27 de Noviembre del 2012
Abro los ojos de golpe, gruño ante la idea de la hora. Mis piernas desnudas están enredadas con las de Alex, quien me abraza por la cintura. Sin despertarlo, me levanto de la cama. Busco entre su ropa, mi ropa. La que me deje hace una semana y el lavo. Mientras lo hago, miro la hora en mi celular, tengo cuarenta minutos para estar en clase o llego tarde. Gruño. Encuentro mi ropa y corro al baño. Asombrosamente demoro diez minutos en la ducha, sin despedirme de Alex, con el pelo muy mojado salgo. Si no me enfermo es porque soy sana de salud. Bajo las escaleras de dos en dos y mientras camino hacia el auto, recuerdo que mis llaves no estaban en la mochila, sino que estaban en la mesada ya que anoche Alex salió por comida.
Corro escaleras arriba, sabiendo que voy tarde y cuando giro el pestillo siento como del otro lado alguien abre la puerta, pierdo el equilibrio y soy sujetada por Alex.
- Buenos días - Saluda ayudándome a recuperar el equilibrio - Te dejabas las lleves del auto y te ibas sin despedir.
- No hubiera vuelto si no me hubiera dejado las llaves de auto, gracias - Digo besando sus labios, más bien apenas un rose - ¡Te quiero!
Bajo las escaleras de las misma manera que las baje anterior mente y las subir. Mis piernas no dan más, ni mis costillas. De camino al instituto le llega un mensaje de mi jefe que me necesita en la oficina, genial tenia escrito de francés y no voy a poder hacerlo. Espero que la CIA me haga santificado medico justificando porque no fui a clase. Como no dice nada que vaya con el equipo, no les aviso nada pero dejo el mensaje escrito por las dudas.
Tengo un mensaje de Carly diciendo que ya llego a Nueva York, se fue ayer luego de que todos nos despertamos con un estado deprimente, con dolor de cabeza sin poder vivir. Agradezco que me quede en casa de Alex y que aun no eh vuelto a casa, porque mi madre (Según Carly) le dijo de todo.
Paso mi tarjeta por el sensor, no estoy vestida como para ver al jefe pero no es mi culpa. Camino a su oficina y su asistente me deja pasar sin decir. Seguro que el le dijo que pase sin que lo llame.
- Señorita Jones.
- Llámeme Lauren, me conoce desde chiquita - Digo tendiéndole la mano, el es el jefe de los jefe. Está en uno de los rangos más altos de la CIA.
Es algo, la cara cuadrada como su espalda, es un hombre de da miedo. Tiene cana, tendrá cincuenta y tantos. Mi padre trabajo con el, incluso conoce a mi madre y hermanos.
- Tengo una duda, Lauren. ¿Mantiene usted una relación con su compañero de trabajo fuera de las oficinas?
- Si.
- ¿Puede perjudicar sus casos? Me refiero en general, sus compañeros de trabajo y eso. ¿Cómo se lo toman?
- Señor, nuestra relación nos ha ayudado con la misión de los rusos. Se que el reglamento dice que dentro de un equipo o con un instructor no se puede mantener una relación. En estos momentos, Alex no es mi instructor y tampoco compañero de equipo, solo estamos en un caso juntos. Una de las normativas de la CIA es que en un equipo primero hay que cuidar la espalda del otro y seguro que con Alex y los otros chicos hacemos esos diariamente. Si quiere despedirme lo entenderé, intento que mi relación no se entrometa en el trabajo, más que en lo necesario.
- En realidad no te llamaba por eso, se me ocurrió la pregunta y quería saber la respuesta - Ríe - Esa regla es la mentira más grande que hay, mi mujer era mi asistente cuando yo pase a las oficinas. Pero agradezco tu sinceridad.
- ¿entonces porque estoy aquí?
- Dijiste que estas en la misión de la Mafia rusa, ¿Verdad?
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Mi Prohibido Instructor (Libro #1 Saga Agentes)
Romance¿Tener una vida normal? Va contra las reglas de Lauren. Para sus dieciocho años es alguien un poco especial, su trabajo consiste en estudiar y trabajar para la CIA. Pero en algo se equivoco que ya no sé sabe es un error o no,no sabe qué es. Pero si...