— YajaTzael...
— ¿Cuáles fueron las reglas, gatito?
Maldición.
El cuerpo de Zael llegó a sufrir de temblores, apretó el filo del escritorio con una fuerza increíble mientras trataba por todos los medios de no soltar un mísero gemido debido a que YajaTzael se lo estaba jodiendo en el consultorio, así que era evidente que no debían hacer ruido, pero para él estaba siendo todo tan difícil e imposible.
Era la primera vez que tenían sexo en el consultorio, pero él había llegado con unos jeans tan ajustados y se veía tan sexy que YajaTzael cayó en la tentación hasta mandar todo a la mierda y empotrarlo contra el escritorio.
— Mgh~ YajaTzaelly...
El mayor echó la cabeza hacia atrás con la boca semiabierta para cojer aire y luego soltarlo en jadeos mientras disfrutaba de hundirse en Zael hasta quedar más que satisfecho por la estrechez ardiente que sentía alrededor de él.
— YajaTzael.
Entre sollozos ante la frustración que sentía por no poder soltar los gemidos que necesitaba, Zael intentó enderezarse un poco, pues su pelvis se lastimaba en el filo del escritorio, pero YajaTzael se lo negó rotundamente y lo empujó nuevamente al cristal par que pegara todo el pecho, por lo que él llegó a quejarse desde la garganta porque, a pesar de que YajaTzael se lo estaba haciendo lento, podía sentir la brusquedad por igual.
Dios.
YajaTzael era bastante exigente y estricto cuando se trataba de sexo y en muchas ocasiones lo había lastimado de más, pero no decía nada porque sabía que a veces ejercía fuerza innecesaria de manera involuntaria pero, como en otra veces, ahora de verdad que lo estaba lastimando.
Lo peor de todo es que recuerdos de lo que le hacía Choi empezaron a aparecer mientras sentía el dolor en su pelvis y eso lo estaba poniendo ansioso.
Maldición.
Trataba de enderezarse, pero YajaTzael no lo dejaba, así que no le quedó más de otra que agarrar la tabla de apuntes y estrellársela en toda la cara para que detuviera todo movimiento.
— ¡¿Qué te pasa?!
Sacando lágrimas de dolor, YajaTzael se detuvo para sujetarse la nariz porque esa zona fue la que recibió todo el golpe de la tabla.
— Es que usted no se detenía — Sollozó — Me lastimé la pelvis por su forma tan cavernícola de portarse.
Con la nariz roja, los ojos llorosos y murmurando quejas, empujó a YajaTzael lejos de él para poder acomodarse la ropa.
— Usted es un mentiroso, no está cuidando de mí — Susurró — Más bien me lastima...
Su mentón tembló un poco cuando se sentó en el sillón con la mirada hacia sus manos mientras en su mente se reproducían las cosas que ha querido olvidar.
— No sabía que te lastimaba, discúlpame.
Un tímido y arrepentido YajaTzael se sentó a su lado para tomar su mano y dejar un besito en el dorso de ella como disculpas por su tonto actuar.
— Gatito, ¿qué pasa?
— Pasa que las terapias no me sirven de nada, no me hacen olvidar lo que no quiero recordar — Murmuró — Esto es frustrante porque quiero estar con usted, pero siempre Choi se viene a mi mente.
— Pero es que las terapias no te ayudarán a olvidar, sino a superar — YajaTzael aclaró — Sé que estás dando todo de ti y...
— No lo suficiente, YajaTzaelly — Se quejó — Y a parte, usted se portó mal conmigo.
Cuando él se lanzó a llorar como si tuviera algún desajuste de hormonas, YajaTzael hizo una mueca antes de tener la intención de abrazarlo, pero él solo le dio un manotazo en la mejilla.
— Ya me di cuenta de que usted no me merece, ¿sabe? Soy demasiado para usted.
Más desorientado que confundido, el mayor miró en silencio cómo él se ponía de pie para buscar irse de ahí.
— ¿Estás bien, gatito? ¿Quieres mimos?
Zael estuvo a punto de salir del consultorio, pero al escuchar lo que dijo, se soltó nuevamente a llorar mientras se volvía a sentar a su lado para acurrucarse en su pecho.
— Pero me acaricia el cabello, ¿bien?
— Claro que sí, gatito.
— En exactamente cuatro días se cumple la condena de tu hermana.
Choi observó el bosque a través de la ventana mientras SooBaing se sentaba en el sillón.
— ¿Cómo es posible que la hayan descubierto? — Cuestionó — ¿Quién pudo haberlo hecho?
— Tal vez JimDae o el mismo GiYoon — SooBaing comentó — JimDae no es tan imbécil como aparenta serlo.
— Hablas como si le tuvieras miedo. Te creí más valiente, Park.
Él se encogió de hombros sin querer responder a las burlas de Choi, ya que no tenía planeado discutir absolutamente nada y menos si se trataba de uno de sus hermanos.
Ese maldito de JimDae había logrado demostrarle que tenía un coraje y agallas que jamás creyó que tendría, pues siempre se mostraba débil por su carácter blando y sumiso, pero terminó mostrando el tamaño de sus garras hasta dejarle en claro que era mucho más fuerte de lo que nunca había demostrado.
Todavía recuerda cuando le tembló la mano al intentar jalar del gatillo, pero la mirada de JimDae había sido tan oscura e intensa, tan retadora y desafiante que él no pudo ser capaz de hacerlo, y eso ahora le carcomía la cabeza.
Había sentido miedo de su hermano menor.
Tal vez podía ser porque JimDae nunca se mostró sumiso con él, incluso desde pequeño. Siempre lo retaba y cuidaba de YajaTzael sin importar sufrir las consecuencias.
— Necesito sacar a ZuHi antes de que me la maten — Choi informó — También necesito matar a toda esa despreciable familia.
— Tú no vas a tocar a YajaTzael — Gruñó — Puedes matar hasta a JimDae si quieres, pero no a YajaTzael.
— Él es a quien tengo en primera fila, por si no lo sabías — Rió Choi — Va a pagar muy caro haberse atrevido a tocar a Zael.
— Nadie manda a esa zorra a meterse entre las piernas de todos, acéptalo ya — Espetó — Tu Zaelly no es más que una perra barata que se le metió a YajaTzael por los ojos.
— Es una zorra y una perra, pero es mi zorra y mi perra — Choi aclaró — No tiene derecho de dejar que alguien más lo toque.
— ¿Qué harás, entonces?
— Sacar a ZuHi antes de esos cuatro días y luego matar a todos — Sonrió — Y voy a empezar por la mayor debilidad de Zael.
— Min YoonGi...
Exacto.
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♡*:.。. cσqυєτσs sєทτiмiєทτσs .。.:*♡ YoonMin (ℓiвrσ τrєs)
FanficTercerɑ temporɑdɑ de ∂υℓcє cσqυєτσ. Luego de que ese dulce coqueto sɑlvɑrɑ ɑ JiMin de cɑer de un bɑrrɑnco, luego de que lo sɑlvɑrɑ de lɑ bombɑ y luego de que recibierɑ el dispɑro por él, luego de todo eso su coqueto corɑzón estuvo ɑ punto de morir. ...