Capítulo 38 · La Nena.

691 77 18
                                    

➤CASPER MÁGICO ·



Las manos me temblaban —cogía con fuerza el guía—, iba pendiente al camino mientras llamaba a todas las personas que me pasaban por la cabeza, completamente desesperado y casi volviéndome loco. Me faltaba el aire, sentía los latidos de mi corazón en la cabeza, la adrenalina recorriéndome todo el cuerpo hasta vibrar, a la vez que llamaba a equipos de rescate, todos los que se me ocurrían, pues algo me decía que mi nena estaba mal.

«Llegué a mi límite, no puedo seguir como si nada pasara... Me cansé de fingir, me cansé de actuar... Me cansé de ser algo que realmente no soy, ni seré... ¡No quiero seguir más! ¡Te amo con toda mi alma! Eres lo mejor, hermano... Perdóname, no quiero estar más aquí, no puedo seguir... Me cuesta mucho, me cuesta demasiado y la motivación es nula, yo he pasado de todo ya... No necesito más, no quiero pasar por más... El tiempo se acabó para mi, yo lo sé... ¡Recuerda siempre que te amo, te amo mucho!»

Le tiré a Hydro, le tiré a Lynnie y a todo aquel que pasara tiempo con Nain. A Nio, su mujer.

—Brother, la nena cabrón... ¡Algo le pasó! —decía histérico, sintiendo impotencia—. Me envió un voice, cabrón... ¡Ella está mal, ella está mal! Y tengo que llegar ya mismo al apartment, está sola... ¡Sé que le pasó algo!

“Papi, ¿de quién tú hablas? Son las cuatro de la mañana, ¿qué..? ¿Qué pasó?”

Al borde de las lágrimas, a falta de aire en mis pulmones, grité ahogado.

—¡¡NAIN!! Algo va a hacer, algo hizo... ¡Tienes que venir! ¡Voy pa’ ese lugar..! ¡Puñeta! —tiré el puto celular sobre el asiento y continué pendiente al camino.

Ya todos estaban avisados, solo había que llegar y ver si algo había pasado o no. Era lo único que podía hacer, todos estaban camino a buscarla y lo único en lo que yo podía pensar era; que todo esté bien.

—Que no haya cometido una locura, Dios mío.

Llegué al parking, había policías, la ambulancia, los bomberos y claro, Hydro junto a Lynnie. Al ver toda esa escena, me quedé en shock, me asustaba tener que encontrarme con algo grave, no quería acercarme pero, mis piernas me llevaban a la entrada y no podía parar.

—Hydro...

El volteó conmigo, al verle los ojos, todo mi mundo se vino abajo.

Negué con la cabeza, seguí cambiando hasta estar a su lado y él, casi susurrando me habló.

—Cuando llegamos —dijo viendo a Lynnie quién estaba abrazada de él—. Ya estaban todos ellos aquí... Y Nain...

—¿Dónde está? —casi grité.

—La están bajando en camilla...

—¡¿Está bien?! ¿Como está? ¡¿Que te dijeron?! —preguntaba desesperado por saber qué pasaba con ella.

—Tienes que relajarte, Julito...

—¡Cabrón! ¡Dime como está ella! —casi lloraba, mi voz se cortaba y él asintió rápidamente.

—Está mal, cabrón... ¡Lo hizo de nuevo!

Negué como un loco, no podía parar de mover la cabeza de lado a lado como un maldito loco, viendo hacia todos lados, buscando una mejor respuesta pero, las luces y los sonidos me aturdían, no reaccionaba del todo, no podía hacerlo.

—La llevan ahí, papi... Ahí va ya, ve con ella... Tienes que ir... —me decía Hydro a la vez que me empujaba, me llevaba a la fuerza—. ¡Súbete a la ambulancia! Que ya la van a llevar, dale...

—Cabrón...

—Nosotros iremos detrás, dale —insitió.

Completamente en shock, continué solo y buscando explicaciones. Preguntando a los paramédicos que había pasado, como fue que la encontraron y, antes de que obtuviera una respuesta, la persona que menos to esperé, salió del edificio con las llaves del apartment en sus manos, hablando con un policía con la peor de las caras.

—Ese hijo ‘e puta...

「 En la clínica 」


Esperaba información de la nena, hoy estaban aquí —además de mi familia, personas importantes para ella—, de primero sus mejores amigos, Hydro y Lynnie. Nio, Sheila y ese cabrón de Omar.

—¿Quién le avisó a ese cabrón? —pregunté a Hydro aunque sin quitarle los ojos de encima al tipo.

—Él estaba ahí cuando llegamos —respondió Lynnie súper bajito—. Él llamó a los paramédicos, a todos...

Hydro estaba tan sorprendido y confundido a la vez —y es que parece ser, él no sabía lo que esos dos tenían entre sí—, chasqueé la lengua y me levanté.

—Ese cabrón tiene que explicarme muchas cosas, ahora vuelvo.

—Sin gritos, ni peleas... Estamos aquí por Nain, gracias a él, gracias a Omar ella sigue con vida... ¡Recuérdalo! —me dijo la nena y asentí.

Así que, me acerqué al tipo que estaba recargado —con cara de que no había dormido nada—, y estaba entre bostezos hasta que me miró cerca y tomó una postura de alerta. Yo sin quitarle los ojos de encima, simplemente movi mi cabeza esperando una explicación de parte suya y negó cabizbajo.

—¿No, qué? ¿Por qué tú dices que no?

—No sé qué pasó —dijo con voz ronca, mirando al piso.

—Ah, no sabes...

—No.

Se quedó callado, con la mirada pérdida y yo observándolo, con ganas de cogerlo por cuello hasta dejarlo ahí pero, este cabrón me había hecho un favor.

—¿Cómo fue que tú ya estabas ahí?

Noté como se le llenaron los ojos de lágrimas, suspiró fuerte y miró en dirección al pasillo por dónde se la habían llevado.

—Peleamos...

—Mírame cabrón, ¿o es que la culpa te lo impide? —intenté no gritar pero, no podía aguantarme más—. ¿Qué carajo’ pasó?

—Cabrón, ¡yo no sé que ella tiene! —dijo en voz alta—. Siempre que le menciono el tema de cogerlo serio, ella no... ¡Se niega! Yo no sé qué carajo’ le pasa... En verdad, no la entiendo...

—Contestame lo que te pregunté en un principio, a mi me sabe a mierda esa relación que ustedes llevan... ¡¿Cómo fue que tú llegaste antes que yo?! ¡Eso es lo que yo quiero saber!

—Porque fui a buscarla... Quise arreglarlo, la puerta estaba abierta... Yo entré y... —negó frotándose los ojos, negando—. Estaba en su cama, tira’ con la... Con espuma... Convulsionando y...

—Puñeta...

No podía creerlo, todo esto era casi irreal. ¿Volver a hacerlo? Y todo por lo que pasó hace par de años.

—Yo sé que pa’ ella no valgo na’... Pero, me alegra haber ido a buscarla... Quién sabe que hubiera pasao’ si no —dijo bajito, y lo miré.

Agradecí que así fuera, simplemente me quedé en silencio y me fui.

TENTACIÓN ‹ OMAR COURTZ › Completa.✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora