¿Cómo pasaste la noche buena? Seguro fuiste a casa de tu abuela y comieron pavo y bebieron vino rosado como de costumbre. Cuando era buena para ti me llevabas a esas cenas, armábamos rompecabezas, jugábamos cartas y dominó el resto de la noche, prendíamos bengalas y mirábamos las enormes pirotecnias. Cuando éramos felices. Cuatro navidades juntos y yo ya sentía que todas serían así, me ilusioné pronto e idealicé toda mi vida, pequeña ingenua, siempre dijiste que lo era para las bro- mas, fui ingenua en el amor también.
¿Has despertado hoy con ella? ¿Ahora ella fue la nueva invitada de la cena? ¿Qué te han dicho de que ya no fui yo?
Tu prima más chica, ¿no la llamó por mi nombre? ¿Tu abuela ya sabe su color favorito para hacerle una bufanda? Y tú, ¿ya sabes cuántos cubos de azúcar le pone al café de madrugada? ¿A ella no le impides comer como en este momento me lo haces a mí?
Vamos, arruínale la vida, dile que lo es todo y después que te equivocaste, que siempre no, que no es suficiente, que te has dado cuenta de que no es lo que quieres y, para terminar, échale en cara defectos, muéstraselos tú mismo en ese espejo enorme junto a tu puerta.
No, nadie merece esto, a nadie deberían prometerle un viaje a la luna y lanzarle de la nave a mitad del camino,
sin oxígeno.
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Cartas que nunca llegaron
Romancelibro de gilraen eärfalas el libro no es mío todos los derechos reservados a la autora