Quedan dos días para el fin del mundo y ya no aguan to la espera, es como ese lapso de estreno de tu película favorita, pero en este caso no sé si ocurra. El mar luce exactamente igual, no hay olas grandes, ni marea de fondo, nada que anuncie un cataclismo, el viento está cálido para ser invierno.
Los Mayas: ¿Hablaban de mí, acaso? Porque afuera todo es paz, pero por dentro sí veo los huracanes, los terremotos y granizo con fuego, las langostas y todo ese presupuesto para acabar con el mundo veinticuatro veces seguidas.
ESTÁS LEYENDO
Cartas que nunca llegaron
Romancelibro de gilraen eärfalas el libro no es mío todos los derechos reservados a la autora