☪capitulo 56☪

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La orden del fenix ya habían tenido varias reuniones. Ese día varios miembros de la orden habían ido a recojer a Harry en Privet Drive

Dumbledore les había prohibido contarle a Harry sobre la orden y demás situaciones.

Los jóvenes no tenían permitido estar en las reuniones pero ya varias veces se las habían arreglado para enterarse de lo que hablaban.

-¿Cuando llegara?-pregunto Aurora por décima vez.

-Pronto-contesto Sirius comenzando exasperarse.

La menor de la mesa se levanto, era mejor que diera una vuelta por la casa para no aburrirse. Subió las escaleras y se detuvo por unos segundos para mirar la puerta "Larissa Black"

Coloco su mano en la perilla y volteo hacia todos lados como si estuviera cometiendo un crimen.

Abrió lentamente la puerta y entro lo más rápido que puedo para que no la descubrieran. Las velas en la habitación se encendieron por si solas dejando ver un cuarto impecable, a diferencia de toda la casa.

No habían cosas rotas siquiera una pisca de polvo en tuda la habitación.

La joven Black recorrió toda la habitación, agarrando algunas de las esculturas que habían en los muebles. Se acerco a la cama y paso su mano por las sueves mantas que parecían recién planchadas.

Lo que más le llamo la atención fue una muñeca, una muñeca de porcela en medio de la cama. Su cabello era blanco y no tenía ojos.

-¡Aurora!-escucho que la llamaban en el piso de abajo.

...


-Comeremos en la cocina -susurró la señora Weasley al reunirse con ellos al pie de la escalera- Harry, querido, si quieres cruzar el vestíbulo de puntillas, es esa puerta de ahí...-

-¡Tonks! -gritó la señora Weasley, exasperada, y se dio la vuelta para mirar a la bruja.

-¡Lo siento! -gimoteó Tonks, que estaba tumbada en el suelo- Es ese ridículo paragüero, es la segunda vez que tropiezo con...-

Pero sus últimas palabras quedaron sofocadas por un espantoso, ensordecedor y
espeluznante alarido.

Aurora suspiro y se acerco a las cortinas apolilladas de terciopelo que tapaban el retrato. Pronto los demás retratos del vestíbulo también comenzaron a gritar.

-¡Cállate!- la mujer del retrato impedía que lograrán cerrar las cortinas lanzando manotazos intentando aruñar a la joven.

-¡Cerdos! ¡Canallas! ¡Subproductos de la inmundicia y de la cochambre! ¡Mestizos, mutantes, monstruos, fuera de esta casa! ¿Cómo se atreven a contaminar la casa de mis padres?-

Sirius salio de la cocina -¡Cállate, vieja arpía! ¡Cállate! -bramó, y agarró la cortina-

-¡Tú! -rugió, mirando con los ojos como platos a aquel hombre-¡Traidor, engendro, vergüenza de mi estirpe!-

-¡Te digo que te calles! -le gritó el hombre, y haciendo un esfuerzo descomunal, Aurora y él consiguieron cerrar las cortinas.

Cesaron los gritos de la anciana y el silencio fue apoderándose del vestíbulo.

-Vieja grosera-murmuro Aurora.

-Hola, Harry -lo saludó Sirius con gravedad- Veo que ya has conocido a mi madre.

Bajaron a la cocina donde se encontraba el señor Weasley, Bill quienes se encontraban hablando entre susurros, y Remus quien estaba revisando la comida de la estufa.

-oh, Remus dejame hacerlo-la señora Weasley se acerco hacia el mientras lo apartaba delicadamente -mejor sientate-

-Siéntate, Harry -dijo Sirius- Ha llegado Harry.

-¿Cómo dices? -inquirió Mundungus, mirando con expresión fiera a Harry a
través de su enmarañado cabello rojo anaranjado- ¿Estás bien,
Harry?

-Sí -contestó él.

Mundungus, nervioso, hurgó en sus bolsillos sin dejar de mirar a Harry, y sacó una pipa negra, también mugrienta. Se la llevó a la boca, la prendió con el extremo de su varita y dio una honda calada. Unas grandes nubes de humo verdoso lo ocultaron en cuestión de segundos.

-Te debo una disculpa -gruñó una voz desde las profundidades de aquella apestosa nube.

-Te lo digo por última vez, Mundungus -le advirtió la señora Weasley - ¿quieres hacer el favor de no fumar esa porquería en la cocina, sobre todo cuando estamos apunto de comer?- el hombre se guardo la pipa el el bolsillo.

-Te ayudo, Molly-Regulus entro en la cocina.

-¿Quien es?-Pregunto Harry.

-un gatito que adoptamos en la calle-le contesto Sirius recibiendo un golpe de parte de Remus.

-es mi tío Regulus-le susurro Aurora que estaba a su lado derecho -no les hagas caso a ninguno de los dos- agarro un cuchillo de la mesa y lo apunto con este - no quieres volverte igual de demente que ellos-

Durante un largo periodo de tiempo solo se escucho el tintineo de los cubiertos en los platos.

-¿Por qué?-le susurro Aurora a Fred, le había servido más estofado.

-No has comido casi nada-

. . .

-¿Que haces?- Remus se sentó junto a su hija en el comedor.

-Nada- la joven lo guardo en su bolso-solo estudiaba-El mayor arqueo una ceja.

-¿Y por qué lo escondes?-

-ya lo estaba guardando- se levanto de la mesa -ire a ayudar a limpiar las cortinas- salio del comedor bajo la mirada del mayor.

Suspiro y subió las escaleras, de nuevo volvió a mirar a la puerta de color negro que tenía el nombre Larissa grabado.

-¿Que hay ahí?-pegunto Fred. Aurora dió un brinco y volteo exaltada hacia los gemelos.

-Dejem de hacer eso- fruncio el ceño y volvió a mirar la puerta -nose, pero Kreacher no quiere que nadie entre-

-Es decir que tú ya entraste- Manifestó George. la pelinegra asintio.

-Es la única habitación en la casa que parece habitable- se volvió a voltear hacia los pelirrojos.

-Eso es raro- Fred se cruzo de brazos.

-Y también robaste el libro de la biblioteca- George cambio de tema.

-No lo robe, lo tome prestado- Fred levanto ambas cejas y George rio entre dientes.

-¿Ya lograste abrirlo?- la chica saco el libro de su bolso.

-No, no entiendo está cosa- les enseño el libro.

-Interesante- Fred paso su dedo por el encuadernado y el libro se abrió.

Aurora miro el libro incrédula -maldito libro- los gemelos sonrieron intentando no soltar una carcajada -vengan- comenzar caminar con ambos chicos siguiéndola.

-Creo que el libro no te quiere-




Hija de wolfstar (los gemelos Wesley y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora