Día 65:sábado,12 de enero del 2013

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El luto a un muerto se le guarda un tiempo; en los pueblos más remotos, se duerme en el piso y sin almohada para vivir el duelo más intenso y liberarlo lo más pronto. Pero el luto a los vivos, ¿cuánto dura? Todos me presionan para que suceda de inmediato, como si esto no fuera también digno de que me vista de negro y le llore a todo lo que hemos enterrado. El hecho de que tú estés tan campante rehaciendo tu vida me deja a mí como el pequeño monstruo de la cueva que está perdiendo la razón. Cumpliendo el cuadro clínico del síndrome Gollum: obsesionada por tenerte, por tocarte, por revivirte y sin una razón convincente. No tengo por qués válidos, solo me haces falta.

A todos nos caería de sorpresa ver al vecino caminan- do con un semblante de gozo un día después de la muerte de su padre. ¿Por qué me exigen entonces restaurarme por completo?

Necesito desaparecerte, lanzarte al espacio en sentido figurado, para que mi luto cese y pueda volver a la ropa de color y dejar de dormir en el suelo.

Cartas que nunca llegaron Donde viven las historias. Descúbrelo ahora