Día 99:viernes,15 de febrero del 2013

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"No puedo evitar tomar café y pensar en él, este aroma era tan peculiar de nosotros, de aquel entonces. Pero más que es, me recordaba ese día en que desapareció de mi vida...

después de aquella taza de café". ¿Que va a tomar la señorita?

_Un café, por favor.

_Aquí tiene. ¿Sería todo? -Por el momento sí, gracias.

Estaba en un bar lleno de gente y yo solo sentía la soledad más profunda. Recapitulaba nuestra historia en busca de todos mis errores para echármelos en cara, porque, de merecer un castigo, vivir en mi cuerpo es suficiente. Pero busco en los guiones y en la mayoría estás haciendo origami conmigo a ver qué tan pequeña puedo llegar a ser.

Qué amor tan destructivo, para mí. Porque para ti fue un amor recreativo, tú levantabas tu autoestima y te sentías el rey de la galaxia.

No recuerdo haber sufrido tanto por nadie. Al final va a ser verdad eso de que el dolor que sufres es directamente proporcional al amor que tienes, y como es lógico yo estaba enamorada hasta las trancas. Era mi primer

amor y desamor . Quería convertir mi taza de café en un tarro de cerveza oscura.

El mesero volvió a acercarse.

-¿Se le ofrece algo más?

-¿Para usted es más fácil olvidar algo que tuvo o

que no tuvo?

-Ammm... algo que no tuve.

-¿Por qué?

-Pues porque no supe que se siente tener 'eso', así que no tengo nada que extrañar.

-Buena respuesta.

«Yo te tuve y a la vez no, ¿qué hago, entonces?». Esto es algo que no pudo pensar aquel mesero, está tan sonriente atendiendo a los demás... Quizás esté enamorado. Bueno, dejaré de observarlo porque creo que ya se dio cuenta y no quiero que piense que estoy de pequeña bohemia deseando licor, y que en su lugar calmo mi ansiedad con café americano.

Cartas que nunca llegaron Donde viven las historias. Descúbrelo ahora