➤COURTZ ·
Lo del juego había quedado en el pasado —al menos para mi—, lo que pasó, pasó. En este momento solo quería estar con los panas, jodiendo o wheeleando, quizás comiendo un poco de todo lo que había en la mesa, porque sí, Hydro nos llenó una mesa de comida y otra de bebidas, que eso era lo que en este momento hacía falta porque el hambre me estaba atacando.
—Brother, llegaste caminando raro.
Me reí—. Me dieron en el bicho cabrón, ¿como querías que llegara? ¿Brincando?
—¿Te dió en el bicho? —se burló Dei mirándome.
Asentí mordiendo un sándwichito y tomé un trago al refresco.
—Pero a ella le tiré también...
Y justo en ese momento, vino ella y se me paró enfrente —había par de ojos sobre nosotros—, se veía molesta. Caminaba rápidamente y con una mano en la cintura me gritó.
—¿Sabes lo que me hiciste? —eso llamó aún más la atención de los panas.
—¿Qué cosa? —respondí con la boca llena y ella se giró frente a mi.
Sentí la cara hirviendo por la pena.
—¡Mira ese morado! ¿Lo ves?
Se había bajado el mahón, me había puesto el culo en la cara —literal—, de costado, enseñándome como le había quedado la marca del paintball que le di en venganza por haberme tirado a las bolas. Todos estaban mirándome, yo no sabía ni qué hacer, no quería voltear para ningún lado, sentía las miradas de todos y ni siquiera quería verle más ahí, me enfocaba en sus ojos.
—Estás loca —dije bajito, para que solo ella me escuchara, además sí, me había cagau’.
—¿Loca? Cabrón, ¿esto te da igual? ¡Mira!
—Te vi, ya te vi... Pero, acho’ —negué bajando la cabeza, tragué duro y realmente me costó.
Esta mujer me había dejado en vergüenza frente a todos estos cabrones importándole absolutamente nada, yo deseando que me comiera la tierra, deseando desaparecer.
—Si tienes miedo a quemarte, será mejor que no juegues con fuego, papi —se subió esa jodienda y se fue.
Volteé con Dei V quién solamente negaba con una sonrisa cómplice, burlesca a la vez; yo negué bajando la cabeza nuevamente porque seguían todas las miradas sobre mi.
—Ten cuidau’ con la nena...
Asentí desviando la mirada, me ganó la risa —pensándolo bien, que culote tiene—, y cojones. Es de esas que a mi me gustan, difíciles.
—Brother, ella lo hizo por joder.
—Yo sé papi, tranquilo —me reí, porque ahora va la mía.
✧
Después de un rato, regresé a mi casa —donde me asicalé para volver a salir—, no estaría mucho tiempo dentro de Puerto Rico, tenía que irme en dos días o quizás tres por trabajo, y debía disfrutar.
Vestía de negro, con gorra y la cadena, las pantallas y un par de anillos. Algo simple pero me veo cabrón y voy con una misión, traerme a alguien nuevo a la casa, hablando de mujeres.
Me monté en el maybach y me dirigí al party en casa de un pana, la gran mayoría de los que estaban por la tarde iban a asistir, simplemente esa era mi excusa para ir también.
Al llegar y entrar, miré en todas direcciones —la buscaba a ella—, no estaba por ningún lado y tuve que comenzar con lo mío. Llamaba la atención de cualquiera que me viera al lado de Chimi y su corillo, par de cabrones bien cacos, hasta que en una oportunidad, una chamaquita con gafas me ganó.
—¿Estás sola? —le dije al oído y volteó conmigo.
No dijo nada, solamente pasó sus manos por detrás de mi cuello y empezó a bailar conmigo. Yo veía sus labios, me fijaba en sus ojos y mantenía mis manos sobre sus caderas, ella se mordía los labios —no me interesaba saber su nombre, nada más quería pasarlo bien—, la chamaquita cooperando conmigo, bajaba sus manos por mi pecho, tocaba mis hombros y daba suaves choques con su pelvis.
—¿Estás soltero?Mentí—. Me escapé de la baby porque me jodía mucho, vine buscando algo pa’ distraerme del mal rato.
De pronto, sentí una mano aferrarse a mi brazo por encima del codo y volteé, era ella. Y sí, quería brincar de felicidad y cogerla con mis brazos, levantarla y girar con ella pero no, me contuve —aunque solo por fuera—, ya que por dentro, esto me aceleraba el corazón.
—¿Qué pasa? —dijo con una voz dulce y sonrió mirando a la chamaquita que estaba conmigo—. ¿Es de las que rentan por dos pesos pa’ pasar la noche?
No dije nada, la chica dejó de bailar conmigo ya que yo me encontraba sin saber que carajos hacer, y es que Nain se veía cabronamente rica. ¿Cómo hace para romperla siempre? ¡Se ve preciosa! Bien diva.
—Responde. ¿Y está quién carajos e’ Ousi? —miró a la baby que estaba conmigo.
Las dos se miraron de pies a cabeza, barriéndose con la mirada. Nain no decía nada, simplemente seguía aferrada a mi brazo y yo sin habla —¿pues que supone que diga?—, al final, esas dos se miraron por par de minutos hasta que la chamaquita se alejó de mi con una sonrisa llena de decepción.
Volteé con Nain.
—¿Ups? —dijo con tono de burla encogiéndose de hombros—. ¿Te espanté a tu amiguita? ¡Te juro que no era mi intención, papi!
Obviamente estaba fingiendo porque después de unos minutos, su risita se escapó y el show ese había quedado enterrado.
—¿Qué carajo’ te pasa? —la miré con los ojos entrecerrados, viendo alrededor.
—Nada, estaba aburrida y quise distraerme con algo —se separó de mi con esa sonrisita burlesca, levantando las manos a modo de rendición—. En mi defensa, fuiste lo primero que vi... Aproveché la oportunidad pa’ joderte y más na’. ¿‘Tamos bien?
—Quizás si me aceptas un shot —miré en dirección al mini bar donde un cabrón preparaba tragos.
Asintió yendo hacia allá y la seguí —embobado con ese culo, el paso firme con las tacas y ese vestidito ajustado que se le subía en cada paso—, en ocasiones volteaba para otro lado “disimulando” que era lo único que llevaba mirándole, además de ese largo cabello lacio encima de eso.
Puñeta, si esta nena no me sigue... Me tendré que matar solo.
ESTÁS LEYENDO
TENTACIÓN ‹ OMAR COURTZ › Completa.✔
Fiksi PenggemarCourtz se había cansado de todas esas relaciones que terminaban destruyéndolo por completo, no quería pasar por lo mismo y ahora su hobbie era, tener en su cama a cualquier mujer para únicamente, satisfacerlo. En cambio, Nain tuvo un par de relacion...