Capitulo 10.

533 50 10
                                    

-Buenas tardes.-Mi padre me abrazo.

-Enzo, hijo mío como te extrañaba.-Me soltó y vio a Matías.

-El es Mati, esposo mío.-Dijo mi madre.-Novio de tu hijo.

-Vaya que sorpresa, Mati.-Mi padre le extendió la mano y Matías la tomo con algo de recelo.

-Hola, cuñado, soy Edu.-Eduardo le dió un beso en la mejilla y Matías queso bastante descolocado y yo tome su mano.

-Eduardo, no beses omegas ajenos.-Le reclamé.

Edu me dió un abrazo y Matías sujetaba mi mano algo ansioso.

-Ma, a Mati y a mí nos gustaría descansar del viaje, podemos cenar más tarde.-Mi madre asintió.

-Van a compartir cuarto.-Señalo mi padre y Matías se tensó.

-Si, algún problema pa.-Mi padre negó y yo tire de Mati.-¿Qué te ocurre?.-Dije al llegar a la que era mi Habitación.

-No estoy acostumbrado a estar rodeado de tantos alfas, es decir son dos y tú, es algo incómodo, en especial por qué no usan supresores como tú .- Ahí entendí la molestia de Mati.

-Cierto, es qué ellos están en su confort.-Bese su mejilla.-Yo te voy a cuidar, además ellos son buenos ya verás que pronto los verás como tú familia.

-Igual es incómodo.-Lo abracé y mi olor salió solo y lo envolvió, estaba feliz qué ahora solo fuera así, un olor para dar cobijo y seguridad a mi Omega.

-Voy a hablar con ellos.-Bese su cuello lentamente y su cuerpo ladeó un poco y lo cargué lentamente, luego lo acosté en la cama y lo abracé.-Por qué no descansas un poco, Omega.-Le susurré a las espaldas y luego se me ocurrió algo.-Quedate quieto un rato.-Bese su olor lentamente y roce con mis dientes su cuello.

-Mhhg... Enzo, que haces.-Su cuerpo se tensó y mi olor intento que se calmara.

-No voy a lastimarte, quieto.-Mati empezó a respirar despacio y con mis dientes rozando su cuello sujete su piel sin lastimarlo, procurando hacer un corte demasiado superficial, el tipo de marcas qué hacían los padres a sus hijos adolescentes antes de que se presenten como alfas u omegas, solo por protección, por grabar mi olor en el mientras nos encontrábamos aquí, libere mi olor lentamente hasta llenarlo de el.

-Ahh..-Susurro bajito y lo solté, lentamente.

-Estás bien.-Lo acaricié.

-Si.-Susurro bajito.

-Eso ayudará a qué te sientas más seguro en esta casa.-Bese sus labios.-Voy a cuidarte.

-Lo se.-Me beso y escuché un ronroneo salir de su pecho.-Me siento bien contigo alfa.-Me beso la mejilla.

-Yo me siento bien contigo Omega.-Lo deje dormir en la cama y lo cobije.

Baje las gradas a la estancia donde mi familia estaba tomando un té.-Hola.

-Enzo, ya despertaste.-Negue.

-Estabas consolando al alterado omega, el cambio de ambiente lo altera como a todos en especial por qué se encontró con dos alfas sin supresores, luego de estar lleno de alfas con supresores en el trabajo.-Mi padre y mi hermano se miraron.

-Cierto.-Dijo mi hermano.-Se me había olvidado qué es un Omega , pero no nos avisaste que traerias a un Omega a casa.

-Lo se, y no está en mis planes molestar en casa, solo que Mari sin duda es susceptible a su olor como cualquier Omega.

-No se diga más , los dos se podrán supresores.-Señalo mi madre, a mi padre y hermano.-No vamos a molestar al pequeño Omega con su olor, entendieron.

Mi padre y mi hermano asintieron por qué normalmente nosotros hacíamos lo que mi madre decía.

Una hora después de charlar con mi familia nos avisaron que la cena estaba lista.-Ve a despertar a Mati.-Dijo mi madre.-Ve.

-Voy.-Subi las gradas y entre a la habitación.-Despierta dormilón.-Dije besando sus labios.

-Voy.-Abrio los ojos lentamente y me miró.

-Ven a cenar.-Asintio y se sentó.

Puso su mano en su cuello y sonrió.-Jamas me habían marcado así.-Susurro.

-Nisiquiera tu padre en algún momento.- Matías negó.

-No, el no nos quería, lo olvidas, soy el hijo Omega no deseado de un alfa qué no quiere a sus hijos.-Susurro.

-Bueno ya no pienses en eso, vamos.-Tome su mano y fuimos a comer.

-Buenas noches.-Dijimos ambos.

Mati se sintió más cómodo en la cena, mi padre y mi hermano usaron los supresores y Mati olía un poco más a mi y sabía qué eso lo calmaba en el fondo.

Mi madre paso halagando lo bonito que era y sin duda fue una linda velada antes de ir al cuarto a cambiarnos y alistarnos para dormir.

REFLECTORES EN EL HIELO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora