Capitulo 60.

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4 meses después.

-Enzo dime qué ya tienes organizadas las habitacion para Juani y Esteban.- Enzo estaba acostado en el nido y yo estaba parado en el marco de la puerta viendo al ocioso de mi esposo.

-Si, tendí la cama, pero yo estaba pensando qué deberiamos estar con ellos aprovechando que estaran aquí, y la cama no será de mucha utilidad si es más que obvio que los tendré aquí en el nido metidos y adiós privacidad, otra vez.

- Bueno sería genial poder dormir todos juntos, pero y la cama para Agus.-Lo señalé.

-Ya está.- Susurró.- Amor no estás cansado, has pasado limpiando la casa desde que nos despertamos.- Se quejó.- Yo ya estoy cansado y el embarazado definitivamente no soy yo.

-Tu hijo es muy inquieto, si me siento se mueve así que prefiero estar moviendome.- Enzo qué estaba con los brazos y piernas abiertas como una estrella en el nido se sentó y gateó hasta sus zapatos y se los puso para levantarse.

-Ten parece si vamos donde mi mamá.-Me abrazo.-Debe estar aburrida de estar con papá, Harlan y mi hermano, además ella te ama mucho.

-Si, me parece pero a las seis tenemos que pasar por los chicos.- Enzo me beso el cuello y su olor me envolvió lentamente, suspiré, tenía muchas ganas de que me tirará al nido y me hiciera suyo, pero dejo de besarme el cuello luego de un rato.

-Si, lo sé.- Puso su mano en mi mejilla y me dió un beso en los labios.- Vamos.- Puso su mano en mi vientre qué en los últimos meses había crecido un montón y en definitiva ahora sí parecía una bola y en cualquier momento saldría rodando por el suelo.

Era más cómodo para mí estar parado que sentado, y había guardado silencio respecto a lo incómodo que me sentía por qué nadie me mandó a embarazarme, yo me deje embarazar solito y bajo mi propia conciencia.

Enzo me abrió la puerta del auto y hablando de torturas, ahí estaba una de las mayores torturas, odiaba que el carro sea tan bajó.

-Mati, vas a entrar.- Lo miré con ganas desesperadas de echarle la culpa por el embarazo.

-Si claro.- Extendí mi mi mano y tome la suya.-No me molestó si me ayudas alfa.

-Claro.-Enzo me sujetó de la mano y me senté lentamente en el asiento.

-Uff.-Susurre cuando Enzo cerro la puerta, puse mi mano en el vientre.-Tienes que quedarte quieto.-Susurre al bebé y a cambio recibí una patada que ahora obviamente ya se veía por fuera de mi piel y está se levantaba.- Auch Auch.-Susurre, sentí la mano de Enzo en mi vientre.

- Bebé deja a mamá.-Le susurró y el se calmó lentamente.- Eso pequeño, que lindo.

-Lindo.- Susurré y torci los ojos.-Como no es a ti a quien va a sacar un intestino.- Me quejé

-Vamos Mati.- Se carcajeo.- Es un poquito inquieto pero calma.

Era muy inquieto, y lo amaba obviamente amaba a mi bebé, pero yo estaba demasiado irritado y tenía ganas de champagne desde hace meses, ganas que no he podido calmar y Enzo no me dejaba tomar ni un poquito.

Lo primero que haría luego de dar a luz era tomarme una copa de champagne con Nutella.

Llegamos a casa de la mamá de Enzo y al entrar a casa ella nos vino a saludar.

- Hola mi amor.-Me beso en la mejilla.- ¿Cómo estás?.

-Bueno, estoy muy embarazado, pero bien Camí.-Ella se carcajeo.

-¿Dime tienes ganas de algo?.-Ella le dió un beso a Enzo rápido y regreso conmigo.

-No Camí, estoy bien.- Caminamos.

REFLECTORES EN EL HIELO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora