TENTACIÓN ‹ OMAR COURTZ › Completa.✔

Capítulo 8 · WTF.

➤NAIN ·

Ya afuera, después de enviarle un mensaje a Lynnie y alejarme de la puerta de entrada al estudio. Sentí una mano aferrarse a mi brazo por encima de mi codo, me jalé con todas las fuerzas que tenía y volteé molesta, limpiándome laa lágrimas, era Hydro.

—¿Desde cuando tú andas por ahí con eso encima, Nain..? —dijo al momento en que retrocedí alejándome de él.

—Tú sabes desde cuando yo tengo la pieza... No nos hagamos los locos, que los dos sabemos.

Negó a la vez que puso los ojos en blanco, yo me reincorporé —detras de él venía Omar, con una cara rara—, yo bajé la cabeza y me hice la loca con el celular, intenté de todo para cubrirme la cara con mi cabello, colocándome el phone en el oído y parte del rostro, no quería que me viera en estas condiciones.

—Papi yo me voy —dijo estando más cerca de Hydro y de mi, mientras yo me pegué a la pared—. No puedo trabajar así, yo necesito mi espacio... No estar metido en situaciones raras, con gente loca que puede llegar a hacer estupideces por impulso.

Hydro no dijo nada, solamente chasqueó la lengua y chocó la mano con Omar, se despidieron y el tipo salió de aquí. Yo me sentí peor aún, por culpa mía —mi mejor amigo, casi mi hermano—, había desaprovechado tener a Courtz en su estudio, fue un día perdido para él.

—Lo mejor será que yo también me vaya —intenté arreglarme la cara, limpiando un poco con mis dedos.

—No, tú no te vas de aquí hasta que me escuches, Nain.

—En verdad, no quiero oírte Héctor... Hoy no, no después de lo que pasó con la cabrona esa ahí dentro —mi voz sonaba cada vez más alta, volvía a encojonarme tras recordarla—. ¿Cómo es posible que tú sigas hablando con ella? ¡¿Metiéndola al estudio?! ¡Dios mío! Tú sabe’ lo que ella una vez quiso hacerme, ¿y la sigues viendo a pesar de to’ lo malo? ¡Diablo! Yo no quiero ni verte, acho’ me voy pal’ carajo de aquí.

Me di la vuelta, decidida a irme pero de nuevo, Hydro me jaló del brazo y me obligó a quedarme mientras lo único que deseaba era estar sola y llorar.

—Perdón, perdón por to’ lo que acaba de pasar y no solo me refiero a Noelia... También con Courtz, yo sé que estabas jodiendo con el tipo, él lo sabía también pero pues... —desvió la mirada y me soltó—. ¿Ponerle la jodienda esa en la carota a la tipa? Te excediste, ¿sabes que ahora ella va a querer hacerte lo mismo?

—Me da igual lo que ella quiera hacerme, lo que sea que intente... Yo también vengo de un caserío, no na’ más ella Héctor.

—Nain, es diferente...

—No, no es para na’ diferente, ella es una cabrona que quedó arriba... Ella está mal de la cabeza, y yo no... Yo estoy bien y si ella se pone pa’ mi, yo la reviento de una.

—¡Esa es la diablita! —dijeron detrás de Hydro, era Chimi sonriéndome—. Pero llévatela tranquila, que Noelia ya está advertida... Y va a respetarte, quiera hacerlo o no.

—¿Y por qué tú estás tan seguro de eso?

—Tú sabes quién la cogió cuando pasó lo de Yeru —respondió Chimi mirando a Hydro, yo sabía de quién hablaban.

Entonces los dos me miraron, Chimi sonriendo mientras que Hydro estaba súper serio, con un semblante diferente y yo totalmente confundida.

—Mera Nain, por respeto al estudio y por que tú estés bien y no pase algún incidente, deja eso —dijo refiriéndose a mi pistola.

—Es para protegerme, no la voy a soltar.

—Guarda eso, te va a traer problemas. Entiende mami, por favor —decía mirándome a los ojos—. Los dos sabemos que tener armas es un riesgo, aquí en PR la cosa está mala... Si te cogen con eso encima, ¿qué le vas a decir a tu hermano?

Miré a Chimi, inmediatamente se puso del lado mío.

—Okay, hagamos algo —intervino rápidamente—. Una prueba de tiro a la nena, ¿qué te parece? Ahí es donde nos vamos a dar cuenta si es que sabe usar un arma, si sabe tirar, chambear la pieza... ¿Tú me entiende’ Dreezy?

Héctor negó mirando a Chimi, yo sonriendo porque obviamente la idea me beneficiaba bastante —o bueno, quién sabe—, hace mucho tiempo que no la sacaba y quizás si podría haber hecho una estupidez pero como no pasó, me sentía cabrona.

—Aquí no vuelves a entrar si vienes con esa mierda encima, ¿okay?

—También te quiero, Héctor —me fui encima de él, riéndome de esa cara de “papá preocupado” mientras correspondía a mi abrazo—. Mera, no quiero que estemos mal... Ya en unos días es mi cumpleaños, no quiero pasarla sola en casa, los quiero a ustedes y a to’ el corillo cantando el maleanteo del pana.

—¿Y qué tú quieres hacer ese día?

—Lo mismo de siempre —le sonreí a los dos—. Pasarla con mis panas, chingar con alguien y cantar hasta quedarme sin voz, bailar hasta deshidratarme...

—Beber y fumar con cojone’.

—Eso mismo, Chimi —chocamos los cinco, riéndonos de la cara de Hydro.

—Ustedes dos son unos locos, acho’ como es que tú —dijo mirándome casi arrepentido—. Una nena buena, que parece nena ‘e casa y no rompe ni un plato... ¿Como puedes llegar a ser así?

—¡Porque la pasa con los diablos de Llorens! —gritó Woody detrás, como siempre un loco escandaloso—. ¡Mala mía! Pero esa es la verdad, ¿cierto, diablita?

—Nene, claro que si —me reí chocando la mano con él y luego todo se puso serio—. En verdad, quisiera quedarme con ustedes y oírlos grabar... Pero Lynnie ya está esperándome en la marquesina, voy pa’ la uni.

Chimi, Woody y Hydro sonrieron al oírme decir eso, yo asentí orgullosa y sonreí también.

—¿Nos vemos después?

—Cuando tú quieras, tírame al dm... Call me, lo que sea... —dijo Hydro abrazándome y susurró a mi oído—. Te amo con cojone’ sigue así, Nain.

—Lo haré, i love you nene —besé su mejilla y me alejé de él.

Me despedí de los otros dos de la misma manera, con un abrazo y un beso, un choque de manos y salí de ahí rápidamente. Al llegar a la guagua de Lynnie, su cara tenía ese gesto de picardía, burla.

—Ay, Dios mío... ¿Ahora qué?

—Coge bien esos panties que tú tienes porque juro que se te van a ir al piso cuando me escuches.

—¿Qué pasó? —me subí a la guagua y ella me miró con una sonrisa.

—Me acabo de encontrar con Omar Courtz y... Diablo’ está bien lindo mano, anyway... Me dió su número.

—¿Y pa’ qué te dió su..?

—Obvio es para ti, boba —sonrió emocionada—. Yo no soy adivina, ni na’ pero creo que tú le causas cierta atracción, no sé...

Me reí—. Ese cabrón se chinga a Noelia.

—¿A quién? ¿Perdón? ¿A quién se come?

Bufé—. De camino a la uni te cuento, dale... Acelera.