Capítulo 22 · ¡Se Prendió!

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➤COURTZ ·



Las horas pasaban al igual que los shots, Nain estaba pidiendo uno tras otro, se ponía a bailar —con las manos hacia arriba, y se movía casi como una contorsionista de circo—, brincaba y cantaba, en verdad la nena hasta pasaita’ de tragos se veía bien linda. Y yo, estaba por ahí bien cerquita de ella, mirándola siempre, no le quitaba los ojos de encima. Ni siquiera quería parpadear, no quería dejar de ver como estaba disfrutándose el party, y es que ya pasaban de las dos de la mañana, y no cualquiera aguantaba tanto bebiendo como ella.

Unas cuantas chamaquitas ya estaban tiradas, modo zombie en las sillas.

Seguía viéndola, medio recostado en la silla, apoyado en mi puño sin dejar de beber.

—Puñeta, se va joder to’ —oí detrás de mi y volteé.

Ahí venía la loca de Noelia con dos mujeres, escoltadas por un cabrón enorme y esas dos que venían con ella, me resultaron tan familiares —¿cómo no? Si eran Julieta y Katherine—, me levanté rápidamente y fui a donde bailaba Nain junto a Lynnie y la mujer de Chimi.

Tanto Woody como yo, estábamos pendientes a la situación que se había creado. La música bajó, el ambiente estaba tenso y las únicas voces haciendo par de bullas eran las de Noelia y esas dos cabronas.

—¡La vez pasada que te encontré tú me apuntaste con una pistola! ¡Me la pusiste en la cara! —gritaba Noelia, apuntándole a Nain bien levantada del pecho.

—¡Yo quiero ver que tú hagas eso ahora! —le decía Julieta, mientras que Katherine nada más veía para todos lados—. ¡Ella no está sola!

—Vente pa’cá... ¡Dale! Que si pa’ par de puños estamos... Sin que se metan, tú y yo solitas.

Nain miró a Chimi y a Yadi, ellos dos negaron mientras que Woody se le metía a los nenes por en medio, cuidando a Nain y empecé a hacer lo mismo.

—¡Pero ven! ¡No me huyas ahora! ¡¿O qué tanto esperas pa’ venir?!

—¡Noelia! —Hydro fue contra ella, no a los golpes pero si directo—. ¿Quién te metió pa’ acá?  ¿Quién te dijo..?

La loca esa le sacó la vuelta y justo cuando estaba por darle a Nain, Lynnie la jaló del pelo y la llevó al piso, arrastrándola y tirándole puños a la cara mientras que Noelia gritaba sin poder ponerse en pie. Fue entonces que, Julieta se puso pa lo suyo y se metió en esa pelea, yendo contra Lynnie.

—Ah, pero, ¿dos contra una? —Nain corrió a defender a su amiga.

—¡No, no, no! ¡Nain!

Todos ahora intentábamos separarlas.

Mientras unos cuidaban que a Nain no la golpearan al igual que a Lynnie, Yadi tiraba puños por arriba de todos hacia abajo, donde Julieta y Noelia estaban tiradas —porque eso si, las nenas llevaban la de ganar—, Hydro le quitaba las manos a Julieta, ya que quería defender a Lynnie y yo, junto a Chimi y Yadi, cuidabamos de Nain a la vez que Woody y Kay-Kay alejaban al cabrón que había entrado con ellas.

Todo se salía de control, porque las demás chamaquitas dentro de la fiesta, se metían al revolú sin saber a quien le pegaban —y eran casi todos a mi y a Chimi—, hasta que por fin, Yadi sacó a las dos tomándolas de los brazos, Chimi echó para atrás a Nain y Lynnie seguía entre jalones y gritos con Noelia y Julieta, de Katherine no se sabía absolutamente nada.

—Que suelte a Lynnie porque me le voy a ir encima, a la puta esa... ¡Y tú suéltame, cabrón! —decía gritando, aventándome la mano para un lado.

—Nain, bájale... Tú no vas a pelear con esta cabrona —yo intentaba detenerla, agarrarla sin hacerle daño, pero es tan rápida.

—Brother, llévatela... Enciérrala, métela y que no salga... Ya, que allá se duerma, que se yo...

Asentí tomando a Nain, de la mano y llevándola para la casa.

—¡Papi, cógela! En los brazos, que se te va a safar...

Nain me miró—. ¡Ni se te ocurra! Tengo que ayudar a Lynnie, no me puedes...

—Mami, no voy a dejar que esa cabrona te ponga una mano encima...

—No me digas mami, y esa cabrona que tú ves ahí en el piso... Yo la tengo que partir ahora... ¡Permiso!

Y cuando menos me lo esperé, Nain ya estaba pasándome por el lado, yéndose encima de Noelia y Julieta tirando patadas como una loca.

—¡Puñeta, que no!

La cogí por la cintura, cargándola y alejándome de ahí. Si seguíamos aquí, esta jodienda explota, y mientras llevaba a Nain, seguía moviéndose para que la bajara.

—Nain, te me vas a ir pa’l piso, cálmate chica... Por Dios, baby...

—¡Pues bájame ahora!

Y no sé como la nena se me dió vuelta pero ahí cogí fuerza y la eché por encima de mi hombro, quedando su estómago sobre el y la sostuve de las piernas para que no cayera.

—Omar, bájame... ¿No ves que Noelia tiene que ver con él? —decía agitándose, dándome en la espalda—. ¡Por ella peleé con él! ¡Por culpa de ella siempre se jodió to’ con mi nene! ¡Ella fue la que me jodió la vida!

—Yo no te voy a bajar...

—¡Esa cabrona me las va a pagar un día de estos! Yo no me voy a quedar sin hacer na’ —seguía muy alterada—. Maldita puta... Y todavía Julieta viene con ella, acho’ esa cabrona...

—Que se jodan las dos.

—Y tú con ellas —dijo sobre mi oído y no le hice caso.

¿Para qué discutir? Mejor la llevé hasta su habitación, había una cama grande y todo iluminado por la luna, ya que las puertitas del balcón estaban abiertas. Todo aquí estaba fresco, olía bien rico, no tardé en llenarme los pulmones con ese perfume inhalando profundamente.

—Okay, bonita... Perdóname por haberte traído así, y jalarte... Yo no quería que te hicieran daño, Julieta está loca...

—Na’ más porque tú estabas al lado mío quiso hacer su show... Y desde hace tiempo está en algo contra mi.

—Y ahora te odia más porque me la chingué y le hice saber que tú eres la nena...

Bufó—. ¿Te la chingaste pensando en mi?

—Yo ni siquiera la vi.

Rió—. Que hijo de puta tú ere’ cabrón.

—Toy’ volau’ contigo, enchulau’ de ti y esa carita e’ nena buena.

Con la puerta cerrada de su habitación, yo notaba a Nain ya más tranquila y agradecía que fuera así, si no me jode aquí adentro.

—Okay, Nain... Ya estamos aquí —la bajé despacio y no la solté hasta que sentí como sus pies tocaron el piso—. Duerme, no vayas a hacer una loquera...

Sus ojos estaban fijos sobre los míos, ladeé la cabeza sin perder ese contacto visual y humedecí mis labios, pasando la lengua muy lento.

—¿No duermes? —pregunté bajito.

—Tengo problemas...

—¿Tienen que ver con..?

No supe ni por dónde me llegó, ¿como fue que avanzó tanto? ¿Estaba de puntitas? ¿Como era que sus brazos estaban rodeando mi cuello y esos labios estaban besando los míos? ¿Es posible que esté alucinando?

TENTACIÓN ‹ OMAR COURTZ › Completa.✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora