Capítulo 22

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Jackson

Estoy preparando un bolso con algo de ropa para nuestra supuesta noche de bodas, Stephen no tuvo mejor idea que brindarnos un lugar y poder disimular con mis padres. No era mala idea, pero realmente debía seguir trabajando en algunos proyectos y no tenía intenciones de perder mi tiempo, en fin, organicé todo, puse la ropa y guardé mi ordenador para seguir allá con mis asuntos. Ya verá Almendra qué hace con su tiempo.

Cuando llegamos del ayuntamiento no había nadie en la mansión, por lo tanto, no fue difícil seguir nuestros caminos, ya iba a haber tiempo de dar la noticia y que nos caigan a la yugular por hacerlo secreto. ¡Almendra y sus ideas! ¿En qué momento tomó el control de la situación? Ahora recuerdo que fue motivada por lo que le dije la noche anterior. Todavía sigo sin recordar, tengo pequeños momentos que vienen a mi mente, pero no digo nada claros en ellos.

Bajo las escaleras y veo a mi reciente esposa sentada en la isla de la cocina, tomando un té, al parecer.

Jackson- ¿Hay café preparado?

Almendra- No sé, pregúntale a Clarisa.

Jackson- ¿Podemos hablar de todo lo ocurrido?

Almendra- Si dejas de ser un idiota, si.

Jackson- No soy un idiota, necesito saber qué dije. Igualmente, espero que entiendas que todo esto surgió porque tuviste la hermosa idea de irte con mi amigo de paseo.

Almendra- Nunca estás disponible para ir de paseo juntos.

Jackson- No somos una pareja real como para tener ganas de salir juntos a recorrer la ciudad del amor.

Almendra- No conozco Francia, nunca pude planificar semejante viaje, al menos no con lo que recibo de sueldo por ser tu secretaria y tengo el presentimiento que jamás en la vida voy a poder volver, realmente deseo conocer este lugar.

Jackson- ¿Ahora la queja va a ser por tu sueldo?

Almendra- Sabes muy bien que no es donde tienes que poner el foco de la conversación. ¿Ves? Éste es uno de los momentos en el que actuas como un idiota.

Jackson- Ok. Volvamos al eje entonces. Siendo mi esposa podrás recorrer todos los lugares que se te plazcan, con quien quieras. ¿Quieres venir con María? ¡Ven! ¿Quieres venir con tu madre? ¡Ven! ...

Almendra- ¿Quieres venir con Jerri? ¡Ven!

Jackson- No me provoques Anderson.

Almendra- Señora Miller, ahora- dice y me muestra el anillo.

Jackson- Compórtate como tal entonces. Y tú tampoco desvies el tema. Podrás venir con cualquier mujer que quieras, es un viaje que en estos dos años podrás hacer sin recibir una sola queja. No entiendo el apuro por conocer París y mucho menos la necesidad de que sea juntos. 

Almendra- Porque si bien esto es un matrimonio de mentira, para todos los demás es real. La cuestión es que tampoco te estoy obligando a que me acompañes, sólo no quiero que te quejes porque Stephen, Pirulo o Mengano están disponibles para hacerlo por tí. Además no entiendo por qué tanto delirio si tú y Stephen son amigos.

Jackson- Porque... porque la gente puede pensar cosas que no son y a Stephen le encanta divertirse con mujeres como tú. -digo sin pensarlo ya que me había levantado de la silla para dar vueltas por enfrente de ella-

Almendra- ¿Con mujer como yo? ¿Cómo son las mujeres como yo?

Jackson- ¡Demonios!

Almendra- Si, demonios, quiero que repitas lo que dijiste hace segundos, quizás me lleve una sorpresa y sea lo mismo que dijiste ebrio, anoche.

Jackson- ¿Ya tuvimos esta conversación?

Almendra- Si...

Jackson- Bien, trataré de no ser tosco con mi comentario. Las mujeres como tú, no forman parte de nuestra clase social, intentan encajar y hacen todo lo posible, pero no es algo que se les dé de forma innata. Es una actitud forzada. Con mujeres como tú, Stephen, sólo pasa una noche, no es que vaya a planificar un futuro. Se podría decir que eres la clase de mujer con la que hombres como Stephen se acuestan antes de contraer matrimonio con la indicada. -Su cara se fue transformando a medida que las palabras salían disparadas de mi boca, logré hacer foco en sus ojos, los vi llenos de cólera. Lo que siguió luego fue su mano estampada contra mi mejilla y así con esa cachetada pude recordar aquellos momentos que faltaban de la noche anterior. - ¿Esto mismo dije anoche, verdad?

Almendra- Si... Y déjame decirte que tienes un concepto erróneo de lo que no es ser tosco. Fuiste tosco, grosero y desubicado.

Jackson- No entiendo por qué te ofende si es verdad. -digo sobando mi cara.

Almendra- Me ofende que seas tú quien hace esa observación, me ofende que me ningunees y me trates de menos cuando el que necesitó de mi ayuda en un principio eres tú. No puedo creer que hay aceptado, fue la segunda peor decisión que tomé en la vida. -la miro esperando que continúe-

Jackson- ¿Cuál fue la primera?

Almendra- Aceptar trabajar contigo, hubiera sido preferible vender bebidas en un estadio de fútbol. -Quien escupió las palabras ahora fue ella, mientras me dejaba hablando solo en la cocina-

Jackson- ¿Fue para tanto? No entiendo por qué la gente pide sinceridad y despues sale llorando cuando uno es directo y dice lo que piensa y siente...

Contrato, matrimonio y algo más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora