó, y Marc sintió un escalofrío recorrerle todo el cuerpo. Era una sensación muy extraña, sentía un pequeño peso alrededor suyo pero a la vez como si no estuviera ahí, a la vez que se sentía muy frío.

Todo está bien, no fue tu culpa, pero te perdono si eso es lo que necesitas escuchar.–Le susurró al oído.

Randall pronto desapareció, y Marc se quedó inmóvil unos segundos antes de voltearse hacia ti que estabas sentada a su lado viendo hacia tus manos, y levantaste la vista hacia él para ofrecerle una sonrisa.

–Sé que se siente raro, pero él quería hablar contigo.–Le dijiste para tratar de calmarlo un poco.

¿Cuantas veces lo has visto antes?

–Esta era la primera.–Le dijiste antes de que se acercara a ti y te abrazara con fuerza.

Marc soltó un pesado suspiro y dejó ir un sollozo, y tú solo le abrazaste de vuelta acariciando su espalda y cabello.

Gracias... por dejarme verlo...–Te susurró al oído y aferrándose a ti como si su vida dependiera de ello.

–No tienes nada que agradecerme Marc, solo espero que esto te pueda ayudar.–Le dijiste con suavidad.

Marc solo respondió asintiendo con la cabeza, y tú sonreíste dejando un beso en su mejilla y sin dejar de abrazarlo mientras le dejabas calmarse un poco llorando en tu hombro.

Moon Knight VDonde viven las historias. Descúbrelo ahora