Capitulo 37

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En casa me acerqué a Agus.

-Agus, vení, tenemos qué hablar.-Agus me miró y camino siguiéndome al patio.

-¿Qué pasó Mati?, te hizo algo el tonto de Enzo.-Me reí y negué.

-No, no me hizo nada, te he estado viendo con Edu, ¿Qué estás tratando de hacer?.- Destape una gaseosa para mí y una cerveza para Agus.

-Es un lindo alfa, no lo crees.-Mire a Edu qué estaba junto a Enzo en su celular.

-Si, es un cachorro Agustín.- Me bebí la soda lentamente dejando que las burbujitas dulces me endulzarán el paladar.

- Igual qué tú.- Hablo.

-Mucho menor qué yo, yo no soy un cachorro.- Me burlé.-Pero sabes a lo que me refiero.

-A mis intenciones con él.- Afirmo.- Se a lo qué te refieres, pero en verdad no tengo ninguna oportunidad como ya lo debés intuir, él es un cachorro y es un alfa.- Agustín hizo una mueca triste

-Un alfa qué te gusta.- Agustín hizo una leve mueca.

-Voy a alejarme de él, no te preocupes, se qué a Enzo le enojaría si algo sucediera con su hermano, además qué futuro podría tener un muchacho cómo él, con uno cómo yo.-No quería insistir más así que solo sujete su brazo y volvimos a entrar a casa.

Me senté junto a Enzo y tomé su mano y estirando sus largos deditos los puse por debajo de la polera que yo estaba puesto, tocando mi piel, una necesidad qué me vino de repente.

Enzo qué miraba el celular con atención me sonrió y movió lentamente su mano en mi vientre.

Al final pedimos comida por servicio a domicilio, y no resistí el meter las papas en nutella.- Puedo una.-Me miró Eduardo.- Quiero probar.

Puse una papa en su boca.- Eduardo hermano mío, no crees que ya debes ir a casa.- Enzo no quería que Eduardo se volviera a quedar en casa en especial por Agustín y yo no planeaba meterme en las decisiones de ningún alfa allí presenté.

-No puedo quedarme hoy también.-Le junto las manos a Enzo en súplica y se arrastró por el suelo alfombrado de rodillas.-Porfa.

-No creés que papá y mamá están muy solos, Edu.- Eduardo negó.

-Ellos me dieron permiso para pasar aquí con ustedes, mamá dijo que ellos ya son mayores aburridos y qué aquí podría pasármela mejor qué en casa todo el rato.-Enzo suspiró y juntó sus manos, al final asintió con desgana pero a Eduardo eso le hizo feliz.

-Juani, Juani, Juanito.-Dije abrazando a mi amigo embarazado mientras me acostaba a lo largo en el sillón en sus piernas mientras los alfas parecían entretenidos en la mesa de billar qué había comprado Enzo el otro día.

-Dime.-Juani tenía su cara muy tranquila y ya había llevado a sus niños a dormir.

- ¿Qué opinas de eso?.-Señale disimuladamente a Agustín y a Edu.

- Opinó que tú alfa lo va a matar.-Me reí.- Mati mira lo qué llegó.-Me dió el celular.

En este estaba el primer corto de la película y la fecha de estreno al público.-¿Y la premier?.

-Supongo que la premier saldrá para los actores dos o tres semanas antes de la presentación de la película al público, va a ser una locura, Mati no han pensado en adelantar los planes de boda.- Negué lentamente.

-¿No, crees qué deberíamos?.- Juani asintió.

-Mira te voy a dar un mal consejo.- Su tono de voz bajo lo suficiente como para que solo yo lo escuchará.- Deberías al menos casarte en papeles amigo, es decir firmar la unión frente a un abogado en el despacho legal, la agenda se va a complicar con entrevistas y viajes, cada segundo qué pierdas no firmando esos papeles es un segundo que tú hijo crece sin padres casados, y aún que dudo que suceda.-Aclaro.-Es mejor que asegures que tú hijo llevé el apellido de Enzo, por qué como dijo mi madre cuando me cace, es preferible prevenir antes que lamentar, hoy están juntos mañana la fama puede hacer todo pedazos.

