Courtz se había cansado de todas esas relaciones que terminaban destruyéndolo por completo, no quería pasar por lo mismo y ahora su hobbie era, tener en su cama a cualquier mujer para únicamente, satisfacerlo.
En cambio, Nain tuvo un par de relacion...
Abría sus piernas con mis dos manos, mantenía sus muslos apretados y por encima de mis hombros mientras le comía lo que llevaba ahí escondido, gustoso. Al mismo tiempo que escuchaba esos gritos ahogados, que silenciaba mientras se retorcía en la cama y apretaba las sábanas. Mi lengua iba de lado a lado, de arriba a abajo y en círculos, de derecha a izquierda, me ayudaba con mis dedos, Nain me cogía por el pelo y me jalaba en ocasiones o me hundía la cabeza aún más, para llegar más profundo mientras se elevaba.
—¡Así, así e’ daddy! —decía a falta de aire, como si tuviera un ataque de asma.
En mi mente pasaban tantas cosas, y es que yo estaba temblando como sus piernas, na’ más esperaba a que se viniera para quitarme y comenzar a meterle cuando esa cosita estuviera más apretada.
Y fue así, que poco a poco, la sentí palpitando y cada vez más jugosa. Relajó sus piernas después de estar elevando su pelvis y moviéndose en círculos, gimiendo como una loca, mientras mi lengua acariciaba esa zona con cierto cuidado.
—Puñeta, que rico tú mama’ —me miró sonriendo, con la cara sudadita.
Yo sintiendo la mandíbula un poco entumecida, fui subiendo por su vientre y ombligo, besando y lamiendo su piel, echando una de sus piernas por mi espalda y la otra manteniéndola al lado. Nain aún con la respiración agitada, se humedeció los labios al ver que ya estaba encima de ella, a punto de besarla.
Pasó sus dedos por detrás de mi cabeza, enredándolos en mi pelo y me acerqué a su boca bien lento, intercambiando miradas entre su boca y esos ojitos rasgados. A pocos centímetros de esos labios rosados, me alejé jugando un poco y ella, unió sus cejas, me reí.
Nain negó jalándome con fuerza y fue ella la que me besó.
Tomando el control de la situación, me enredó entre sus piernas y me jalaba por los hombros para que me pegara a ella. Tuve que recargarme sobre mis codos y así, despacio enterrarme entre lo que ya había preparado hace un momento.
Entraba y salía con fuerza, mis cadenas chocaban en su barbilla y esa sonrisita traviesa me dejaba saber que a ella le gustaba eso, escondía mi cara entre su cuello y aún dándole, la besaba y de vez en cuando la mordía. Sabía que estaba siendo algo rudo con ella, estaba pasándome porque ya sus piernas iban y venían conmigo, sus gemidos eran más fuertes y esa mirada ya estaba más que perdida.
Saboreé su boca por última vez, mientras terminaba adentro.
Mordía y chupaba su labio inferior, quitaba algunos mechones de su cabello con delicadeza sin dejar de besarla y acariciar su rostro, la cogía por el cuello —Nain me jalaba de la pulsera—, me movía dentro de ella, viéndola a los ojos y observando como se mordía los labios.
La mantenía sobre mi boca, intercambiando nuestro aliento siendo ahora lo que nos llenaba los pulmones y nos ayudaba seguir besándonos. Ella abría sus ojos cuando yo la besaba lento e iba hacia su labio superior, sus manos subían por mis brazos y me apretaba. Yo sostenía su mandíbula con fuerza, pasaba mi lengua dentro de su boca y Nain cooperaba, jugaba también conmigo y mordía suave, succionaba mis labios así como yo hacía con ella, se jalaba y me soltaba hasta casi lograr arrancarme el labio.
·
La vista era otra, completamente de mis favoritas y creo que será la única que quiero volver a ver, en toda mi vida.
Estaba recostado, con mis manos azotando esas nalgas —o apretándolas—, su cabello caía por encima mientras rebotaba o se balanceaba arriba de mi, a la ves que ella miraba al techo. Sentía sus manos apoyadas en mis rodillas a la vez que se movía despacio de adelante hacia a atrás.
Gruñía y hacía lo que podía para no correrme tan rápido, aunque casi me era imposible. Nain me pedía que le diera con la mano, la apretara o le ayudara subiendo y bajando; dizque ya estaba cansada y le dolía, pero quería más.
—Baja lento pa’ que...
—¿Así? Dímelo, ¿así es que era? —dijo con esa vocesita de puti y volteando, mordiéndose el labio, mirándome.
—Damn, baby... —jurau, se siente como si mi alma estuviera abandonando mi cuerpo ahora mismo.
Lo hacía lento, pero bien lento y se encajaba fuerte hasta abajo, balanceándose hacia adelante y volvía a sacarlo, dándome una vista cabrona, de mi bicho saliendo de ahí.
Negué a la vez que exhalé y miré el techo, par de luces de colores que venían de afuera, me distraían un poco aunque no tanto como hubiera querido, Nain empezó a moverlo en círculo de manera bien lenta, yo sentía como estaba por explotar ahí dentro, cuando la nena volvió a darme par de sentones y fue que terminé, cayendo rendido y ella, saliendo despacio y recostándose en mi pecho después que me vacié.
—Sudaste —rió suave.
Me limpié la frente—. A chorro’ baby, me jodiste.
Oí un suspiro fuerte, jaló la sábana cubriéndonos a los dos por la mitad y le hablé.
—¿Te gustó, mami?
—¿Hmm?
—Lo que te hice, ¿te gustó? —hablaba bajito.
—Ujjmmm, hmmm...
Moví un poco mi cabeza y la miré;
—Diablo’ ¿Nain? —la sacudí despacio, no abrió los ojos—. ¡Acho’ se durmió! ¿Nain, baby?
Y sí, la nena estaba dormida sobre mi pecho.
Me quedé par de minutos con ella recostado, escuchando las voces que venían de afuera, teniendo en cuenta a todos los que estaban allá, mientras que Nain y yo, habíamos pasado por todo eso.
—Y ahora ella durmiendo —murmuré.
La miré de nuevo y una sonrisa se me escapó, después de todo, ella me lo pidió.
—Ojalá te acuerdes de esto... Porque estuvo bien cabrón —la quité de encima mío, dejé un beso sobre su mejilla y empecé a buscar mi ropa.
Aunque esa sonrisa de haber ganado, seguía en mi cara, la cabeza me daba vueltas.
—¿Será que si va a acordarse de esto?
La veía durmiendo, pensando en qué hacer y vi mi muñeca, una pulsera —mi Margiela—, dentro de mi, hubo algo que me hizo quitármela y ponérsela a ella.
—Le queda bien grande, pero va a saber que es mía.
Me vestí, sin dejar de verla mientras dormía. Sonreía como un pendejo en cada flashback que me llegaba a la cabeza, había una pequeña posibilidad que esto fuera inolvidable para ella, y el mejor de los recuerdos para mi.
Me dirigí a la puerta, la vi por última vez y sonriendo nuevamente, salí de ahí.
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AMEEEEEEEE ESTOOO HHAJAJASHAJAJJAJAJA
POR FIN LE METIÓ EL WEBOOOOO COÑOOOOOO🤣
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