¿A quién se le ocurrió poner dos fiestas tan seguidas? Recién pasó Navidad y ahora viene Año Nuevo. Ridiculeces.
¿Año nuevo? ¿Por qué tenemos que comer cada vez que celebramos? ¿Y por qué tenemos que estar contando los años? Solo duelen, me recuerdan cuántos pasamos juntos y cuántos faltan que pase sin ti.
La comida me ha tenido tensa. ¿Cómo es que algo vital puede atormentarme tanto?
En la cena me obligaron a ingerir un poco y terminé a medianoche en el baño llevándome los dedos a la úvula. Me duele el cuerpo de la fuerza, pero es que quiero que este monstruo me deje en paz y parece esfumarse cuando paso todo el día sin abrir la boca para masticar o cuando consigo quedarme con el estómago vacío y la garganta herida.
Estoy tentada a volver a abrir la PC y ver qué has dicho últimamente, pero me tiemblan los dedos al estar cerca de las teclas, siento que hasta las viejas heridas me sangran y que todavía indago en algo prohibido.
Me encuentro fuera de mí, como si algo usara mi cuer- po, pero por dentro también siento que algo va desapareciendo.
¿Qué clase de arma nuclear usaste conmigo?
Que, como Chernóbil, después de ti, ya no puedo habitarme.
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Cartas que nunca llegaron
Romantiklibro de gilraen eärfalas el libro no es mío todos los derechos reservados a la autora