Después de aquella vez que Marc se enfermó te quedaste con él por los siguientes tres días hasta que al fin la fiebre ya se había ido y por lo menos podía levantarse y hacer las cosas por si mismo dejando la tos y mocos de lado.
También durante esos días Marc comenzó a darse cuenta de que quizás el cariño que te tenía nunca fue de amigos, si no que de algo más y había sido muy idiota como para no darse cuenta.
Había empezado a prestarte más atención de una forma en que antes no lo hacía, por ejemplo ahora podía pasar bastante tiempo simplemente observándote, admirándote, y sin cansarse, y cada vez notaba más y más detalles que le gustaban de ti. Tenía ganas de hacerte reír porque le gustaba escuchar tu risa sin importar lo escandalosa que fuera, quería darte obsequios porque le hacía sentir bien hacerte feliz, y así mil cosas.
Habían pasado casi tres meses desde que se había dado cuenta de todo esto, y mientras más tiempo pasaba contigo más se daba cuenta de lo mucho que le encantabas.
Marc ese día había despertado con ganas de verte (como le había estado pasando desde hace tres meses), por lo que mientras se lavaba los dientes en el baño marcó tu número para hacer una video llamada.
Había recién salido de la ducha, tenía la toalla a media cintura, el cabello despeinado y con gotas de agua cayendo a su pecho.
Esta no sería la primera vez que le verías así, pero si debía admitir que ahora que se daba cuenta de lo que sentía por ti trataba de ponerle más empeño y verse mejor y llamativo para ti.
–¿Qué?–Contestaste la llamada, y Marc solo pudo ver tus ojos en la pantalla.
–¿Dónde estás?–Te preguntó confundido inclinándose un poco hacia adelante donde tenía el teléfono apoyado en el espejo sobre el lavabo encima de la repisa en él.
Solo veía tus ojos y estaba todo oscuro alrededor, a pesar del poco brillo de tu pantalla.
–En mi cama muriendo, ¿dónde más?–Le respondiste de mala gana, ligeramente frunciendo el ceño al verle, e inmediatamente apartaste la mirada aclarando tu garganta.–¿Qué quieres?
–¿Estás bien?–Preguntó ignorando tu propia pregunta.
–No Marc. Siento que me estoy desgarrando por dentro, la vida me está culpando porque a Eva se le ocurrió morder esa maldita manzana como si todas hubiésemos accedido a eso, y si voy al baño y veo mis calzones está ocurriendo la mismísima masacre de Texas en ellos.–Le dijiste molesta mientras él te veía en la pantalla pasar una mano por tú rostro.
–Oh... estás con tu periodo.
–Si, ¿algún problema?
–No no, tranquila. Solo llamaba para preguntarte si querías ir a comer algo conmigo y salir pero veo que no se va a poder, ¿te duele mucho?–Te preguntó enjuagándose la boca y dejando el cepillo a un lado para luego secarse con la toalla de las manos.
–Demasiado...
–¿Y tomaste algo? ¿Un té? ¿Alguna pastilla? ¿Te pusiste algo caliente para que alivie los cólicos?–Te preguntó tomando su teléfono y caminando a su habitación para buscar algo de ropa.
–¿Por quien me tomas? Yo puedo con el dolor, llevo sangrando desde que tengo como doce y me queda mucho más por delante.–Murmuraste hundiendo tu rostro en la almohada sintiendo otro cólico más fuerte.
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Moon Knight V
Fanfiction🌘Quinto libro de Moon Knight. 🌗Contiene oneshots, reacciones, etc. 🌕Escribo para: Steven, Marc, Jake y Oscar. 🌔Solo uso de pronombres femeninos. 🌓* en el título significa contenido sexu*l. 🌒Todos los libros pueden ser leídos por separado. 🌑Si...