Atenea me ha dicho que debería darle una oportunidad a quien me ama, puesto que le di mil oportunidades a quien ya no lo hacía. Todo se aprende, todo se practica, yo era bastante mala en la bicicleta, caía una y otra vez, después de mil rodillas raspadas y golpes en los codos, aprendí. Sé que aprenderé a quererlo, quizá no sea sencillo, pero tampoco debe ser imposible, tiene muchas cualidades, ama el arte, construye casas y puentes, tiene una sonrisa preciosa. No es la tuya. Pero tiene unos ojos oscuros y felinos. Los cuales no son tuyos. Pero tiene unas manos grandes y dedos delgados, que... No son tuyos tampoco.
Pero aprenderé.
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Cartas que nunca llegaron
Romancelibro de gilraen eärfalas el libro no es mío todos los derechos reservados a la autora