☪capitulo 69☪

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Larissa Black era una figura enigmática y temida en el mundo mágico. Su mera presencia tenía la capacidad de hacer llorar a los bebés, un efecto perturbador que reflejaba el aura oscura que la envolvía. Desde joven, mostró un profundo interés por las artes oscuras, dedicando su vida al estudio y la práctica de la magia negra.

A pesar de compartir la misma sangre y linaje que sus hermanos, Larissa era tanto igual como muy diferente a ellos. Su ambición y habilidades la llevaron a convertirse en la mano derecha de Lord Voldemort, desempeñando un papel crucial en sus planes y estrategias.

Sin embargo, su historia tomó un giro misterioso cuando desapareció sin dejar rastro, dejando tras de sí un aura de misterio y una serie de preguntas sin respuesta sobre su destino.

—¿Te duele? —preguntó Luna, pasando suavemente su dedo por la cicatriz de Aurora.

—No tanto —sonrió la chica con cansancio, recostándose en el brazo de George.

—Es extraño que, después de tanto tiempo, siga abriéndose —murmuró Luna, con curiosidad.

—No tanto —respondió Aurora, entrelazando su mano con la de Fred.

Ambos gemelos dormían, o al menos lo simulaban, proporcionando a Aurora la tranquilidad que necesitaba para acariciarlos y encontrar un momento de paz en medio de la incertidumbre.

Luna notó estas acciones y sonrió alegremente.—¿Por fin son...? —preguntó en un susurro, con una sonrisa cómplice.

Aurora negó con la cabeza; sabía bien a qué se refería y era consciente de que todos parecían ansiosos por verlos juntos. Luna frunció el ceño y se cruzó de brazos, claramente decepcionada por la respuesta.

—No me mires así —sonrió Aurora con ternura—. Es más difícil de lo que parece.

Una sonrisa se asomó en los labios de ambos gemelos, aunque no fue notada por Aurora. Era obvio que no estaban realmente dormidos, pero disfrutaban de la forma en que ella los consentía, pensando que estaban en reposo.

La suavidad con la que les acariciaba y su actitud cariñosa les resultaban reconfortantes. Esa chica los traía locos, y ella ni siquiera se daba cuenta. La manera en que se preocupaba por ellos y les mostraba su afecto sin reservas les hacía sentir una conexión que no podían describir completamente. A pesar de su aparente indiferencia hacia sus sentimientos, su cercanía y atención les hacían desear estar cerca de ella aún más.

—Me gusta mucho más tu cabello ahora —comentó Luna, acariciando los mechones blancos que adornaban el cabello de Aurora—. Antes era muy... simple.

Su toque era suave y cuidadoso, como si estuviera apreciando cada cambio en la apariencia de Aurora. La transformación en el cabello de la joven no solo marcaba un cambio estético, sino que también reflejaba las experiencias y desafíos que había enfrentado.

La puerta del compartimiento se abrió antes de que Aurora pudiera agradecerle a Luna, y Ginny entró con una ceja arqueada al ver a los gemelos dormidos y a Aurora tan cerca de ellos, rodeada por la tranquilidad de Luna.

—Es raro verlos dormidos —comentó Ginny, sentándose al lado de Luna con una expresión de curiosidad.

En otra ocasión, Aurora habría considerado alejarse de los gemelos para evitar que se despertaran, pero en ese momento, daba igual la explicación que pudiera ofrecer. El riesgo de interrumpir su descanso y la complicación que esto podría causar no valían la pena.

Hija de wolfstar (los gemelos Wesley y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora