Capitulo 53.

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La cena con mi familia fue bastante tranquila, Mati me pasó las cebollas de su ensalada a mi plato intentando disimular y mi mamá lo vió.-¿Te dan asco querido?.-Mati se sintió descubierto y negó.

-El olor es muy incómodo, no me agrada, bueno no le agrada al bebé.- Mamá se rió.

-Entiendo, a la próxima si algo te incomoda avísame querido.- Mati asintió.

Se removió incómodo como en el auto y estirándose un poco siguió comiendo.-Bueno la comida estuvo deliciosa mamá, pero creo qué Mati y yo debemos dormir ya.

Mati asintió lentamente ya cansado, Edu nos dejó en casa y se fue de vuelta a la de mis padres.

-Hogar dulce hogar.-Grito Mati y corrió a tirarse en el nido suspirando.-Como extrañaba este lugar.

-Mati.-El me miró mientras seguía endulzando el nido con su olor.

-Dime alfa.-Susurro.

-Te note muy incómodo hoy.- Me acerqué a él y tire hacía arriba de su camiseta y se la quité, el no se quejó ni me dijo nada.

Ví aquel pequeño y abultado vientresito qué antes no estaba allí, pegué mi mano a su barriguita.-Hola bebé.- Susurré y Mati hizo una mueca de incomodidad como la del auto y la cena.-¿Qué pasá Mati?, habla conmigo Omega, se que algo te incomoda.

-Se mueve Enzo y me causa dolor.-Se quejó con una leve mueca.

- Bebé no le hagas groserías a mamá.-Susurre y Mati hizo la cara incomoda de nuevo y soltó un quejido dolorido.

-Creo qué no desea hacerte caso alfa.-Mati se recostó.

- Matías tu vientre no estaba tan grande como ahora hace un día, y tú no te estabas quejando de ningún dolor con tanta frecuencia solo el día del helado y hoy desde el auto estás así, ¿Qué tienes Omega?.- di un leve masaje en su vientre y empecé a pasar mi olor levemente.

-Que no me quejé con frecuencia cuando estamos en entrevistas o visto un traje incómodo no quiere decir qué tú hijo no me esté pateando las entrañas.-Se quejó profundo.-Solo no me quejó, alfa.

-Mati hay cosas como esas que debes avisarme.-Matias se sentó y me miró.

-¿Y qué vas a hacer si el embarazado soy yo?, tu no sientes lo pesado qué es llevar a este bebé en mi cuerpo, a veces tengo ganas de quejarme, de llorar, a veces solo quiero estar aquí y no puedo.- Me miró mal.- Así que disculpa si no te cuento cómo me siento, por qué fíjate que me siento muy cansado, muy estresado y solo quiero estar en mi nido, en mi casa con mi alfa y no de hotel en hotel y no puedo.

Matías se cruzó de brazos y se dió la vuelta soltando un quejido.-¿Y el vientre por qué no estaba así?.

-No se Enzo.-Me miró.

-Mientes, como no vas a saber Omega, si te sientes enfermo, adolorido, enojado o frustrado no te quedes callado, me preocupa todo lo que me acabas de decir ahora.- Mati suspiró.

-No estaba más pequeño el vientre solo se veía más pequeño.-Se levantó y caminó hasta la maleta sacando un tipo pantalón licrado.-Me estaba poniendo ésto debajo de los trajes y eso mantiene a mi vientre pegado a mi cuerpo un poco más y solo me paro más encorvado.-Hizo los hombros hacia delante y efectivamente el vientre se veía más pequeño.

-¿Y ese pantalón?.-Señale.

-Esto es un pantalón materno, mantine el vientre calientito y ayuda a darle algo de apoyo, Juani me lo regaló.- Me sonrió.

-Por qué no me contaste del dolor.- Lo atraje a mi y frote suavemente espalda, tensa por la posición.- Mi amor.- Bese su mejilla.-Somos una familia no puedes no contarme estás cosas.

-Por qué de que serviría que me quejé si no podemos quedarnos en casa.-Suspiro lentamente.- Además me frustra el odio que mi madre me tiene, sabes, yo siempre imaginé a mi madre queriendo conocer a su nieto, ahora todo lo que ella dice es que le estorbo, ya no soy su hijo querido ahora soy su estorbó qué está embarazado de otro estorbó, eso soy para ella.

-Mati.-Tome sus manos y el empezó a llorar.

-Estoy cansado, ya no quiero nada.-Lo abracé y lo acurruque en mi pecho.-Solo quiero estar en casa y descansar los meses que faltan Lara dar a luz.

Matías se fregó en mi olor y suspiró hipando un poco.

-No importa que tan mal te sientas no vuelvas a quedarte callado, bueno.-Lo tome de las mejillas y lo bese.

-Bueno.-Suspiro lentamente y tomó mis manos y las envolvió al rededor de su vientre.- Alfa calmalo me duele.-Susurro.

Mati se acostó a mi lado y yo acaricié su vientre, minutos más tarde se durmió.- Mi bebé, debes dejar de cansar a mamá.-Le susurré.-No puedes hacerle groserías.-Volvi a acariciar su pancita.

Mati suspiró lentamente y puso su mano en su vientre, y abrió sus ojos.-¿Qué pasa?.-Me dije.

-Te escucha.-Susurro Mati.-Senti como si se recostara aquí.-Señalo el costado de su vientre sorprendido, al fin se quedó tranquilo, va a ser un inquietó como su padre .-Señor quejó Mati.

-¿Inquieto?.-El pregunté.-¿Creés que sea un niño?.-Mati asintió lentamente.

-Lo presiento.- bese sus labios.-¿Tu quieres que sea niño o niña?.-Mejor preguntó.

-Cualquier cosa yo voy a amarla u amarlo, mientras esté sano y fuerte.-Mati me sonrió y al fin se volvió a dormir.

-Te amo.-Suspire.-Buscare una solución para quedarnos en casa.

REFLECTORES EN EL HIELO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora