TENTACIÓN ‹ OMAR COURTZ › Completa.✔

Capítulo 49 · Confesionario.

➤NAIN ·

 

Yo era la más feliz, me la pasaba todo el día hablando con mi pai’ de todas las cosas buenas que me habían pasado desde hace par de meses —le contaba todo, absolutamente todo—, él asentía sonriendo y me daba la razón a lo que yo decía, siempre estaba del lado mío.

—Comenzaba a sentirme perdida, papi —esto se había puesto serio—. Volvía a las fiestas, a las drogas... Yo sabía que no debía hacerlo, no me voy a venir a hacer la loca ahora, la ingenua que cayó sin pensarlo...

Negué mirando sus ojos rasgaditos, él seguía tomándose su café mientras veíamos como el sol se iba escondiendo, realmente era un atardecer hermoso —que me trajo a Héctor a la cabeza—, suspiré pesadamente y él tomó un mechón de mi cabello, quitándolo de mi cara y sonreí.

—Te juro que quería perderme para ahora sí, lograr lo que en ese momento necesitaba... Irme de este puto mundo, ya no sentir más dolor, más culpa —en mi garganta, ese nudo comenzaba a dejarme sin oxígeno—. Quería desaparecer del mundo, irme y dejar todo así como estaba... Yo ya no quería sufrir, extraño a Nani y a Movie, extraño a Yeru... A los nenes, tú sabes que...

—Yo sé mi amor, tú y mi nieta... Eran casi de la misma edad, las dos se llevaban como hermanas, justo como Nani y tú...

—Sí, extraño a Jay... Los extraño a todos, todos los días, siempre... No hay momento en que yo quisiera verla volver, o yo ir con ella pa’ Orlando y abrazarla, hablar de to’.

—Tienes que aceptar lo que pasó.

Negué con lágrimas deslizándose por mi mejilla.

—Tienes que hacerlo, ella no volverá... Ni los nenes, ni siquiera Ángel —decía suave, limpiando mis lágrimas.

—Aunque ellos me falten, yo estoy aprendiendo a soltarlos y... Todo es por Omar, papi.

—¿Quién es ese Omar?

Sonreí—. Creo que es él...

Oí esa risita suya, tan burlona e incrédula.

—¿Es él? ¿Qué?

—El que es —añadí riendo con él—. Jurao’ no hay nadie más, ese el tipo... Yo me veo con él pa’ toda la vida...

—Enamorada y más.

—No lo había sentido nunca —confesé—. Jamás sentí lo que siento ahora, y es por él... Me ha ayudado mucho, desde que lo conocí... Omar siempre ha estado pa’ mi, aunque yo le diga que se vaya pal’ carajo, ese hombre no me deja... Nunca se va, él lucha conmigo papi —nos reímos nuevamente y me senté—. Yo te puedo jurar que si no hay nadie que nos separe, nos vamo’ juntos y pa’ boda.

Sonrió, me abrazó y besó mi cabeza.

—Y si eso pasa, déjame decirte que yo sería el más feliz de entregarte a ese hombre que lucha contigo, contra ti y por ti... Para verte feliz.

Asentí—. Julito y tú me llevarán, tú sabes como es él... Va a enojarse conmigo, se siente como si fuese mi pai’ y no quiero pelear con él.

—Este Julito, ¿cómo está él?

La charla se alargó cada vez más, después de hablar sobre todo lo mío, todo aquello que llevaba cargando y guardándome, hasta que salieron todas esas lágrimas y no quedó ninguna más por ahí, terminamos abrazados y mirando las estrellas.

—¿Como le digo que..? —suspiré, me aterraba siquiera pensarlo—. ¿Como podría decirle que..?

—¿A quién?