Capítulo 35 · ¿Parar?

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➤NAIN ·



Deslizó su mano por mi espalda hasta llegar a mi nalga y dió un apretón mientras se paraba al lado mío, con una sonrisa “de ganador” y un mood bellaco que no le quitaba nadie, le sonreí con algo de nervio, Omar tenía un poco más de confianza conmigo ahora —después de dos meses chingando a escondidas en mi apartment y algunas veces en el suyo—, al tipo ya no le importaba nada, y no era que chingábamos diario, si no que una vez a la semana, tal vez dos.

—¿Nos vemos pronto, mami? —la punta de su nariz rozó mi mejilla a la vez que él, seguía apretando fuerte con su mano.

—I don’t know, daddy...

Soltó una risita sexy sobre mi oído y volteé con él, encarándolo sin verme agresiva ni nada.

—Deja eso Nain, déjalo —tomó mis manos, obligándome a soltar el bowl dónde había par de huevos y me obligó a mirarlo—. Estás muy seria, mai’... ¿Pasa algo?

Sus ojos estaban sobre los míos, un contacto visual tan hijo de puta que no podía apartar. Omar esperaba mi respuesta y yo no sabía por donde empezar —o no quería ni decirlo—, comenzaba a aterrarme el hecho de tenerlo aquí cada lunes o martes, después de que él bajara de todos esos shows y me tirara por dm.

—No, no pasa na’ —negué intentando sonreírle, fingiendo pero, se dió cuenta y elevó una ceja.

—¿Qué pasa, dale? Dime, ¿qué carajo’ tú tienes mami? ¿Te sientes bien? —sus ojos recorrían cada poro de mi cara, yo sin poder articular palabras, ni una simple oración—. Esa carita tuya dice más de lo que crees, baby... Sé que hay algo, ¿por qué no me dices que es lo que pasa? Tenemos la confianza, ¿no? Pa’ hablar de lo que sea, si ya...

Se tomó una pausa, sonrió insinuando nuestra situación, moviendo la cabeza a ambos lados, coqueteándome.

—Eso e’ el problema... Que ya ha pasao’ de to’ y seguimos aquí, ¿qué vamo’ a hacer? Estamos rebasando los límites ya, ¿no crees que debemos parar?

—¿Parar?

Asentí despacio, con miedo a su reacción —no porque se molestara o algo pero, con él no se sabe—, me quedé callada mirándolo a los ojos, esperando su respuesta ya qué, parecía pensar mientras me miraba detenidamente.

Se alejó y cogió su reloj, las cubanas y esas pantallas que estaban en la isla, al lado de donde yo estaba a punto de cocinar.

—Creo que sí, Nain... Deberíamos parar —dijo vistiéndose rápido luego de chequear su celular y se fijó en mi—. Paramos por hoy, yo vuelvo mañana... ¿Te gusta el color azúl cielo en lencería? Te quiero ver con algo así...

Me reí mientras él se colocaba el reloj en la muñeca y sonreía de igual manera, esperando mi respuesta.

—¿O un baby doll fucsia, mami? Con liguero, pa’ qué me bailes tantito, ¿ah? ¿Qué tú quiere’ shorty? ¿Qué prefiere la nena? —intercambiaba miradas conmigo y esas prendas que terminaba de guindarse.

Negué con bastante seriedad, dejando de lado el chiste.

—Esto es serio, Omar —tomé una posición un poco alejada de él, dónde los dos pudiéramos vernos a la cara—. ‘Tamos escalando a algo más y yo no quiero que pasemos esa línea, porque esto no es serio, yo no quiero na’ con nadie...

Hizo una seña con su mano, moviéndola hacia abajo y arriba rápidamente para que yo dejara de hablar y lo hice, esperaba que lo hiciera él pero, el tipo se quedó callado un momento y recargó sus manos en la isleta de la cocina mientras veía hacia abajo, en todas direcciones.

—Déjame ver si entendí, Nain —esa voz me erizó la piel, me hizo temblar y ponerme en tensión—. Tú quieres que yo pare, ¿verdad? Porque tú... ¿estás sintiendo algo más?

—Es que... Vamos yendo por un camino... O nos estamos orillando a que cojamo’ un camino del que ninguno de los dos quiere entrar, Omar... Será difícil salir de eso —expliqué detenidamente, con suavidad.

—Pero, ¿es por eso? Te estás...

—¿Tú no?

Silencio absoluto, sus ojos estaban sobre mi ahora —parecía estar sin parpadear, solo mirándome y respirando—, yo intentaba mantenerme calmada pero, me ponía nerviosa, incluso me asustaba un poco.

—¿Tú no estás sintiendo na’ después de cada bellaquera? ¿Después de cada polvo? —me tembló la voz, Omar seguía en silencio—. Las últimas veces yo me he sentido rara y, no quiero estar en esa situación... No por ahora, yo no estoy preparada pa’ algo así, y tú menos...

—So, ¿qué quieres hacer? ¿Dejamos esto aquí?

Un dolor enorme dentro de mi pecho, me hizo sentir la mujer más idiota, después de todo, la que se envolvió fui yo, siendo que me la pasaba recordándole al tipo que no fuera a enchularse de mi y terminé siendo yo la boba.

No quería que esto acabara, quería seguir y estar con él pero, al parecer Omar no, él si entendió que esto solo era de entrada por salida.

—Deberíamos...

Omar asintió lento, notaba la fuerza que hacía en su mandíbula al apretar y moverla despacio a ambos lados, se dió la vuelta sin decirme nada y se puso la camisa que estaba encima del sofá.

—Okay, esto se acabó entonces —dijo acercándose a mi súper ágil—. Tírame un call si e’ que me necesitas, voy a estar pa’ ti 25/8 mami...

Estuve a punto de reírme, la manera en que me habló había sido un poco graciosa y al sonreír, su boca se estampó sobre la mía con cierta agresividad que me obligó a cogerlo por la cara con fuerza y seguirlo a dónde fuera que él me llevara por todo el apartment.

Una de sus manos se mantenía apretando mi cuello con algo de fuerza y la otra por detrás de mi cintura, pegándome a él mientras que yo, me sostenía del brazo que llevaba a mi cuello y mantenía mi mano derecha sobre esos rizos por encima de su nuca.

A falta de aire y totalmente excitada por la manera en que me besaba y me apretaba contra su cuerpo mientras íbamos por ahí, deshaciéndonos de la poca ropa que llevábamos encima, jadeando como dos locos sin apartarnos el uno del otro, siendo violentos al acercar nuestros cuerpos y tocarnos de formas indescriptibles, haciendo ruidos involuntarios y sonreír entre medio de todo, con la piel erizada y vibrando ante el rudo tacto de sus manos recorriendo mi piel —me hizo entender que esto no debía acabarse—, y oír su voz, me dejó fuera de base.

—Tú no quiere’ que eso pase —murmuró sobre mis labios, viéndome a los ojos—. ¿Por qué tú quieres que esto acabe si a ti te gusta?

—Es por eso... Me gusta tanto que, me da miedo seguir... —respondí entre jadeos.

Negó pasando su lengua por mis senos, dejando par de besos y chupando suave para después verme a la cara, cogerme con sus dos manos y obligarme a verle los ojos en total silencio, para después besarme otra vez, manteniendo mi cuerpo a la altura del suyo y con esa misma agresividad, me hablo bajito al oído.

—Tú estás loca si piensas que me vas a botar así na’ más, Nain.

TENTACIÓN ‹ OMAR COURTZ › Completa.✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora