Día 95:lunes,11 de febrero del 2013

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No fue la mejor película, fue nefasta, de hecho. Frases tontas que me causaron náuseas por tanta mentira bara ta, tú decías las mismas cosas que el guion del protago nista y mira, pura farsa. Hablando de farsas...

Yo. Eros me tomó la mano camino a casa, dijo que así podía jalarme hacia él en caso de que pasara un tren o algo.

No me disgustó, de hecho, sus manos eran cálidas y no quiero decir que me recordaron a las tuyas, tienen sus diferencias. Reí como nunca, corrimos por los lotes baldíos que toman el atajo a mi casa, caminamos por los andenes esperando ver pasar los trenes, miramos la luna y, entonces, él señaló el cielo, me mostró esa constelación que se aprecia apenas se oculta el sol, ama el espacio. Me contó historias de veteranos astronautas, conspiraciones extrañas de hombres que aseguran que hay ejércitos en la otra cara de la luna. Yo como niña sin despegarle la vista, escuché, sí, así como cuando me platicabas historias de tus viajes por el mundo, pero esto era más entretenido porque no estaba ensimismado, sino como un maestro enseñándome cultura espacial y estrafalaria. Dos días de conocerle y sentí que llevaba más tiempo, quería quedar- me en ese instante, escucharle toda la vida y sorprender- me cada vez que cambiaba de tema.

Necesito darme una oportunidad , no puedo privarme de vivir ni de volver a querer

Cartas que nunca llegaron Donde viven las historias. Descúbrelo ahora