➤COURTZ ·
Después de estar pidiendo a gritos la canción —de sus nenes—, como ella decía, llamando la atención de todos los que estábamos alrededor de ella —sí, de la diablita de hace un momento—, le sacaba la risa a todo aquel que la escuchaba y es que, era como oír a una nena pedirle a su papá que le comprara ese juguete que tanto quería, además la voz de ella y Hydro, también de la amiguita que los acompañaba, era muy gracioso.
—Yo quiero esa canción, dile al fuckin’ dj que la ponga y me baje las luces...
—Baby, pero no estamos pa’ pedir canciones hoy, dale...
—¡Yo quiero la canción ahora! —repitió molesta.
—¡No se puede! Hoy no, otro día yo te hago un party y te pongo tus canciones pero ya, bájale por hoy a tu loquera —le decía Hydro tomándola de las manos para intentar llevársela y ella, se negaba.
—Lynnie, tú ve... Dile que me ponga la canción de los nenes, mi amor... Por favor, y les juro que después de esa nos vamo’ Lynnie, dale chica.
La mujer veía a Hydro y este negaba con las cejas arqueadas, la chica se fijaba en la diablita y luego volvía con Hydro de nuevo —y así estaban, viéndose entre sí—, hasta que la chamaquita consiguió lo que quería y con una sonrisa enorme de ganadora, besó a Hydro y a la amiga en la mejilla, los empujó y con un vaso en la mano y esa hookah, le señaló a ambos.
—Encendía, del nene...
—¿Algo más? —resopló Hydro mirándola mal.
—Que le bajen a las luces porque quiero irme hasta el piso perreando, si no es mucha molestia pa’ ese dj... —sonrió enfocada en Hydro e hizo un mohín—. Nene, por favor... Nos vamos después de eso, ¿si?
—Es la última vez que tú me haces esto, ¿estamo’ claro?
Asintió llevándose la manguera de la hookah a la boca y sonriendo al mismo tiempo. Expulsó el humo después de ver como esos dos se alejaban juntos, dejó todo lo que llevaba en sus manos para quedar libre y supongo que lo hacía también para bailar con comodidad —hasta el piso—, como dijo un par de veces, volteó a su alrededor como si buscara a alguien pero luego, se quedó esperando de pie por esa canción que muy prontito comenzó a sonar en los altavoces.
La chamaquita no tardó en ponerse a bailar y mover esas caderas de lado a lado mientras volteaba a su alrededor —de nuevo, parecía buscar a alguien—, las luces eran bajas, solamente esos reflejos rojos y azules en neón era lo que nos daba un poco de iluminación y además, se veía aún más bellaco el lugar.
Yo me preguntaba un montón de cosas, porque me moría por sentir ese culo moviéndose rico frente a mi. Era una sensación extraña y había algo dentro de mi que me obligaba a mirar pero no por mucho, porque de un de repente, yo ya estaba de pie acabándome ese trago y en dirección a esa mujercita que se movía como diosa con ese ritmo violento que tenía el beat de esa canción.
—¿Y si me pego? —le dije al oído tomándola por las caderas.
Ella se giró rápidamente y me tomó por las mejillas con las dos manos, se fijó en mi —me miró a los ojos por un largo rato—, sonrió y se lamió los labios luego volvió a darse la vuelta y como si nada, se agachó con las manos en las rodillas, empezó a movérmelo.
«...la maltrato y dice que me adora, le gustan las motoras, por un bicho ella no llora, si tiene un claje’ culo que a cualquiera enamora...»
Un perreo normal —dentro de lo que se puede decir—, ella cantando y disfrutándose la canción, moviéndose pa’ mi, chocándome y pasando sus manos por detrás de mi nuca y su cabeza recargándose en mi pecho, era una locura y ella en su nota, gozándosela como ninguna.
Mis manos estaban aferradas a sus caderas, yo le buscaba la vuelta para chocarla —y era inevitable no querer hacerlo—, sabía como moverse y sin que nadie se diera cuenta de lo que hacíamos, ella se giró y terminó bailándome de frente, sus manos recorrieron mis brazos desde abajo hasta los hombros y sonrió viéndome a la cara.
—Baja un poco la cara...
Lo hice y me plantó un beso.
—Soy Omar...
Asintió con una sonrisita chueca sin apartar la mirada y volvió a besarme. Esta vez, sus manos estaban —una por mi espalda, encima de mi cintura y otra por detrás de mi cuello—, me mantenía ahí, pegadito a ella y besándome como si el mundo se fuera a acabar.
Le correspondía pero lo hacía de manera lenta, bajándole a ese ritmo desesperado que ella tenía. Y luego de estar saboreando esos ricos labios carnosos, de sostenerla con fuerza por la cintura y bajar un poco mis manos hasta esas nalgas, la chamaquita se apartó por falta de aire, se echó el cabello hacia atrás y subió el tirante que se le había bajado.
—Muy rico to’ —viéndome a los ojos y sonrió llenando sus pulmones de aire.
—Demasiao’ diría yo, tienes cuenta de instagram... Yo supongo, ¿no?
Asintió mirando alrededor y por instinto, yo también lo hice —nadie veía—, la chamaquita se acomodó el vestido, cogió su bolso y unas gafitas, volvió a mirarme y con una sonrisa, se fue sin decir más nada.
—¡Ey! —grité lo más alto que pude y al parecer, ella no me escuchó—. Puñeta, se me fue... Se me fue, carajo...
Chasqueé la lengua y regresé al lugar dónde estaba antes, la chamaquita no volvió a aparecer, Hydro y la amiga esa tampoco se volvieron a cruzar por enfrente de mis narices, los únicos locos que estaban aquí y en nota, eran Chimi y Dei V pero ellos, tenían un mood diferente al mío y no había manera de kikear con ellos como hubiera querido.
Me saqué el celular del bolsillo y vi la hora, ya no había nada bueno que yo pudiera coger, al menos no en este momento y después de haberme perreado a la baby esa, de la que no tengo ni puta idea pero besa rico y baila cabrón.
—Qué será de mi ahora... Sin baby nueva en mi cama y sin el ig de esa diabla.
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TENTACIÓN ‹ OMAR COURTZ › Completa.✔
FanfictionCourtz se había cansado de todas esas relaciones que terminaban destruyéndolo por completo, no quería pasar por lo mismo y ahora su hobbie era, tener en su cama a cualquier mujer para únicamente, satisfacerlo. En cambio, Nain tuvo un par de relacion...