Capitulo 12

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Pov.. Mati.

-Mati despierta.-Enzo me dió un beso.

-Buenas días.-dije luego de eso.

-Buenos días vamos a ducharnos para desayunar.-Enzo no tardó en estar listo.

-Sabes me voy a morir del hambre con esa dieta.-Señalo Enzo sentado en la cama mientras yo me vestía.

-Te lo dije.-Me reí.

Los padres de Enzo estaban en la mesa desayunando, cuando nosotros llegamos al comedor.-Buenos días.-Dije.

-Mati.-La mamá de Enzo me dió un beso en la mejilla.-¿Te sentís mejor qué ayer?.

-Si, lamento si causo algún inconveniente.-Me sentía avergonzado sin duda.

-No,cariño, estos alfas tontos deben adaptarse a nosotros, no nosotros a ellos.-Me reí y me senté a la mesa.

Era algo simple para mí y Enzo que teníamos que cumplir con la dieta, ayude a la madre de Enzo a levantar los platos y cuando llegue al lavadero me dispuse a lavar.

-No hace falta que hagas eso.-El padre de Enzo me hizo pegar un brinquito del susto.

-Señor Vogrincic.-Respire.-Quiero agradecer de alguna forma su hospitalidad.

-No tienes que agradecer, como dijo mi esposa, prácticamente perteneces a la familia, si Enzo te trajo aquí es por qué va enserio,así qué la mejor recompensa que puedes darnos r nuestra hospitalidad es hacerlo feliz.

-Lo haré no se preocupe.-Sonrei.

- No tengo dudas, Matías Recalt,¿Verdad?.-Asenti.-Eres hijo de António Recalt.-Deje de lavar los platos que había empezado a mover en el agua y lo miré.

-Si.- Como es que el padre de Enzo parecía conocer el nombre de mi padre.-¿Lo conoce?.

-Un poco, si.-Se sentó en el recibidor.- Era corredor de fórmula uno, creo qué a todos los aficionados alguna vez nos resonó su nombre.

-¿Y como supo que soy su hijo?.-Eso era lo más curioso, muy pocas personas sabían quién era mi padre, no es que lo iba diciendo.

-A eso, te pareces mucho a tu madre, Matías.

-No se ofenda señor Vogrincic, pero detesto el misterio, si fuera tan amable y me contará de dónde me conoce se lo agradecería.-Intentaba lavar los platos mientras hablaba con el.

-Era amigo de tu padre, hace muchos años, soy dueño de una empresa con oficinas al rededor del Mundo, conozco a tu madre Emilia por qué tú padre me la presentó cuando éramos muchos más jóvenes y viajaba demasiado sin sentar cabeza nunca en casa, como el.-Yo lo miré.-y conozco también a la esposa y a los otros hijos de tu padre, qué viven aquí en Montevideo.

-Que conveniente.-Mofe.-Conoce a la esposa y a la que uso de amante  el desgraciado de mi padre.

- Si, tu padre no es de las mejores personas Matías, entiendo qué te enoje eso.

-Jamas se lo dijo.

-¿Qué cosa?.-Hablo el.

-A mi madre, jamás le dijo que mi padre era un hombre casado.

-Cuando yo conocí a Emilia ella ya te tenía a ti, eras apenas un bebé y mira que pequeño es el mundo, el hijo de Emilia es ahora la pareja de mi hijo.-Sonrei.-No podía meterme en los asuntos de tu padre, ser amigos no hacía qué pudiera opinar sobre el y sus decisiones, además tú padre es un lobo picaflor, tiene más hijos regados en diferentes países que yo empresas.

-Puedo pedirle un favor.-El padre de Enzo asintió.

-No le cuente a Enzo qué conoce a mi padre, Enzo no necesita saber eso, y yo de mi padre tengo solo el apellido, no necesito que me relacionen con el, he llegado a dónde estoy solo, no necesito que la fama de mi padre opaque la mía propia.

-No diré nada, pero sabes que estar aquí en Montevideo hace que la probabilidad de que te lo encuentres a él o alguno de sus otros hijos mayor verdad.-Asentí acabando de lavar los platos.

-Con suerte espero que no me reconozca,era un niño la última vez que me vió.-El padre de Enzo sonrió.

-Eso sería interesante de ver, cómo planeas que eso pase si yo me di cuenta de quién eras solo con verte ayer.

-Confio en el poco conocimiento y neuronas extintas de mi padre, señor Vogrincic.-El se puso a reír.

-Omega, con qué aquí estabas.-La voz de Enzo hizo que su padre dejara de reírse.

- Aquí estoy, me buscabas.- A Enzo le pasó ese destello rojo por los ojos y miro a su padre.

- Papá, Omega, que hacían.-Señale los platos.

- Ayudaba a lavar la vajilla y tú padre y yo conversábamos un poco.-Tome la mano de Enzo, ese rastro de rojo qué decía que había una discusión entre los celos del alfa y obviamente el raciocinio de Enzo.-Calma alfa.-Le susurré dándome la vuelta.-No vas a ponerte celoso de tu propio padre.-Le di un beso en la mejilla y el rojo desapareció y Enzo sonrió.

-Vamos a salir, mamá inciste qué tienes que conocer Montevideo antes de irnos, así qué vamos.-El padre de Enzo apareció en el patio luego de un rato.

-Y a dónde vamos.-Abrazo a la mamá de Enzo.

Enzo parecía mirarlo raro, y estaba esperando a estar a solas con el para preguntarle qué le pasaba aún que ya me hacía a la idea.-Vamos al centro comercial.-Dijo la mamá de Enzo.

-Vos encontramos allí entonces, me muro por ir en mi auto.-Enzo tiro de mi mano y nos subimos a un automóvil negro.

-Enzo.-Le dije cuando empezó a manejar atrás del carro de sus padres.

-Dime cariño.-Sujeto mi mano.

- Tú y tú alfa están concientes qué de que me están celando sin razón.-Le dije y Enzo me vió y yo levanté las cejas.

-Perdoname, Mati, pero estoy un poco alterado con esta rara comunicación conmigo mismo y resulta que a mí alfa le gusta hacer escenarios mentales que yo sé que no son probables , pero igual es molestó.-Me reí.

-Alfa tonto.-Enzo se relajo un poco y me miró.

-No es mi culpa.-Y Enzo tenía razón, no era su culpa era puro instinto
Y nada más.

-Alfa.-Le dije permitiendo que mi Omega lo llamara.

-¿Qué?.

-Hola.-Le dije tomando el control.-Encerio haces que tenga celos de su propio padre, si solo hablábamos, toma en cuenta que prácticamente es mi suegro.

-No deberías hablar con otros alfas.-Me rei.

-Que retrogada sentimiento, te tengo una mala noticia en mi trabajo estoy rodeado de alfas, no puedes solo poner celoso a Enzo, entiendes, comunicación, el es el controlado tu no, déjale lo sentimental a el.-El alfa tomo mi mano.

-Bueno.-Pude ver a Enzo tomar el control de apoco, está vez parece que al menos en eso iba mejorando.

-Ves a qué me refería cuando compare tu comportamiento y el de tu alfa con la película de fragmentado.-Me reí y Enzo aflojó un poco su agarre.

-Esto debe molestarte.-Dijo avergonzado.

-No me molesta, pero si debes aprender a controlarlo,aún qué cada vez lo vas haciendo mejor.-Enzo entro al centro comercial y aparco el auto.

-Tengo algo que decir.-Me beso.

-¿Qué?.-Pregunte acariciándolo.

-Que te quiero.

-Yo también te quiero, Enzo.

REFLECTORES EN EL HIELO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora