— ¡YoonGi, así solo te destruyes! ¡Detente, por favor!
JiMin se soltó en llanto con un profundo dolor al mirar cómo YoonGi se rompía los puños por estrellarlos contra la pared una y otra vez.
— ¡Yoon, para! ¡Así no debes hacer las cosas!
Maldición.
¿Cómo calmar a alguien que parecía estar fuera de sí?
YoonGi había estado tan mal luego de ver ese vídeo en donde mostraba la niñez de sus tíos que simplemente se había convertido en el ser más miserable.
Destruyó todo a su paso, rompió retratos, desencajó muebles, desbarató objetos solo porque necesitaba descargar lo mal que se sentía.
Todo lo estaba destruyendo, sentía que estaba en una habitación y que las paredes se hacían cada vez más pequeñas hasta dejarlo asfixiado.
Estaba tan fuera de sí que ni siquiera notaba que lastimaba a JiMin con su forma de actuar porque aunque no le estaba haciendo nada físico, le estaba destrozando el corazón simplemente por verlo en ese estado.
— ¡YoonGi, por favor! — Pidió — ¡No hagas esto!
Necesitaba detenerlo, pero YoonGi se veía tan mal que miedo le provocaba.
Carajo.
Había llamado a Zael y se supone que ya debía estar ahí, pero aún no llegaba.
Hasta ahora logró entender que YoonGi se ponía ansioso cada vez que Zael se iba, tal vez por el miedo a que se fue por años o tal vez porque alguien le hiciera daño y se lo arrebataran como ya había pasado.
— Yoon... para ya — Murmuró — Te estás lastimando.
¿A quién mierda le importaba si se lastimaba?
¿Qué más daba ya?
Estaba metido en sus pensamientos negativos, en el juego que su mente tenía en contra de él, por lo que no sentía el más mínimo dolor ante cada herida que se hacía.
Sus nudillos sangraban en abundancia, pero aún así seguía desquitándose con la pared.
Mierda.
No iba a parar, lo haría una y otra vez porque no sentía, no le dolía.
Necesitaba desaparecer de ese mundo para dejar de sentir tanta culpa.
¿Y si estrellaba la cabeza contra la pared?
No sentía absolutamente nada, se le era imposible sentir dolor en sus nudillos a pesar de que ellos sangraran, así que no debía doler estrellarse la cabeza para irse ya, de una maldita vez.
— ¡Yoon, para!
No.
Estrelló miles de veces más los puños contra la pared manchada de sangre y sin detenerse a pensar nada, se sostuvo de ella y echó la cabeza hacia atrás para luego llevarla hacia adelante y así lograr impactar contra la pared, pero ese choque nunca llegó.
Esa tragedia no se hizo porque una mano detuvo su frente para que no chocara con la pared.
Era la mano de Zael.
— Siempre serás mi niño rebelde.
En definitiva, volteó a ver entre lágrimas a Zael, quien solo le sonrió de la forma más linda y tierna, como siempre hacía con él.
— Ven aquí, Yoonie.
JiMin pudo respirar en paz al ver que no había pasado lo que YoonGi había planeado y segundos después sintió unos brazos alrededor de él.
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♡*:.。. cσqυєτσs sєทτiмiєทτσs .。.:*♡ YoonMin (ℓiвrσ τrєs)
FanfictionTercerɑ temporɑdɑ de ∂υℓcє cσqυєτσ. Luego de que ese dulce coqueto sɑlvɑrɑ ɑ JiMin de cɑer de un bɑrrɑnco, luego de que lo sɑlvɑrɑ de lɑ bombɑ y luego de que recibierɑ el dispɑro por él, luego de todo eso su coqueto corɑzón estuvo ɑ punto de morir. ...