He tenido cita con el cardiólogo, mi taquicardia está en ciento treinta por minuto. El medicamento había tado funcionando, pero dice que mi pérdida de peso de repente me ha afectado. ¿Cómo puede afectarme? Lo estoy haciendo por mi bien, para que mi reflejo deje de verme con odio en cuanto sale el sol. ¿Es que el doctor no lo entiende?
Me puse una bata blanca, me miré en ese espejo de la clínica, ¿cuáles huesos?, no veo nada. Él miente.
El electrocardiograma no está bien, sé que mi corazón no está bien, nunca más podrá estarlo, nació dañado y lo terminaron de estropear.
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Cartas que nunca llegaron
Romancelibro de gilraen eärfalas el libro no es mío todos los derechos reservados a la autora