-Tu creés que Enzo sea capaz de dejarme.-Juani negó.

-No me refiero a eso, Mati, pero nunca se sabe en realidad qué puede pasar, Enzo te ama muchísimo se nota a mil pies de distancia, pero créeme que las cosas se van a poner pesadas.

Mire al frente y lo pensé un rato antes de agradecerle a Juani con una sonrisa.-Voy a conversar con Enzo para adelantar la ceremonía legal al menos.

Al momento de despedirnos todos e ir a nuestra habitación Enzo se tiró en el nido.

-Que día.-Se estiró.-Ya extrañaba estar aquí.

Me acosté a su lado y dejé que me abrazará.-Enzo adelantemos la boda.-Enzo abrió sus ojos café en grande y asintió.

-Si, claro.-Lo abracé, sabía qué Juani había dicho eso solo por evitarme malos ratos, pero yo sabía qué Enzo no me dejaría, lo podía sentir, el no era mi padre.

Me quedé dormido luego de estar siendo acariciado delicadamente por mi alfa.

Pov....Edu.

Caminé por la cocina sirviendome un poco de agua, me senté en el mesón largo de granito de la casa de Enzo y abrí la Nutella de Matías, sumergí la cuchara y me la lleve a la boca.

-Sabias qué es ilegal robarle a un embarazo.-Pegue un brinquito asustado y escuché la risa de Agustín el amigo de mi hermano y Matías.

-No es ilegal si el embarazo es mi cuñado.-Tape la Nutella luego de agarrar otra cucharada más.

-Tienes los ojos verdes, no me había fijado en eso antes.- Regrese a verlo gracias a su comentario.- Enzo los tiene café por eso se ven muy característicos.

-Los ojos de mi madre, Enzo no los heredó, el tiene más los rasgos de nuestro papá.- Lamí bien la cuchara de Nutella y me levanté de el asiento del mesón para dejarla en el lavadero.

-¿Estás en la universidad?.- Agustín interrogó mientras sentía su mirada fija en mi de cierta manera.

-Si, primer año, aún.-Me puse más agua en el vaso.- ¿Agua?.

-Bueno gracias.-Abri las compuertas y saque un vaso, le serví y me senté a su lado.

-¿Te gusta el cabello largo?.-Señale mi cabello qué estaba hasta un poco más por debajo de los hombros.

-Si, es mi estiló, completamente, como es color claro, siempre he pensado que se ve bien con los rizos y mis ojos.- Agustín era un alfa muy lindo, era alto, de buena figura, de un olor particularmente embriagador.

-Si, se ve hermoso.-Senti su mano acariciarme la cabeza y obviamente aquel contacto se sentía distinto a cuando Enzo, mis padres o Matías hacían lo mismo, aquella caricia me erizó el bello de todo el cuerpo, como a un gato.

-Hueles bien, alfa.-Susurre cuando su brazo paso cerca de mi nariz al acariciarme.

El se detuvo y me miró, lo ví avergonzado, no es algo común que entre alfas nos llamemos así entre nosotros o nos halaguemos nuestro olor o cosas de ese estilo.

-Perdon.- Me disculpé enseguida.-Ya estoy cansado.-Me levanté nuevamente y cuando me quise alejar Agustín me sostuvo de la muñeca.

- Tú también, hueles bien cachorro.- Sonreí algo emocionado por el halagó.

Su olor a rosas de verano con café me envolvió lentamente, si fuera un Omega ya estuviera arrodillado a sus pies rogándole qué me hiciera suyo empezando desde el mesón de la cocina y terminando en su cuarto, pero no lo era, no podía pedir algo, qué no podía obtener.


REFLECTORES EN EL HIELO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora