TENTACIÓN ‹ OMAR COURTZ › Completa.✔

Capítulo 50 · Confusión.

➤NAIN ·

📍Luis Muñoz Marín International Airport.
Carolina, Puerto Rico.
8:30PM

Con mis maletas rumbo a la salida del airport, me encontré con un tipo que yo necesitaba sentir cerca mío, sabía que me iba a poner bien feliz si ahorita mismo me perdía por ahí con él. Un plan sano, como siempre lo hacíamos y comer.

—¡Dreezy! —le sonreí, caminaba lento y director a mi—. Te extrañé un montón.

—También yo, Nain... No pude venir a dejarte cuando te ibas pero, obligao’ debía venir a recogerte —me apretaba con fuerza y dejaba besos sobre mi sien—. Que bien se siente tenerte cerquita, otra vez.

Le sonreí—. ¿Y tú viniste solo?

—Afuera está Casper con Nio, es que... Mera, estoy con mucho trabajo ahora con Chimi y to’ los panas, ¿entiendes?

—¿Y eso quiere decir que..?

—Acho’ pues que me tengo que ir pa’ allá, mami... No voy a poder estar contigo hoy, pa’ andar dando vueltas por ahí... En capsuleo, ni na’ —se notaba lo mucho que le jodía decirme todo eso.

Chasqueé la lengua a modo de juego, choqué mi brazo con el suyo y negué quitándole importancia, aunque realmente me jodía demasiado —casi igual que él—, no poder pasar juntos mi primera noche de vuelta aquí.

—Papi, olvídate... Cuando tú puedas me buscas y hablamos de to’... Sabes que no hay problema conmigo, yo sé que tienes tus cositas por ahí y, normal —enredé mi mano con la suya y moví la cabeza hacía las puertas de salida—. Vámonos de aquí, que no quiero quitarte más tiempo.

Aunque realmente quería estar con él, olvidarme de todo con él y pasear por ahí, hablando mierda, que sé yo.

Me ayudó con las maletas, sin soltarme de la mano salimos y llegamos directo a la guagua de mi hermano, donde Nio bajó con los ojos llenos de lágrimas y la nariz roja.

—Ah pero, yo no sabía que Rudolph venía a recogerme hoy —me reí y claramente me llené de lágrimas también porque yo sabía la razón de que Nio estuviese así.

—Bendito, qué bueno que ya estás aquí... Gracias a Dios, ¿todo bien, nena? —el abrazo más largo de todos los tiempos, las palabras que más bellas habían sonado en mi mente y el beso más cariñoso que nadie jamás me había dado, fueron suyos y son para toda la vida.

—Todo perfecto, mano... Tenía muchas ganas de verte, ¿estás bien?

Asintió alejándose—. Te veo más gordita, más cachetoncita... Más linda.

—Tú sabe’ como es mi pai’ —rodé los ojos y se acercó mi hermano quién simplemente me abrazó con muchísima fuerza y me besó—. Te extrañé cada día.

—Yo también... Y con miedo, te soñé con el carrito que paseaba Nani al nene —nos separamos—. No lo pude ver a él, su carita... Na’ solo a ti, y sabía que era el nene pero, no...

—Tal vez eso quiere decir que él siempre está conmigo...

Asintió—. Será tu ángel.

Miré a Nio, seguía con lágrimas en los ojos y los brazos cruzados sobre su pecho dizque haciéndose el fuerte, Hydro en silencio observando todo y yo, con un sentimiento que no me dejaba respirar.

—¿Pa’ casa o vas con Hydro?

Negué—. Está ocupado, vamo’ a cenar alguito... Y después pa’ casa, ¿si?

Mi hermano miró a Nio y él asintió acercándose para coger mis maletas y subirlas a la guagua. Yo abracé por la cintura a Hydro con mucha fuerza y pegué mi cabeza en su pecho, sentía los latidos de su corazón súper acelerados y sus manos fueron a mi cintura igual, rodeándome de manera lenta mientras me escondía con sus brazos.

—Te busco después...

—Sin presión, cuando puedas Héctor.

Dejó un beso en mi cabeza, se apartó despacio y se dió la vuelta, yo fui con Julito y Nio a la guagua y como siempre, ellos ayudándome a abrir la puerta y a subir.

Quedé atrás con Nio, Julito enfrente junto a mi tío Ivan quién estaba en llamada y solamente me sonrió.

—¿Has hablao’ con Ousi?

Negué—. Como dos semanas sin saber na’ del tipo, ¿y me preocupa? Obviamente no pero, óyeme... Casi se me desangra el hijueputa’ cuando me iba pa’ RD y, ¿después na’? ¿Qué puñetas le pasa?

Sonrió burlón—. Ta’ fuera de PR... Anda por USA en par de shows, tranquila... Que seguro te busca cuando baje pa’ la isla.

—Si no es que busca a esa cabrona cuero...

—¿A quién? —sus ojos demostraban lo mucho que oírme decir eso le molestaba.

—¿Quién tú crees?

Se encogió de hombros y sacó su celular, me tiró por dm y abrí la imagen.

Me quedé boquiabierta, en verdad que no lo podía creer y le envié una foto a Nio, una foto de una prueba de embarazo positiva. Me miró a los ojos, completamente asombrado y le hice una señal de silencio —nadie debía saberlo—, por lo menos, nadie debía saber todavía, hasta que ya estuviera enterado Omar.

—Cuando vuelva hablaré con el tipo, necesito decirle miles de cosas... Entre ellas, pue’ —era demasiado obvio, asintió.

—Tengo que estar ahí, yo te ayudo con eso.

—¿Ayudarme?

—Mira, es delicau’ esto... Mucho, y no sabemos como es que reaccione, ni él, ni tú —susurraba e intercambiaba miradas hacia enfrente, donde Julito iba súper entretenido con su celular.

—Lo voy a mandar pal’ carajo, es lo único delicado del tema... Lo demás, puedo resolverlo yo sola, no lo necesito para na’.

Se encogió de hombros—. Igual tengo que estar ahí.

—Okay.

Y como si fuera invocado al demonio, una notificación de un mensaje suyo, iluminó mi rostro.

«Sé que estás en PR... No me busques,
no quiero verte.»

Ni siquiera abrí la conversación, decidí dejarlo ahí.

—Que se joda, en verdad...

—¿Ah? —Nio sonrió al oír la voz de Julito—. Que se joda, ¿quién?

—El cabrón que me pichó pa’ grabar los otros días... No lo necesitaba, era más pa’ hacerle un favor a él.

Julito me miró—. Tú nunca hablas así, brother... No de alguien que está en la misma...

—Yo sé, yo sé... Estoy mordío’ pero, esto no sale de aquí, ¿verdad?

Yo negué al igual que mi hermano, miré a Nio y me recargué en su brazo.