Courtz se había cansado de todas esas relaciones que terminaban destruyéndolo por completo, no quería pasar por lo mismo y ahora su hobbie era, tener en su cama a cualquier mujer para únicamente, satisfacerlo.
En cambio, Nain tuvo un par de relacion...
En el estudio —con Culprit y Taly acompañándome—, esos dos no me quitaban los ojos de encima mientras caminábamos a la suburban que yo guiaba. En mi cabeza estaba esa “ley” entre panas —la ex jeva del tipo—, me la comía, me juquié de ella y ahora que sé todo, no quiero alejarme pero, me pesa saber que estuvo con Yeruza.
—Papi, yo no considero que eso sea una falta de respeto... En verda’ desde mi punto de vista —decía llevándose una mano al pecho, mirando a Culprit y después a mi—. Ya pasó mucho tiempo, eso no e’ reciente como pa’ que sea una ofensa, digo... ¿No?
Miré al viejo, este estaba igual que yo y parecía entenderme. Sus ojos estaban fijos en mi y tenía esa risita nerviosa que no lo abandonaba ni por un segundo, a lo que yo veía, Taly seguía mirándonos a los dos y simplemente estábamos así, en silencio tratando de resolver el problemón en el que me había metido.
—Cabrón, Dei V no me habla tampoco... El único es Chimi y es porque entiende que ni la nena, ni yo sabíamos —les expliqué.
—¡Ahí está, cabrón! Si ustedes no sabían, y esa jodienda se dió, ¿por qué no seguir? Si tú la quieres un montón papi, no te hagas el loco.
Asentí—. Brother, es que me jode saber que fue algo de Yeru... Siento que le estoy faltando al tipo, ¿me entiendes? Por él yo estoy aquí...
—Bueno, no —intervino Culprit mirándome—. Tú estás acá por ti, no por el pana... Y entiendo a lo que te refieres pero, el que se ha jodido eres tú, por si se te olvidó... Fuimos los dos, fueron los productores y ahora, la chamaquita que te ha llenado de musa.
—Omar, tienes que abrir los ojos.
—¿Qué más pasó? —me miró el viejo, demasiado serio.
Me encogí de hombros, me acomodé la gorra y estiré mis brazos —comencé a moverme, sentía que me acalambraba—, practicaba la respiración lenta para relajarme y cerraba los ojos, inclinando mi cabeza hacia a atrás.
—Brother, entra... Quédate un rato ahí pa’ que pienses... No te vayas así, estás bien alterado.
·
Llevaba solo aquí dentro par de horas, les pedí que así fuera y todos se salieron, tanto Taly como Culprit que estaban trabajando en el estudio, me dieron un break para poder relajarme y bajarle un poco a todo esto que había pasado —ellos no sabían nada y tampoco preguntaban—, yo no quería mencionarlo, si todos iban a reaccionar como Dei V, prefería guardármelo.
—Dije que quería estar sólo —grité al oír como alguien entraba y levanté la cabeza—. Vete.
Me levanté del sofá donde estaba acostado y me dirigí a la puerta, porque si no se iba ella, me iba yo, no hay break para nada, hoy no.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Omar, tengo que decirte algo muy importante —me cogió del brazo y lo jalé, para soltarme de su agarre—. ¡Por favor! Julito está buscándote, tienes que escucharme... ¡Él quiere hacerte daño y yo no quiero que eso pase!
—Me importa tres carajo’ lo que tu hermano quiere hacerme, vete de aquí... Yo no quiero tenerte cerca.
—Me iré si me escuchas primero.
Reí enfadado conmigo mismo, la miré —tenía los ojos rojos e hinchados—, pude detallarla. Estaba en pijama, con medias y sandals, el celular en la mano y el cabello medio mojado.
—¿Qué mentira vas a decirme? —estábamos face to face, ella miró hacia el sofá y apuntó.
—Siéntate, por favor...
—Dime ya, pa’ que te vayas de una vez —solté con desprecio.
—Omar, ¿en serio tú vas a ser así conmigo? ¿Después de todo?
—¿Y como quieres que sea? No hablaste claro, no fuiste sincera conmigo...
—Traté de decirte quién era ese ex y tú no me dejaste, no quisiste saber...
—Acho’ Nain, no quiero escucharte en verda’... Mejor vete, o me voy yo —le di la opción y dió un paso atrás, yo avancé hacia ella—. Las palabras se me salen de la boca sin procesarlas primero, estoy escupiéndote cosas que no quiero decirte por to’ lo que has pasado, real... No quiero ser así contigo, no quiero hacerte daño pero, coño...
—¡¿Dónde está ese cabrón?!
Tanto Nain como yo, volteamos hacia la puerta y tan pronto se abrió, dejándonos ver a un Casper que para mi, era irreconocible.
—¡Julio, no!
El tipo venía sobre mi, yo lo miré confundido pero preparado para tirarle un golpe si es que él lo intentaba también.
—¡No, Julio! ¡Él no sabe nada! —gritaba Nain echándolo para atrás de los hombros, en medio de los dos—. Eso que escuchaste, él no está enterado... ¡Yo todavía no le digo! ¡Omar no sabe, por favor! ¡Cálmate, ya! Julio, por favor...
Casper me miró con ojos de bala, yo no entendía que pasaba y Nain no dejaba de llorar, el tipo claramente se detuvo al oír lo que la nena le había dicho y golpeó la silla frente al monitor, dándose la vuelta y saliendo de aquí sin decir más nada.
Nain seguía mirando por donde el tipo salió, la escuchaba llorar bien bajito y dentro de mi, se removió algo pero, me quedé en el mismo lugar y esperé a que ella dijera algo.
—Mi decisión es quedarme con esto, lo quiero... Te lo juro que lo quiero —suspiró fuerte y volteó conmigo, tenía lágrimas en sus ojos y marcas de par de ellas que habían bajado por sus mejillas—. Le pedí a Dios una segunda oportunidad, en todo... Y me la dió, la conseguí... Mi pai’ me lo hizo entender en RD y es que, dentro de mi corazón yo deseaba tener algo así de bonito como lo que pasaba con nosotros, a pesar de todo Omar... Yo quiero quedarme con este bebé.
Algo caliente me recorrió de pies a cabeza, ella tenía esa carita completa de miedo, yo no lograba entenderlo del todo y es que, ¿un bebé?
—¿Cómo que un bebé?
Asintió lento—. Estoy embarazada, Omar.
Me cubrí la cara con las dos manos hasta casi tirar la gorra que llevaba, me eché para atrás en el sofá hasta acostarme.
Cabrón, ¿qué hice?
—Perdón, Omar... Yo no sabía na’ de ti, nadie hablaba de eso... Tal vez sí fue culpa mía y pasó to’ este revolú, perdón —decía en voz baja.
La miré y me levanté, fui con ella y la abracé.
—Mami, somo’ tú y yo ahora...
Sollozó colgándose de mi, abrazándome fuerte y yo la apreté contra mi cuerpo mientras le hablaba bajito, acariciando ese cabello lacio.
—¿Qué vamo’ a hacer, baby mamma?
La oí reír, se apartó un poco y limpié esos ojitos rojos, ella se acomodaba el cabello por detrás de sus hombros.