Capítulo 29

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Almendra- ¿Se puede saber qué te sucede que estás hablando sola?

Esmeralda- Sólo tenía que llevarle el café al señor, tenerlo preparado para cuando él llegue, nada más. -dice mientras da vueltas y vueltas y yo la miro desorientada

Almendra- ¿Y qué pasó con eso? ¿No lo tenías preparado?

Esmeralda- ¡CLARO QUE NO! -gritó, mirándome con las manos para arriba para luego quedarse callada.

Almendra- ¿Y qué pasó? ¿Te dijo algo Jackson?

Esmeralda- No dijo nada, eso fue peor que cualquier cosa que hubiera podido hacer. Es que además de llevarle el café mucho más tarde, se lo tiré en la ropa- dice un poco más calmada. -Siento que me va a llegar el telegrama de despido en cualquier momento.

Almendra- ¡Ay, por favor! Yo me encargaré de que eso no suceda, puedes quedarte tranquila. Ahora ve a buscar algo dulce de la panadería que está enfrente, que sea de membrillo.

Esmeralda- Muy bien. Ya vengo señora.

Almendra- Cuando vuelvas pasá por la sala de juntas, hay dos puertas, una del baño y otra que es el vestidor de Jackson. Toma el traje azul y traelo acá. Ve ve- digo apurándola con las manos.

Esmeralda- Si si, de acuerdo.

Almendra- Y por favor ganá tiempo haciendo el pedido por wapp, ya te envío el num de la panadería. -No dijo nada, salió volando como si su vida dependiera de esos segundos de lucidez.

Mientras ella se va a buscar lo que le pedí. Voy a la cocina para preparar dos tazas de café, estoy nerviosa como para entrar sola a la oficina de Jackson luego de haberlo tenido entre mis piernas así que, decido esperar a Esmeralda.
Minutos despues llega ella algo agitada. Le paso el vaso de agua que le preparé y coloqué unas masitas de membrillo que consiguió en un precioso plato que encontré en la cocina. Los de la panadería también están entrenados, saben qué enviarle al ogro jefe para comer. Estas masitas son sus preferidas.

Almendra- ¿Mejor, más tranquila?

Esmeralda- Si, por suerte y no estoy tan agitada. Gracias por el vaso de agua. ¿Cómo sabías que lo necesitaría?

Almendra- No hay ningún secreto, yo también fui secretaria de Miller. Ahora prestame atención. Estos dos cafés son para que los lleves con las masitas. Son exactamente iguales, da lo mismo a quien se lo das. No te olvides del traje, tendrás que hacer equilibrio entre el carrito y el traje, pero es necesario que hagas solo un viaje, le molesta mucho que lo interrumpan varias veces. Tocás la puerta, esperás la orden, entrás con todas las cosas en mano, dejás el carrito a mi lado, llevás el traje hacia el perchero del baño, lo dejás ahí sin decir nada, luego te acercás con cuidado al carrito para darnos el café a cada uno, lo hacés sin pasar del escritorio, no invadas su espacio personal. Dejás todo en la mesa, salís con el carrito sin decir nada. Todo en silencio. Y no hagas contacto visual, eso es sólo para que no te intimide con su mirada.

Esmeralda- Realmente no puedo creer que seas su esposa. Gracias Almendra. Haré lo que mi dijiste al pie de la letra.

Almendra- Yo tampoco puedo creer que soy su esposa, pero lo soy y en lo que pueda ayudarte, lo haré. Sólo recuerda lo que haces hoy, para futuro. Dos cafés iguales, uno para él y otro para tí, por si el de él sufre algún accidente, si se mancha el traje tiene otro en el vestidor, recordá observar que siempre tenga uno de emergencia, luego de alguna situación en la que él se haya enojado contigo y no te hay dicho nada, ni haya mencionado palabra, ve a la panadería a buscar masitas o lo que sea de membrillo y no le hables hasta que él lo haga primero. ¿Ok?

Esmeralda- Ok.

Almendra- Bien, ya tienes todo. Entro a su oficina y tú espera dos minutos para hacerlo despues de mi.

Esmeralda- Perfecto. -Toco la puerta de su oficina y a los segundos escucho que me indica que pase, entro con cuidado y no me mira, seguramente está creido que soy Esmeralda.

Almendra- Buen día Jackson. -Un vez que escuchó mi voz, levanta sus ojos sin hacer mucho movimiento y así mirarme. Veo que se remueve en la silla y no puedo creer que sea por incomodidad. O quizás si. No lo sé. -Permiso. ¿Tienes unos minutos libres?

Jackson- No. Pero por lo visto nada va a salir como yo pensaba así que da igual. Puedes tomar asiento

Almendra- Gracias. -digo y me siento en la silla que está frente a él, en su escritorio. Escucho que golpean la puerta y sonrío porque sé que es Esmeralda, veo a Jackson que revolea los ojos con fastidio y al bajar la mirada veo la mancha de café que le hizo Esmeralda sin querer.

Jackson- Adelante. -dice con tono autoritario y comienza todo el acting que practicamos con su secretaria, presiento que podemos ser buenas amigas. Entra sin decir nada, acerca el carrito a mi lado, lo deja allí y se dirige al baño bajo la atenta mirada de Jackson, esa mirada que aniquila por completo. Escucho que prende la luz, cuelga el traje, apaga la luz y empieza a caminar hacia el carrito, los tacos resuenan por toda la habitación, río internamente porque entendió perfecto lo que debía hacer, deja una taza para Jackson, coloca el plato con las masitas de membrillo y luego mi taza de café. Da la vuelta y sale con el carrito cerrando la puerta detrás suyo, creo que hasta pude escuchar cuando soltó el aire una vez afuera de la oficina de Jackson. -Definitivamente tendrás que venir a asesorar a la secretaria nueva, antes de que me mata de un disgusto- dice y sonrío levemente, lo miro a los ojos, esta vez ha cambiado, ya no tiene esa mirada tan rígida. -Ya vuelvo, debo cambiarme.

Almendra- Acá te espero. -digo, aclarándome la garganta para luego agarrar la taza de café y llevármela a la boca mientras él desaparece de mi vista.

Contrato, matrimonio y algo más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora