Capítulo 14 · Vibes.

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➤COURTZ ·



Me reí por esa reacción suya —tan cansada, agotada por todo, harta de mi—, chasqueé la lengua y negué con la cabeza a la vez que caminaba al lado de ella. Nain iba con la vista al frente, caminando con ese estilo de nena mala, mirando a todos como si no fueran nada.

—¿Y esa actitud tuya, mami?

—No me digas mami —respondió cortante.

—Nain... —casi me quejé, ella me miró y volví a preguntarle—. ¿De donde viene esa actitud que tú tienes?

—Ya sabes con quiénes ando... Estoy con ellos de hace tiempo, Chimi fue un día lo que hoy para mi es Hydro —explicó brevemente mientras salíamos juntos, dirigiendonos a mi carro.

—Ajá, pero... ¿Antes?

Volteó conmigo, confundida y continué con la pregunta;

—¿Antes de ser así?

Sonrió de lado, riéndose y posiblemente burlándose de lo estúpida que era la pregunta pero, quería saberlo.

—Era una pendeja que cualquier persona le podía pasar por encima, la podía humillar, burlarse de ella por cualquiera que fuera la razón y se quedaba callada... No me defendía, era introvertida, no usaba esta ropa y no me comportaba como ya tú sabes —soltó una risita algo baja y me miró a los ojos, deteniéndose a una distancia prudente—. Era una nena tonta, buena persona pero tonta.

—Te hubiera conocido pa’ aquellos tiempos y estuviéramos juntos viviendo en South Beach —respondí bajito, sin bajarle la mirada.

—No, no creo... Yo tenía novio pa’ ese entonces, y hoy en día, lo sigo extrañando.

—¿Por eso no quieres tenerme cerca? ¿Por qué aún lo quieres a él?

Asintió lento, muy lento y sus ojos brillaron.

—Nadie me comprende como él... No ha llegado nadie que me haga olvidarme de él, no he sentido las ganas de conocer a alguien como las que sentí cuando lo vi por primera vez... En verdad Omar, si tú supieras que gracias a él yo dejé muchas cosas fuera de mi vida y si hoy por hoy estoy bien, fue por él... Él me salvó la vida, real —pronunció cada palabra con tanta seriedad, que me causó escalofríos.

Me quedé helado, sin poder decirle nada. La seguía mirando a los ojos, ella a mi y casi no parpadeaba, yo buscaba la manera de cambiar el mood pero, esto me había dejado en shock.

¿Quién carajos es ese cabrón?

Cogí aire y exhalé con fuerza, ella apartó la mirada y siguió caminando, inmediatamente fui tras ella.

—¿Prendes?

—¡Claro! —sacó un philliecito de su carterita, tenía una sonrisa coqueta en su rostro—. Na’ más que el lighter no lo encuentro...

—Tengo uno aquí —dije revisando mis bolsillos, tocando por encima hasta sentirlo en el lado izquierdo y lo saqué rápido—. Ten...

Llegamos a la guagua, abrí la puerta para Nain y subió mientras quemaba. Sonrió mirándome al estar cómoda en el asiento del copiloto, le regresé la sonrisa y rodeé rápidamente para subir, pero un pequeño inconveniente me cambió el rumbo.

—Omar, ¿eres tú? —puñeta.

—Chica, ¿qué e’ la que hay? ¿‘Ta to’ bien? —intenté sonreír, la tipa veía dentro de mi guagua—. ¿Qué tú buscas?

—¿A quién llevas, mi amor?

—Una panita que me encontré, ya pasaíta’ de tragos... Tú sabe’ yo...

—¿Es la cabrona esa? —dijo caminando hacia el frente de la guagua, yo la seguí.

—¿De quién tú hablas? ¿Tas’ en nota? —la tomé del brazo, ella me miró con una cara de loca que si no sacaba a Nain de aquí, algo iba a pasar y no era na bueno.

—Ella es, ¿cierto?

—No estoy pa’ bregar con esto ahora, arreglen sus problemas cuando yo no esté —arqueé una ceja, la veía fijamente—. No me gustan estos showcitos, Noelia... So, bájale do’.

Sonrió a lo descarado, burlándose de mi y se alejó. No sin golpear el frente de la guagua, mirando a Nain prender dentro —ya que el lighter le alumbraba la cara—, solté el aire que había aguantado en todo este momento que Noelia me tenía en un: si te descuidas, la parto.

Miré a donde Nain, mientras que Noelia se alejaba, ella seguía mirándome y prendiendo, así que, volví a respirar —aliviado—, me monté junto a  Nain y encendí la guagua antes de fijarme en ella.

—¿El beef entre ustedes es de hace tiempo?

Asintió sin darle mucha importancia al tema, expulsó el humo despacio y me miró a los ojos antes de responder.

—El pana que me salvó la vida, arruinó la vida de ella...

Se me erizó la piel.

—No quiero hablar sobre eso, llévame a casa de mami... Es tarde ya.



「 En casa de Nain 」

Parqueado en la oscuridad que daban unos árboles enormes, Nain sentada en el baúl y yo recargado a su lado —a poca distancia—, hablando de todo lo que se nos viniera a la cabeza, quemando sin ningún problema en el silencio que había en este lugar, se sentía bien.

—La tranquilidad que yo tengo ahora, es cabrona.

—Va a amanecer muy pronto, ya faltan menos minutos pa’ que el sol aparezca —solté sin pensar.

Nos miramos, Nain con una cara de «¿qué coño dijiste, pendejo?» no tuve más que reírme de la estupidez, era obvio.

—Diablo, estoy arrebatao’... Pero, no me quiero ir de aquí, no me gusta estar solo —le bajé a la risa, llegó el momento serio después del arrebato—. No me gusta dormir solo...

—A mi tampoco —rió volteando conmigo, se humedeció los labios y suspiró con fuerza sin apartar la vista—. Voy a entrar. Si mami despierta y se da cuenta que no llegué a dormir... Se va a formar un problema grande y no me quiero echar a Julito encima.

Asentí—. Dale, entra...

Se bajó, acomodó ese vestidito y me sonrió antes de irse, dándome la espalda por completo.

—Nos vemos.

—Ojalá sea pronto, Nain...

—¡No vayas a tener un accidente! Sé que estás en nota, pero no eres un pendejo... ¿O sí? —se giró mirándome, esperando una respuesta y negué sonriendo.

—A veces.

—Ten cuidado —me sonrió.

Ahora de una manera diferente, sentí una sensación extraña al verla sonreír de esa forma tan linda, un vibe distinto. Esa sonrisa me hizo aterrizar de la nube en la que andaba, se me bajó todo y simplemente me quedé parado mirándola hasta que entró a su casa.

—Puñeta, ¿qué pasó? —murmuré aún con la cabeza dándome vueltas.

TENTACIÓN ‹ OMAR COURTZ › Completa.✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora